sábado, 27 de enero de 2018

Picchio dal Pozzo - Picchio dal Pozzo (1976)





Una de las bandas progresivas más originales y excéntricas que ha dado de si la bella Italia es Picchio dal Pozzo. Con un historial de cuatro discos de estudio y unos pocos más en vivo en su haber, ha aparecido intermitentemente con su propuesta musical vanguardista y provocadora, para volver cada vez a desaparecer de la escena durante años.  Pero siempre para regresar, ya que nunca se ha disuelto definitivamente.

Les presentaré su primer álbum, para mi el mejor de los que he escuchado, que se llama igual que la banda. Es un disco que en seguida me ha fascinado por su estilo tan único y libre.




Artista: Picchio dal Pozzo
Álbum: Picchio dal Pozzo
Año: 1976
Género: Rock progresivo, Jazz progresivo
Duración: 39:54
Nacionalidad: italiana




Lista de Temas:

Cara A ("Hay Fay")
01. Merta
02. Cocomelastico
03. Seppia:
a. Sottotitolo
b. Frescofresco
c. Rusf
04. Bofonchia

Cara B ("Fay Hay")
05. Napier
06. La floricultura di Tschincinnata
07. La Bolla
08. Off



Alineación:
Aldo De Scalzi / teclados, percusión, voz
Paolo Griguolo / guitarra, voz
Giorgio Karaghiosoff / saxo, flauta, percusión, voz
Andrea Beccari / bajo, voz







Wendy Carlos: una Persona Maravillosa


En las otras reseñas publicadas en este Blog se ha hablado de la obra musical de Wendy Carlos.
También se ha mencionado al pasar el hecho de que nació varón, se lo llamó Walter y luego cambió de nombre.
Sin embargo en muchas notas que he leído en Internet a lo largo de los años se menciona especialmente, y como si fuera algo más importante que su obra musical, el asunto del cambio de nombre, y claro, de sexo, a través de un procedimiento quirúrgico.
¿Cuál es el objeto de seguir hablando de algo que ocurrió en 1972 y que, aparentemente, no tiene nada que ver con su obra musical....?
Títulos como:
“Cómo la compositora transgénero Wendy Carlos cambió la música para siempre” o “Conoce a Wendy Carlos: La Madrina Trans de la Música Electrónica“, entre un montón de títulos similares...
¿Cuál es el objeto de mencionar desde el título de una nota la condición sexual de un músico...?
Por ejemplo tomemos a Vladimir Horowitz...
¿Estaría bueno que al hacer una reseña empezáramos contando ya desde el título mismo que aunque se casó con Wanda Toscanini y tuvieron una hija, él supuestamente era homosexual y para reafirmarlo citáramos a Arthur Rubinstein como innegable fuente?
También podríamos decir que Rubinstein era un chismoso, envidioso de otro exitoso pianista que tocaba su mismo repertorio, además de ser un petiso agrandado.
Honestamente: ¿a quién carajo le importa?
Lo único que nos debiera importar es que ambos fueron excepcionales pianistas, que casi hasta el fin de sus largas vidas dieron conciertos, y entonces disfrutar de esa maravillosa música.
Y así podríamos citar un montón de casos. De lo único de lo que estaríamos hablando en realidad es de nosotros mismos, de nuestros intereses morbosos, no de esos artistas.
Pareciera una tontería pero en este último tiempo en el que repasé y profundicé mi conocimiento sobre la obra de Wendy Carlos encontré varias personas que seguían con esta actitud chismosa, farisea, de jueces sin nombramiento oficial. Mayormente son tipos que ni siquiera son músicos. Pero aunque lo fueran no tienen ningún derecho a juzgar la conducta privada de otro músico. Porque aquí no está en cuestión su música, sino su vida privada.
    
