domingo, 10 de diciembre de 2017

Gentle Giant y la obra de Rabelais









Tenía muchas ganas de averiguar más sobre el vínculo existente entre la obra del literato francés del siglo XVI François Rabelais y un grupo que hace muchos años que admiro: Gentle Giant.

A veces tanta genialidad abruma: por un lado un hombre de una erudición inmensa y de una picardía desbordante como Rabelais, y por otra una banda de rock que se inspiró en su obra para crear una de las formas de rock más cultas y brillantes que dio de si el siglo XX.

Genio a raudales... y el resultado de esa mezcla de antigüedad y de rock, en casos como este me resulta apasionante. Espero que a ustedes también.









Una inmortal obra literaria del siglo XVI, -entre las más enigmáticas y difíciles de leer de toda la literatura universal-, escrita por el que podría considerarse el Francisco de Quevedo francés, fue la que inspiró desde sus comienzos a una de las más interesantes bandas de rock del siglo XX.  La obra maestra de la literatura francesa a la que acabo de referirme es "Gargantúa y Pantagruel", de François Rabelais, y la banda en cuestión es Gentle Giant, una de las formaciones más icónicas del rock progresivo de los años setenta. 
La novela de Rabelais tiene por protagonistas un gigante bondadoso llamado Gargantúa, y a su hijo, Pantagruel, que aparte de ser un tremendo glotón,  un profundo filósofo, y de tener una fuerza descomunal, ha heredado de su padre un buen corazón.






Eso hizo que la banda fundada en 1970 por los tres hermanos  judío-escoceses Phil, Derek y Ray Shulman se llamara, precisamente,  "El Gigante Bueno" (Gentle Giant). 

Los hermanos Shulman, criados en una familia de músicos, fueron multiinstrumentistas desde su adolescencia, y recibieron además una buena formación humanística. 
Eso se  pone de manifiesto en las letras de sus temas, en las que podemos encontrar alusiones a varios  textos clásicos, y de modo especial, al ya mencionado Gargantúa y Pantagruel En sus letras se percibe además, entre otras, la influencia de la obra de R. D. Laing, eminente psiquiatra escocés, muy relacionado con la filosofía existencial, y la del filósofo Albert Camus.








Fue en 1970 cuando los hermanos Shulman se asociaron con otros dos multiinstrumentistas, Gary Green (guitarra, mandolina, flauta dulce, etc.) y Kerry Minnear (teclados, vibráfono, violonchelo, etc.), además del baterista Martin Smith, para formar el supergrupo que bautizaron como Gentle Giant.

Minnear, de formación clásica, acababa de graduarse  en composición en el Royal College of Music,  y había tocado con la banda Rust. En cuanto a Green, era esencialmente un músico de blues y nunca había trabajado con una orquesta profesional, pero se adaptó fácilmente a las exigencias de la nueva banda. Los hermanos Shulman a su vez, se repartieron la instrumentación de la siguiente forma: Derek tomó el saxofón y la flauta dulce; Ray el bajo y el violín; Phil el saxofón, la trompeta y el clarinete.
De ellos, generalmente sólo tres se hacían cargo de la voz solista: Derek Shulman, con un duro estilo rhythm-blues, solía interpretar las voces de carácter más rockero; Phil Shulman cantaba las partes  de inspiración más folk o jazz; y Kerry Minnear se encargaba de ponerle voz a las piezas de estilo clásico y de cámara. Minnear no cantaba en los conciertos, debido a la insuficiente potencia de su voz, y a su delicada textura (Derek y Phil Shulman lo sustituían cuando la banda tocaba en vivo). 

Cómo anécdota curiosa, parece que Gentle Giant en sus comienzos realizó varias audiciones  con el fín de reclutar a otro vocalista, a las cuales, entre otros,  acudió como candidato Elton John (no me lo podría imaginar cantando en semejante banda), que no fue seleccionado. 








                                    OCTOPUS

Una de las grandes dificultades que tiene el lector moderno para captar la extraordinaria comicidad y  la hondura de "Gargantúa y Pantagruel" es la de su constante alusión al mundo medieval, al cristiano y al grecolatino, cada vez menos presentes en los programas de los centros escolares modernos. Si a eso le añadimos los continuos juegos de palabras, jeroglíficos, anagramas, acrósticos, charadas, transposiciones de letras, acertijos y enigmas; los vocablos  tomados del argot, las expresiones del francés medieval, las formas dialectales, e incluso los términos  forjados por el mismo autor nos encontramos ante una obra casi impenetrable para el lector que no domina la lengua francesa. 

Un buen ejemplo de tales rompecabezas es el seudónimo bajo el cual  Rabelais firma la obra, Alcofribas Nasier, que no es más que un acróstico de su nombre, François Rabelais.

