miércoles, 4 de julio de 2018

King Crimson - Larks Tongues in Aspic (1973)








Entre los discos que más me han influenciado en mi vida está este Larks Tongues in Aspic. Por eso me pregunto si podré ser objetivo al hablar de el. No lo se, pero haré un intento. 

Este álbum abre la tercera etapa del supergrupo King Crimson, que continuó con Starless & Bible Black (1974) y concluyó con Red, también publicado en 1974. Lástima que, por cuestiones de copyright, en youtube no esté el disco completo, pero he podido reunir algunos temas, casi todos grabados en directo.  Engelberger y Morgan: espero que les guste. 



Artista: King Crimson
Álbum: Larks Tongues in Aspic
Año: 1973
Género: rock progresivo
Duración: 46:37
Nacionalidad: inglesa


Lista de Temas:

01 Larks Tongues in Aspic (part I)
02 Book of Saturday

03 Exiles
04 Easy Money
05 The Talking Drum
06 Larks Tongues in Aspic (part II)



Alineación:
Bill Bruford / batería
Jamie Muir / percusión
David Cross / violín, viola, melotrón
Robert Fripp / guitarra, melotrón y dispositivos
John Wetton / bajo y voces








"Algo precioso atrapado en la materia"

Robert Fripp (refiriendose al álbum Larks Tongues in Aspic)





Mientras escribo esto, estoy escuchando la remezcla de 2012 de  Larks Tongues in Aspic, realizada  con ocasión del 30 aniversario del lanzamiento de esta obra maestra del rock progresivo. Me envuelve la atmósfera mágica que genera este disco (en la que aletea la presencia de algo oscuro e indefinido). En este momento está sonando el larguísimo solo de guitarra de Easy Money, que se va abriendo paso en medio de una constelación de campanas, bocinas, zambombas, kalimbas, sonajeros, chicharras, silbatos, carillones, etc. Se oye hasta una "bolsa de la risa" que por momentos suelta carcajadas de duende maléfico...

     


King Crimson debutó en 1969 como telonero de los Rolling Stones, grabando poco después su primer disco,  In the Court of the Crimson King. Un álbum  de carácter eminentemente sinfónico. 
Después de este primer trabajo, la banda se disuelve para volver a la escena en 1970 con una nueva alineación, que dio de si tres discos más.
A comienzos del 1972, esta segunda formación de King Crimson se fue a la desbandada. En ese tiempo Fripp, el demiurgo de la banda, estaba cansado de todo: de las letras fantasiosas y místicas de Pete Sinfield, del rock convencional y de los estereotipos del mismo rock progresivo.
Todos sus compañeros se apercibieron de su malestar, y abandonaron el grupo para dedicarse a otros proyectos: Sinfield comenzó a escribir letras para Emerson, Lake & Palmer; Ian Wallace, Boz Burrell y Mel Collins, se integraron en Snape (Collins luego se uniría a Camel, Alan Parsons, Dire Straits y llegaría a ser músico de sesión de multitud de artistas).


Ese mismo año, Fripp levanta cabeza y en breve consigue reunir un nuevo equipo de excelentes músicos: ya era inminente la tercera venida del Rey Carmesí.
El personal de la banda se renueva totalmente: a la batería entra Bill Bruford, procedente del Yes de Close to the Edge; a la percusión, el artista experimental y místico Jamie Muir, que anteriormente había trabajado con Lindsay Kemp, y que contaba en su arsenal de instrumentos de percusión con los objetos más inverosímiles. El bajista es John Wetton, viejo compañero de estudios de Fripp, con quien había colaborado, además, en varios proyectos anteriores. David Cross introduce por primera vez el violín eléctrico y la viola en King Crimson, aportando un nuevo espectro de timbres, y un potente caudal de sonido. 
Richard Palmer James le da el relevo al mítico Pete Sinfield como letrista.
La única constante es Fripp.





