martes, 25 de abril de 2017

Premiata Forneria Marconi - Jet Lag (1977)


Como dijo un buen amigo mio, este es un álbum que no deja a nadie indiferente: despierta amor, o odio. Y esto es así de un modo especial para muchos de los antiguos fans de PFM, que, acostumbrados al rock progresivo italiano con una gran influencia de la música  renacentista y clásica, se vieron de repente muy divididos ante este álbum y el anterior, que incorporaron a su sonido muchos elementos tomados del jazz. El resultado es un jazz rock con un aire muy italiano, que sin embargo para muchos, significó una traición de PFM a su estilo de siempre. Todo lo que está vivo crece y madura. Y para mi, este disco significa la madurez de  Premiata Fornería Marconi. 




Artista: Premiata Forneria Marconi
Álbum: Jet Lag
Año: 1977
Género: Progresivo italiano
Duración: 42:50
Nacionalidad: Italia


Lista de Temas:
1. Peninsula
2. Jet Lag
3. Storia In "LA"
4. Breakin In
5. Cerco la Lingua
6. Meridiani
7. Left-Handed Theory
8. Traveler
9. La Carrozza di Hans (Bonus Track Live)

Alineación:
- Franz Di Cioccio / batería, sintetizador Moog, voces.
- Franco Mussida / guitarra acústica, guitarra eléctrica, guitarra de doce cuerdas, mandolina, voces.
- Gregory Bloch / violín.
- Patrick Djivas / Bajo, voces.
- Flavio Premoli / teclados, melotrón, clave, piano, sintetizador Moog, voces.
- Bernardo Lanzetti / percusión, voz líder.





Jet Lag, el quinto álbum de estudio de Premiata Forneria Marconi, nunca obtuvo demasiada aceptación tanto por parte de la crítica como por los seguidores de la banda, en especial los italianos, acostumbrados a temas más líricos, con muchos matices clásicos y renacentistas.

Se dijo que la banda en este álbum se había americanizado demasiado, hasta el punto de dejar de ser progresiva, y de convertirse en un grupo de jazz-rock más.

En realidad, como dice Jeff Wagner (alias Slipperman), comentarista de rock progresivo: - “se les ve evitar los estereotipos del sonido progresivo italiano que ellos mismos ayudaron a definir, en un esfuerzo por evolucionar y no quedar atrapados en una jaula de su propia fabricación. ( No es que yo tenga nada en contra del progresivo italiano de los ’70, por supuesto, pero una vez que una banda progresiva se torna predecible, deja de ser progresiva.)”-

Creo que en eso este señor acierta plenamente: para mi un verdadero artista, una persona creativa, sea del género que sea, jamás termína de renovarse. Su inquietud es explorar continuamente nuevos caminos.
Y ese nuevo camino en 1975, para la PFM, fue Chocolate Kings.

Corrían tiempos duros para el rock progresivo: el punk empezaba a sonar con fuerza y a desbancar de su trono a un rock cada vez más preciosista, que hacía alarde de un tremendo derroche de virtuosismo, reivindicando en su lugar la sencillez y el encanto de lo espontaneo, aunque pudiera resultar a menudo burdo y primario. La New Wave estaba a punto de aparecer, con su carga de nihilismo y decadencia heredada del punk. La mayor parte de las discográficas apostaba por la Dance music que estaba en la cresta de la ola. La Fusión se hacía más y más popular con exponentes como Chick Corea, Weather Report, y Jean-Luc Ponty, entre otros. Todo ese contexto invitaba a un cambio, y a abrirse a nuevos conceptos.












AMÉRICA

Tras el considerable éxito de su gira por los EEUU, de la cual el álbum Cook es el testimonio, los Premiata Forneria Marconi empezaron a plantearse la idea de hacerse un hueco en el mercado discográfico del gigante norteamericano. Este sueño se materializó en Chocolate Kings, álbum tremendamente novedoso con respecto a su discografía anterior, que sin embargo no obtuvo el éxito deseado, en parte debido a que algunas de sus letras estaban tan cargadas de críticas y de sarcasmo respecto a los Estados Unidos, que no gustaron nada a los poderosos de allá. Además, su declarada amistad con la OLP y el pueblo palestino, les mereció el repudio de la comunidad judía de EEUU. Pronto Premiata supo quien mandaba realmente en el lejano oeste. Y que allí las puertas ya estaban cerradas a cal y canto para ellos.






Varios comentaristas dijeron además que la voz de Bernardo Lanzetti, el nuevo vocalista de la PFM, procedente de Aqua Fragile, era demasiado parecida a la de Peter Gabriel, y con eso les bastó para dar una baja calificación al álbum (me tengo que morder la lengua para callar lo que pienso de ciertas críticas). Sería como decir que Zucchero es una copia italiana de Joe Cocker, solo porque los dos tienen la "voz rajada".