Un acertijo al estilo más genuinamente rabelaisiano es también el título del cuarto álbum de estudio de Gentle Giant, Octopus, lanzado en 1972. Supuestamente la idea de llamarlo así se le ocurrió a la esposa de Phil Shulman, Roberta, haciendo un juego de palabras con "octo" "opus", en latín ocho obras (que son las ocho pistas del álbum).

Esto invita a pensar que los hermanos Shulman, a través de sus lecturas eruditas, se habían contagiado de la afición a los juegos de palabras y el lenguaje figurado de Rabelais, lenguaje que había sido empleado también, según algunas fuentes (como el arqueólogo Grasset d'Orcet), por los sabios  griegos, los egipcios, por los constructores de catedrales de la Edad Media y los francmasones, entre otros.







Dos temas claramente rabelaisianos de Gentle Giant son El Advenimiento de Panurgo (que no el Adviento, cómo lo he visto traducido erróneamente en alguna parte) y La Natividad de Pantagruel, que se encuentra poco más arriba de estas líneas.
El primer tema, (que pueden escuchar en la cabecera de este post) pertenece al álbum Octopus (1972), mientras que el segundo está en Acquiring the Taste (1971). 
Hay muchos otros temas de la banda que si bien no citan de modo explícito a ningún personaje o escena de esta obra de Rabelais, emanan su espíritu. Por ejemplo, el tema que pondré a continuación, His Last Voyage podría estar relacionado con el viaje iniciático que emprenden juntos Pantagruel y Panurgo, en busca del Absoluto.










"Gargantúa, a la edad de cuatrocientos ochenta y cuarenta y cuatro añosengendró a su hijo Pantagruel en su mujer, llamada Bocaberta, hija del rey de los amaurotas en Utopía, quien murió al traerlo al mundo, porque era el niño tan extraordinariamente grandote y gordinflón, que no pudo venir a la luz sin asfixiar a su madre."

Así comienza el capitulo 2 del libro I de Gargantúa y Pantagruel, titulado De la Natividad del muy temido Pantagruel, en el que se inspiraron nuestros músicos para componer Pantagruel's Nativity. 

En cuanto a The Advent of Panurge, se inspira en el capítulo nueve del mismo libro, donde se relata el encuentro entre Pantagruel y Panurgo, que desde ese momento, se vuelven amigos inseparables.
A quien le interese leer el capítulo completo, le remito al final de este post, donde lo transcribiré íntegramente.






Es una lástima que una banda de auténticos gigantes del rock como lo fue Gentle Giant, sufriera hasta el final la incomprensión del público. Aunque recibieran un gran apoyo por parte de grandes grupos como Jethro Tull, con los que compartieron escenario en muchas ocasiones, no era raro que recibieran una acogida bastante fría por parte de los espectadores, e incluso, en varias ocasiones, abucheos. 

Esto ocurrió por ejemplo en una gira en la que fueron teloneros de Black Sabbath; en ella sufrieron el rechazo de la mayoría de los fanáticos de esta banda. Derek Shulman comentó que "Fue quizás el emparejamiento más ridículo de grupos en la historia del mundo del espectáculo. La mayor parte del tiempo nos abuchearon en el escenario"

En un concierto en el Hollywood Bowl de Los Ángeles, en cuanto subieron a escena los fanáticos de Sabbath se pusieron a gritar: "bajen, queremos a Black Sabbath!"  Aún así, sacaron los violonchelos y violines, pero la multitud comenzó a abuchearlos de inmediato. Poco después de que empezaran a tocar  alguien les arrojó una bomba de cereza. La banda tuvo que abandonar el escenario.
Sin embargo hoy ocupan, para los amantes del rock progresivo, un lugar privilegiado entre todas las bandas de ese género. 


                              el Canario









De cómo Pantagruel se encontró con Panurgo, por el que sintió gran afecto toda la vida




"Un día en que Pantagruel se paseaba fuera de la ciudad, camino de la abadía de San Antonio, charlando y filosofando con los suyos y con algunos estudiantes, se encontró con un hombre de buena estatura y gentil talle, pero con lastimosas heridas en diversos lugares, y con una vestimenta tan andrajosa que parecía haber escapado de los perros, o mejor se asemejaba a un recolector de manzanas de la región de Perche.

En cuanto Pantagruel lo vio de lejos, dijo a sus compañeros:
—¿Veis ese hombre que viene por el camino del puente de Charenton? A fe mía que sólo es pobre por accidente, pues os aseguro que, a juzgar por su fisonomía, naturaleza lo hizo nacer de rico y noble linaje, pero las aventuras a las que se exponen los hombres curiosos lo han reducido a esta penuria e indigencia.