Larks Tongues in Aspic es el primer registro de esta tercera formación. 
Me fascina este álbum crepuscular. Tiene la aureola y los estigmas del ángel caído; el ansia de Fausto por atrapar la belleza imperecedera, o la de Prometeo, quien, confinado en las más espesas tinieblas, aspira a robar la llama sagrada. En pocas palabras, un álbum exquisitamente luciferino (recordemos que Prometeo, homólogo griego de Lucifer,  quiso robarle el fuego a Zeus para ofrecérselo a los hombres, y por eso fue castigado. Y que el nombre King Crimson, Rey Carmesí,-idea del letrista Peter Sinfield-, alude a Belcebú, príncipe de los demonios). 





Late una altiva y mordaz melancolía en todo el conjunto de piezas que conforman el disco, pero de un modo muy especial en Exiles y  Book of Saturday, que parecen querer remedar el canto de Perséfone durante su cautiverio en el infierno.

El tema que abre el disco, Larks Tongues in Aspic I, es toda una declaración de intenciones: la energía devastadora de la guitarra de Fripp se superpone a una secuencia  de bajo y violín que emerge del aparente caos primigenio creado por Jamie Muir. 

Fripp y compañía optan esta vez por un modelo de creación más participativo: en lugar de componer y grabar los temas primero, y presentarlos en público después, estos fueron concebidos a partir de improvisaciones realizadas en concierto, en las que todos los miembros intervenían activamente en cada momento.


La música de los dos álbumes de estudio anteriores, Islands y Lizard, había sido compuesta en su totalidad por Fripp. Incluso In the Wake of Poseidon había sido en su mayor parte obra suya.
Pero a partir de Larks Tongues in Aspic se instauró un régimen de autoría colectiva, aunque esto no fuera así en todos los casos. Exiles y Book of Saturday se compusieron al modo tradicional, con letras de Richard Palmer James, y Larks Tongues in Aspic II, fue creada por Fripp casi en su totalidad.






En cuanto al estilo, Larks Tongues in Aspic se distancia del rock sinfónico de sus primeros tiempos para apuntar hacia lo inclasificable: En él, el thrash más desgarrado se combina con el lirismo más preciosista. 

Después de apenas un mes de ensayos, el nuevo King Crimson celebró cuatro conciertos en Octubre de 1972 en el Zoom Club de Frankfurt, seguidos  de otro más en el Redcar Jazz Club. Entre el 10 de noviembre y el 15 de diciembre recorrieron Gran Bretaña, realizando veintisiete conciertos. Se puso un gran énfasis en la improvisación durante estas actuaciones en vivo. No aquel tipo de improvisación en la que un instrumento solista toma el protagonismo y los demás simplemente se limitan a acompañarlo, sino un proceso musical grupal en el que cada miembro de la banda era capaz de hacer contribuciones creativas en todo momento.
Naturalmente, Fripp, aunque  les concediera un mayor margen de acción a los demás miembros de la banda, siguió manejando las tramoyas desde la sombra. 

Fue en estos conciertos que se fraguaron los temas del titánico álbum que estaban preparando.

Después de esa primera gira británica (que concluyó el 15 de diciembre), en enero y febrero de 1973, el Rey Carmesí se encerró en los Command Studios de Londres para ponerse a trabajar en el álbum que sería conocido como Larks Tongues in Aspic

Fue a Muir a quien se le ocurrió el título. Cuando el grupo estaba reproduciendo una cinta de una pieza instrumental que acababan de hacer, se le preguntó a Muir qué le recordaba; él dijo sin dudar: "¿Por qué no lenguas de alondra en gelatina, así, sin más?" 








Con su excentricidad y su misticismo, Jamie Muir debió haber ejercido una considerable influencia sobre sus compañeros de banda en su breve paso por King Crimson. La portada de Larks Tongues in Aspic, por ejemplo, por lo que yo se, es la única en toda la discografía del grupo que lleva imágenes relacionadas con una religión concreta. El dibujo de portada, en efecto, pertenece a la iconografía del budismo tántrico, practicado en el Tíbet. 
Muir dejó King Crimson poco después de grabar este disco para ingresar en un monasterio tibetano.






                               Juan Carlos







2 comentarios:

  1. Me gustó mucho esta reseña. Comentas un par de cosas que no sabía. Buen trabajo recopilando videos. El resto te lo digo en un mensaje en la página de Facebook de El Canario

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  2. Todo un deleite visual y auditivo, excelente trabajo.

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