martes, 21 de marzo de 2017

Jan Akkerman - Tabernakel (1973)



A caballo entre renacimiento, barroco y rock sinfónico, el Jan Akkerman de los años '70 era uno de los guitarristas más virtuosos y versátiles de su tiempo. Les hablaré hoy de Tabernáculo, su tercer disco solista, en el que no alejándose todavía demasiado del estilo de Focus, su banda de proveniencia, nos invita a la serena contemplación con música de laúd, pero también a la tensa expectación de la experiencia mística suprema, que esboza con  las cuerdas de su guitarra y de su laúd en el último tema del disco, la suite Lammy.  




Artista: Jan Akkerman
Álbum: Tabernakel
Año: 1973
Género: rock progresivo, clásica crossover
Duración: 37:33
Nacionalidad: holandesa



Lista de Temas:
01. Britannia by John Dowland
02. Coranto for Mrs. Murcott by Francis Pilkington
03. The Earl of Derby, his galliard by John Dowland
04. House of the King
05. A galliard by Anthonie Holborne
06. A galliard by John Dowland
07. A pavan by Thomas Morley
08. Javeh
09. A fantasy by Laurencini of Rome
10. Lammy:
- I Am
- Asleep, Half Asleep, Awake
- She Is
- Lammy
- We Are
- The Last Will and Testament 
- Amen


Alineación:
Jan Akkerman - Guitarras eléctricas y acústicas, laúd, órgano y percusión
Tim Bogart - bajo (4,10)
Carmine Appice - batería (4,10)
Ray Lucus - batería (1,10)
George Flynn - clave, piano y glockenspiel (8,10)
Daniel Waitzman - flautas (10)








 Si sueles transitar por este blog lo más probable es que ya conozcas Focus, la mejor banda holandesa de los '70: lo que acabas de ver en el video de arriba es un fragmento  de un concierto de Focus en el que Jan Akkerman toca algunos temas a laúd sin ningún acompañamiento. Jan Akkerman, guitarrista y laudista, es un virtuoso de formación clásica, que empezó a estudiar guitarra a los cinco años.








Escuché Tabernakel por primera vez en los ochenta. Yo había vivido los tiempos de Focus, conocía bastante bien la carrera musical de Jan Akkerman, y me fascinó desde un principio de qué modo pasaba del laúd a la guitarra eléctrica distorsionada: con una desenvoltura y naturalidad asombrosas. Y lo curioso es que la mezcla de estilos no me sonaba chocante para nada... todo encajaba a la perfección.

Cuando oí por primera vez Delitiae Musicae, brevísima pieza a laúd y flautas dulces que abría el álbum Hamburger Concerto caí en un estado de fascinación por todo lo renacentista y medieval que me duró por más de una década, sin exagerar. Eso fué a finales de los '70. Mi estado de fascinación aumentó cuando después escuché el doble álbum Focus III, en el que aparece un tema, Elspeth of Nottingham, en la misma línea que el anterior, pero bastante más largo. En general, todo el álbum me sedujo. 

Luego descubrí a través de un amigo el segundo álbum en solitario  de Akkerman, Profile, en el cual, una cara está dedicada al laúd renacentista y barroco, alternado con breves temas de rock progresivo, mientras que  la otra cara contiene una suite ejecutada a guitarra eléctrica con mucha distorsión llamada Fresh Air, que, francamente, nunca he podido escuchar hasta el final.
 En realidad, Profile está compuesto por un conjunto de grabaciones que Jan hizo en el período de transición entre su salida de la banda Brainbox y su ingreso en Focus.







Tabernakel fue otro hallazgo memorable para mi. Al igual que en Profile, Jan interpreta numerosos temas renacentistas y barrocos a laúd, y los alterna con temas de su propia cosecha. El primero, Britannia, una composición de John Dowland, es ejecutado por Jan con arreglos de orquesta  y acompañado por bajo y batería. Un tema festivo y alegre (si se fijan en el primer video, Jan abre su repertorio de laúd con este mismo tema).
El resultado está bien para mi, aunque encuentro que los arreglos orquestales son bastante recargados y plomizos.

Le siguen unos temas renacentistas que el músico interpreta ciñendose fielmente al original (debo decir que más adelante escuché muchos discos de música para laúd a cargo de músicos más puristas, pero su interpretación en muchos casos me pareció de menor calidad que la de Akkerman).

El tema 4 para mi es el único de todo este disco que encuentro decididamente malo: de hecho me lo suelo saltar. Se trata de una versión a sitar y orquesta -para mi gusto demasiado acelerada- del magnífico tema The House of the King, de Focus, presidida en todo momento por el chin pum martilleante de una batería burdamente tocada, hasta recibir el golpe de gracia de la mano de la ya mencionada orquesta dirigida por George Flynn, que, al entrar en acción, en cuestión de segundos, termina por destrozar definitivamente el tema. 
En la versión original de Focus, era la flauta de Thijs Van Leer la que describía el motivo principal, no un sitar, y lograba recrear la atmósfera de una corte medieval.

The House of the King le siguen tres temas renacentistas más (dos gallardas y una pavana), y finalmente Javeh, una pieza de carácter muy actual, totalmente ajena a la música renacentista, en la que intervienen el laúd, la guitarra clásica  y la orquesta. Yaveh: el dios voluble del antiguo testamento, arrastrado por sus caprichos y pasiones, por la soberbia o por la piedad según cual fuera su humor del momento... el tema empieza  con unas escalas de sonido tenebroso y amenazante, que evocan a una divinidad a la que habría que temer más que amar... luego el tema se resuelve en secuencias de acordes dulces, llenas de ternura; se diría que subyace en ellas  una invitación  a creer que ese Ser Supremo en el fondo no es tan malo ni tan arbitrario como parece.








Sigue otro tema renacentista, la Fantasía de Laurencini, y finalmente, Lammy. Lammy, según parece, es un diminutivo de lamb, cordero en inglés, y dado el carácter místico del disco en general, y de este tema en particular, no sería raro que se refiriera a Jesús, también llamado "cordero de dios"



                                Lammy


Este último tema ocupa toda la segunda cara del álbum; es una larga suite subdividida en 7 partes y de unos 14 minutos de duración, compuesta por Jan Akkerman conjuntamente con George Flynn. Para mi, esta suite muestra una evidente carga de misticismo de tintes judeocristianos, aunque algunos títulos de temas que la componen parecen no entrar en esa categoría. En una atmósfera cargada de expectación por lo trascendente, en la que se siente inminente la venida de una fuerza de orden superior, Jan Akkerman hace alarde de su pericia guitarrística en varios momentos realmente memorables. Es una pieza a la que le falta poco para pecar de demasiado barroca y pretenciosa; pero no llega a cruzar ese umbral, y a mi, al menos, me resulta lograda y sugestiva, a pesar de que en ciertos momentos el fárrago de arreglos orquestales del señor Flynn me siga pareciendo muy cargante y excesivo.


Aún así, a mi modo de ver, Profile y Tabernakel son lo mejor que ha hecho Jan Akkerman en solitario. He oído varios trabajos de los que realizó después, y me resultaron bastante descafeinados y comunes. Lo abandonaría la musa?


Como regalito final te pongo este vídeo de Focus, la banda que lanzó a la fama a Jan Akkerman: que lo disfrutes!










         el Canario



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