Y al cruzarse con él, le preguntó:

—Amigo mío, os ruego que accedáis a deteneros un momento y a responderme a lo que os pregunte; no os arrepentiréis de ello, ya que mucho deseo ayudaros, en la medida de mis medios, en el aprieto en el que os veo, que me produce gran compasión. Así pues, amigo, decidme: ¿Quién sois? ¿De dónde venís? ¿Adónde vais? ¿Qué buscáis? ¿Cuál es vuestro nombre?

El compadre le respondió en lengua germánica:

—Juncker Gott geb euch gluck unnd hail. Zuvor lieber juncker ich las euch wissen das da ir mich von fragt, ist ein arm unnd erbarmglich ding, unnd wer vil darvon zu sagen welches euch verdruslich zu hœren, unnd mir zu erzelen wer, vievol die Poeten unnd Orators vorzeiten haben gesagt in irem spruchen unnd sentenzen das die gedechtnus des ellends unnd armvot vorlangs erlitten, ist aingrosser lufi.

A lo que contestó Pantagruel:
—Amigo mío, no comprendo esa algarabía; así es que si queréis que os entienda, hablad otra lengua. 

Entonces el compadre le respondió:

—Al barildim gotfano dech min brin alabo dordin falbroth ringuam albaras. Nin porth zadikim almucathin milko prin al elmim enthoth dal heben ensouim: kuthim al dum alkatim nim broth dechoth porth min michais im endoth, pruch dal maisoulum hol moth dansrilrim lupaldas im voldemoth. Nin hur diavosth mnarbotim dal gousch palfrapin duch im scoth pruch galeth dal chinon, min foulchrich al conin butathen doth dal prim.


—¿Entendéis algo? —dijo Pantagruel a los presentes.

A lo que replicó Epistemon:

—Creo que es la lengua de los antípodas; ni el diablo le hincaría el diente. Entonces dijo Pantagruel:

—Compadre, no sé si os comprenden las paredes, pero nosotros no entendemos ni jota.

A lo que replicó el compadre:

Signor mio voi videte per exemplo che la Cornamusa non suona mai s’ela non a il ventrepieno. Cosi io parimente non vi saperi contare le mio fortune, se prima il tribulato ventre non a la solita refectione. Al quale e adviso che le mani et li denti abbii perso il loro ordine naturale et del tuto annichillati.

Respondió entonces Epistemon:

—¡Tan claro está lo uno como lo otro! Dijo entonces Panurgo:

Lard, ghest tholb be sua virtiuss be intelligence, ass yi body schal biss be naturall relutht tholb suld of me pety have for natur hass ulss egualy maide; bot fortune sum exaltit hess and oyis deprevit. Non ye less vioiss mou virtiuss deprevit, and virtiuss men discrivis for anen ye lad end iss non gud.

—Aún menos —respondió Pantagruel.

Entonces dijo Panurgo:

—Jona andie guaussa goussyetan beharda erremedio beharde bersela ysser lãda. Anbates otoy y es nausu ey nessassu gourray proposian ordine den. Nonyssena bayta fascheria egabe gen herassy badiasadassu noura assia. Aran hondouan gualde eydassu naydassuna. Estou oussyc eguinan soury hin er darseura eguy harin. Genicoa plasar vadu.

—¿Estáis aquí, Geincoa —respondió Eudemon? A lo que replicó Carpálimo:

—¡Por San Treñán!, vos ser de Escocia, o he entendido mal. Entonces Panurgo respondió:

—Prug frest strinst sorgdmand strochdt drhds pag brleland. Gravot chavygny pomardiere rustb pkallhdracg deviniere pres Nays. Bouille kalmuch monach drupp delmeupplist rincq dlrnd dodelb vp drent loch mine stz rinquald de vins den cordelis bur iocst stzampenards.

A lo que dijo Epistemon:

—¿Habláis cristiano, amigo mío, o lenguaje patelinesco? No, es farolesco. Entonces dijo Panurgo:

—Herre ie en spreke anders gheen taele dan kersten taele my dunct nochtans, al en seg ie v met een word, myuen noot v claert ghenonch wat ie beglere, gheest my unyt bermherticheyt yet waer un ie ghevoet magh zunch.

A lo cual contestó Pantagruel:

—Igual de claro.

Entonces Panurgo declaró:

—Seignor de tanto hablar yo soy cansado, por que supplico a vostra reverentia que mire a los preceptos evangeliquos, para que ellos movant vostra reverentia a lo ques de conscientia, y sy ellos non bastarent para mover vostra reverentia a piedad, supplico que mire a la piedad natural, la qual yo creo que le movra como es de razon, y con esto non digo mas.