En fin, el disco tuvo muy buena acogida en Japón y el Reino Unido; no así en EEUU. Sin embargo no se dieron por vencidos: después de un tiempo, lanzaron “Jet Lag”, que fue grabado entre California y Gran Bretaña, durante el año 1977.


La línea musical iniciada en Chocolate Kings llegó a su culminación en este nuevo trabajo, el más rico en jazz-rock/fusión de toda su discografía. De hecho, nunca volverían a repetir esa fórmula, y después de este álbum, siguieron por otros derroteros completamente distintos.


Su apuesta por el jazz-rock tuvo que ver con que durante su estancia en EEUU hicieron buenas amistades nada más y nada menos que con Jaco Pastorius, Frank Zappa, Billy Cobham, y muchos otros grandes del Jazz de la west coast, cuya influencia en ellos fue decisiva. Premiata, profundamente transformada y sin Mauro Pagani, crea entonces un puñado de temas de talante más jazzístico, de una madura y vigorosa calidez, que constituirán su próximo álbum: “Jet Lag”.


Se ha especulado mucho acerca de por qué Pagani abandonó la banda después de Chocolate Kings. Se dice que fue por cansancio, por un anhelo de tranquilidad, de vida privada; por discusiones con sus compañeros debido a su fuerte politización, y por no sentirse tan identificado con el nuevo rumbo que ellos estaban tomando. También por su deseo de crear su propia obra, y por su pasión por la música étnica. El ha sido bastante parco en palabras acerca de ese asunto, pero parece que fue debido a una combinación de varios factores. 







JET LAG

Mussida y compañía se habían pasado varios años viajando de Italia a Estados Unidos y viceversa, tratando de abrirse camino en el Nuevo Continente, pero sin abandonar definitivamente el suyo, hasta que saliera Chocolate Kings que les llevó de tour por América. 

La consecuencia de tantas idas y venidas fue el famoso síndrome de los husos horario (más conocido como jet lag) que suelen padecer aquellos que viajan atravesando varios meridianos en un tiempo relativamente corto. Ese síndrome normalmente conlleva desajustes psicofísicos de carácter leve.

Escogieron el nombre Jet Lag para el disco, queriéndole dar un doble sentido: el del ya mencionado síndrome, que padecieron con frecuencia, y el del estrés que les produjo el vivir alternando entre dos culturas tan distintas entre sí, los Estados Unidos e Italia.

También habría que mencionar la nostalgia de su país natal, que les sobrevino durante la gira de promoción de “Chocolate Kings” y finalmente el fracaso en su intento de conquistar el mercado estadounidense.

Todo ello, sumado al aprendizaje que tuvieron junto a los colosos musicales antes mencionados, fue un poderoso cocktail que dio como resultado este magnífico disco, en el que ellos tuvieron el valor de crear un nuevo lenguaje que pienso que muchos no supieron comprender.

La foto de cubierta del álbum, basada en una idea de Franz Di Cioccio, fue incluida en The Illustrated History of the Rock Album Cover, libro en el que salen las más hermosas portadas de la historia del rock mundial.

Muchas veces me he preguntado por el significado de ese avioncito de papel que lleva escritos encima, entre otras cosas, los títulos de las canciones del disco. Canciones que cruzan meridianos, husos horarios, océanos y continentes. Ahora pienso que es una imagen de la vida, los proyectos y las ilusiones de la PFM de entonces.










ITALIA


La nostalgia de su país se adivina desde el primer tema, Peninsula, el corte con más sabor mediterráneo del disco.


Cerco la Lingua, el quinto corte, comienza con unos minutos de violín que evocan danzas del folclore del sur de Italia (apostaría a que esa parte fue escrita por Pagani, que aparece en los créditos como coautor, aunque el que la ejecuta es Greg Bloch), y su texto parece expresar el deseo de encontrar en su italiano natal esa lengua musicalmente perfecta con la que todo letrista ha soñado.






El octavo y último tema del disco, Traveller, evoca al viajero que como Ulises regresa cansado de una larga travesía. Cansado pero también lleno de sabiduría. Casi en los últimos compases de Traveller, la guitarra de Mussida retoma el tema inicial, Peninsula, como para indicar cuál es el lugar de regreso, la Ítaca de esta historia. Es el hogar, la bella y vieja Italia.





Después de Jet Lag con su breve gira, la PFM regresó a Italia para quedarse, y allí grabó algunos álbumes en los que se decantó por una música más ligera y con textos exclusivamente en italiano. Primero Passpartú, luego Suonare, Suonare, Come ti va in riva alla cittá... todos ellos basados en una fórmula bastante comercial, facilona y orientada a un público local.

En mi opinión, estaban atravesando una época de escasez creativa, que mas tarde afortunadamente remontaron. Pero pienso, y se muy bien que es una apreciación muy subjetiva, que nunca volvieron a llegar tan alto como con Jet Lag.




                             El Canario







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