viernes, 2 de agosto de 2019

Nociones básicas del blasón II - Los Esmaltes




Seguimos hablando de este lenguaje apasionante que es el blasón, que es mucho más que el arte de adornar un escudo, o de plasmar en él los signos de distinción otorgados a una familia por un señor feudal o por un rey. En este post se explicarán los esmaltes, y las reglas según las cuales se rigen.  Y como de colores se trata, nos acompañará un juglar del siglo XX,  Donovan, con su mítico tema Colours.





Según dice H. Gourdon de Genouillac en su obra " Grammaire Heraldique", el blasón es a la vez Ciencia, Arte y Lengua
La gramática de esta lengua jeroglífica incluye, entre otros signos, los colores.

En heráldica estos se denominan Esmaltes (Émaux), y se subdividen en tres categorías:  los Metales (Métaux), los Colores (Couleurs), y los Forros (Fourrures) o Pieles (Pannes).


Metales


son dos: oro (Or) o amarillo, y plata (Argent) o blanco.


El oro está asociado en heráldica al sol y al topacio, entre otras cosas. La plata a la perla y a la luna.





Colores



son cuatro: Gules (Gueules), Azur, Sinople, y Sable.

Gules es el color rojo; Azur, el azul; sinople el verde, y finalmente, sable, el negro.

Gules se asocia a Marte y al rubí; Azur a Júpiter y al záfiro; Sable: Saturno y diamante; Sinople: Venus y esmeralda.




Forros 

Los Forros están inspirados en los colores del pelaje invernal de dos pequeños mamíferos: el armiño y la ardilla.
Principalmente son dos: Armiños (Hérmine) y Veros (Vair). Los Armiños llevan campo de plata, sembrado (semé) de pequeñas  puntas de flechas sable, con tres puntitos o rayas en su vértice superior. 



                                

Los Veros son como una especie de campanas azur y  plata que se alternan entre si. 









Existen además, los contra-armiños y contra-veros. Mientras que los primeros son, se podría decir, una imagen en negativo de los armiños (figuras blancas sobre fondo negro), en los segundos los veros de un mismo esmalte se encuentran unidos de dos en dos por sus bases:  


             


Omitiré, por lo pronto, otros colores cuya incorporación  al lenguaje heráldico es más reciente, y cuyo uso es poco habitual, como es el caso del naranja (Orange) o del púrpura (Pourpre), que  puede comportarse tanto como metal que como color.

Habrán notado que tampoco he hablado de las virtudes que se asocian a cada esmalte ( por ejemplo, la esperanza al sinople, o la humildad al sable): esta clase de asociaciones me parece de escaso interés en este estudio.





Reglas básicas


En heráldica tradicional, los esmaltes se aplican y se combinan observando unas sencillas reglas. Digo esto porque desde que los monarcas se arrogaron el derecho de elaborar escudos de armas, añadiendo nuevas figuras a su antojo, la heráldica se fue convirtiendo en simple decoración, a menudo vacía de contenido.  Un buen ejemplo de lo que acabo de decir fue el Rey Sol, Luis XIV, quien se inventaba figuras heráldicas intencionalmente ridículas (un conejo, una gallina, una coliflor, etc.), que luego permanecían en los escudos de las familias en cuestión durante generaciones.

Veamos, pues, cuales son las principales normas que regulan los esmaltes:


- Un escudo cubierto enteramente por un solo esmalte, se denomina  Puro (plein). 

- Está prohibido poner un metal sobre otro metal, así como también un color sobre otro color, y un forro sobre otro forro (las excepciones a esta regla, que son escasas, se denominan cas à enquerre). Los forros si se pueden poner sobre otros esmaltes.




En un grabado, en papel, o en otro material donde no se puedan imprimir los colores, el oro se representará llenando el campo del escudo de puntitos, y la plata, dejando el campo vacío. 

El Azur es representado por lineas horizontales. Gules, por lineas perpendiculares. Sinople por lineas diagonales que van de derecha a izquierda. El Púrpura por diagonales trazadas de izquierda a derecha. Sable, por lineas horizontales y verticales cruzadas.      







Más adelante profundizaré mucho más en cada uno de estos conceptos, pero para empezar prefiero ofrecer una idea general. Así que, por ahora, hemos terminado con los esmaltes. En la próxima entrega hablaré de las particiones del escudo.









                          el Canario




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