A lo que respondió Pantagruel:

—Cierto, amigo mío, no dudo de que sabéis hablar bien muchas lenguas, pero decidnos lo que queráis en una que podamos comprender.

Entonces dijo el compadre:

—Myn herre endog jeg met inghen tunge talede, lygesom boeen ocg uskvvlig creatner: myne kleebon och myne legoms magerhed uudvyser allygue klalig huvad tyng meg meest behoff girereb, som aer sandeligh mad och drycke: hwarfor forbarme teg omsyder offvermeg: och bef ael al gyffuc meg nogeth: aff huylket jeg kand styre myne groeendes maghe, lygeruss son mand Cerbero en soppe forsetthr. Soa shal tue loeffve lenge och lyksaligth.

—Creo —dijo Eustenés— que así hablaban los godos. Y si Dios quisiese, así hablaríamos nosotros con el culo.

Entonces añadió el compadre:

—Adoni scolom lecha: im ischar harob hal habdeca bemeherab thithen li kikar lehem, chancathub laah al adonai cho nen ral.

Al oírlo exclamó Epistemon:

—Ahora sí que lo he entendido, pues es en lengua hebraica muy retóricamente pronunciada.

Entonces dijo el compadre:

—Despota tinyn panagathe, doiti sy mi uc artodotis, horas gar limo analiscomenon eme athlios, ce en to metaxy eme uc eleis udamos, zetis de par emu hau chre ce homos philologi pamdes homologusi tote logus te ce rhemeta peritta hyparchin, opote pragma asto pasi delon esti. Entha gar anancei monon logi isin, hina pragmata (hon peri amphibetumen) me prosphoros epiphenete.

—¿Qué? —dijo Carpálimo, lacayo de Pantagruel—. Es griego, lo he entendido.

¿Cómo es eso? ¿Has vivido en Grecia?

Entonces volvió a hablar el compadre:

—Agonou dont oussys vou denaguez algarou: nou den farou zamist vous mariston ulbrou, fousquez vou brol tam bredaguez moupreton den goul houst, daguez daguez nou croupys fost bardounnoflist nou grou. Agou paston tol nalprissys hourtou los echatonous, prou dhouquys brol panygou den bascrou noudous caguons goulfren goul oust troppassou.

—Me parece entender —dijo Pantagruel—; pues o es el lenguaje de mi país de Utopía, o bien se le parece en el sonido.

Y como iba a decir algo, el compadre añadió:

—Iam toties uos per sacra perque deos deasque omnis obtetatus sum, ut si qua uos pietat permouet, egestatem mean solaremini, nec hilum proficio clamans et eiulans. Sinite, queso, sinite uiri impii quo me fata uocant abire, nec ultra uanis uestris interpellationibus obtundatis, memores ueteris illius adagi, quo uenter famelicus auriculis carere dicitur.

—De verdad, amigo mío —dijo Pantagruel—, ¿no sabéis hablar francés?

—Sí que lo sé, señor, y muy bien —respondió el compadre— ¡a Dios gracias!, es mi lengua natural y materna, pues soy nacido y criado en el jardín de Francia, que es la Turena.

—Entonces —dijo Pantagruel— decidnos cuál es vuestro nombre y de dónde venís. Pues, ¡a fe mía! que os he tomado tanta afición que si condescendéis a mis deseos, nunca os apartaréis de mi compañía, y los dos formaremos una nueva pareja de amigos comparable a la de Eneas y Acates.

—Señor —dijo el compadre—, mi verdadero y auténtico nombre de pila es Panurgo, y ahora vengo de Turquía, donde fui llevado preso cuando en mala hora asediamos Mitilene. De buen grado os contaría mis aventuras, que son más portentosas que las de Ulises, pero puesto que os place retenerme junto a vos, y que acepto con agrado vuestro ofrecimiento, prometiendo no abandonaros nunca, aunque os fueseis con todos los demonios, tendremos ocasión en momento más propicio de entreteneros con mis historias. Pues ahora tengo necesidad muy urgente de alimentarme: tengo los dientes afilados, el vientre vacío, la garganta seca y un violento apetito: todo está dispuesto para ello. Si queréis ponerme manos a la obra, será una delicia verme engullir. Por el amor de Dios, ¡dad las órdenes oportunas!

Entonces mandó Pantagruel que lo condujeran a su mansión y que le sirviesen gran cantidad de víveres. Lo que se hizo, y Panurgo cenó muy bien esa noche, y se fue a acostar cuando las gallinas, y durmió hasta la hora de comer del día siguiente, de manera que sólo dio tres pasos y un salto de la cama a la mesa."





                Juan Carlos


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