El derecho a la privacidad
    
Parece que no entendieran la diferencia entre conducta privada y pública. Y es algo tan sencillo que por ejemplo “el derecho a la privacidad, que en los EE.UU. aparece como un derecho no-enumerado, en nuestra Constitución tiene norma propia y además, muy clarita.”
El artículo 19 de la Constitución de la República Argentina dice:
“Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”
Extraigo esta frase de un artículo que sería interesante que leyeran para entender este derecho y como lo aplican los jueces de verdad:
“Cierto es que muchas veces se la relegó en pos de objetivos sociales o políticos que se suponían superiores. Pero ahora vamos a ver qué fuerte que es la norma cuando se la lleva hasta las últimas consecuencias.”
(Artículo completo)

Dicho esto recuerden que si quieren que se respeten sus derechos tienen que respetar los derechos de los demás. Si no les gusta que se metan en sus vidas no se metan en las de otros. Además, con esto en mente, tengan cuidado con lo que dicen, cómo lo dicen y dónde lo dicen, porque pueden ser demandados legalmente, como comentaré en la parte final del artículo.



martes, 23 de enero de 2018

La melodía Infinita, de Juan Forn






La idea de presentar aquí en el blog del Vergel  un cuento literario, surgió a partir de las reacciones que causó la reseña de Alejandro Engelberger sobre Wendy Carlos, que publicamos en un grupo amigo en facebook: "MA. Músicas Ambientales". La reseña de Alejandro despertó mucho interés y generó muchos comentarios. Matias Roggiero, un miembro de ese grupo, respondió al post con este cuento rezumante de música, cuyo autor, Juan Forn, es un talentoso y prolijo escritor argentino de nuestra época que yo aún no conocía. Quiero dar las gracias a Matias por este bonito obsequio, a Roberto Carranza, y a todos los administradores y  miembros de "Músicas Ambientales"





domingo, 21 de enero de 2018

La telefonía móvil en cuarentena






Escuchar el discurso que da la doctora Davis en este video me ha llevado a meditar y a averiguar más acerca de este tema tan candente en la actualidad: ¿Que peligros entrañan para la salud humana los móviles, los routers, las antenas de telefonía, etc.?
Tal vez la respuesta a esa pregunta tarde décadas en llegar, pero, mientras tanto, qué hacer? Qué actitud tomar ante las ondas electromagnéticas en el día a día? La musica que nos acompañará en esta ocasión será la del álbum Pinnacles de Edgar Froese.


Buscando a la Madre de la Música Electrónica (5ª Parte) Wendy Carlos


Cuando inicié esta serie de artículos sobre La Madre de la Música Electrónica mi objetivo primario era hablar de Wendy Carlos.
Un amigo me había dicho que para él el Padre de la Música Electrónica era Isao Tomita En cambio, para mi, era Karl Heinz Stockhausen.
Así que me puse a investigar y cuanto más aprendía más me convencía de que era difícil, inútil y hasta injusto atribuir la paternidad de la Música Electrónica a un solo hombre, y que además era absolutamente imprescindible incluir a las mujeres pioneras en este Arte. De ahí la serie de artículos mencionados. Porque Wendy debería estar entre Las Madres.
Pero el tema es que Wendy no siempre fue Wendy. Por lo menos a los ojos del resto del mundo. Aunque en su interior ella se considerara Wendy, ella nació como Walter. Si, ese el 14 de noviembre de 1939 en Pawtucket, Rhode Island, Estados Unidos, Wendy nació varón.
Así que por mucho tiempo antes de que yo tomara conocimiento de su cambio de sexo, pudiera haberlo considerado entre los posibles Padres de la Música Electrónica.
    

Wendy Carlos demostrando sonido estéreo para un proyecto de ciencia de la escuela secundaria. Foto de The Rafaelite, anuario de St. Rafael Academy, Pawtucket, Rhode Island. (Autor: The 1958 senior class of St. Rafael Academy)

Pero dejaré este hecho de la sexualidad de Wendy de lado. Aunque solamente por ahora. Más adelante en la nota veremos cuán importante fue este aspecto de su vida en toda su obra.
Otro tema que quiero hacer notar en este momento es que contrariamente a lo que he visto que hacen en general en las reseñas sobre Wendy, pondré las tapas de los discos tal como fueron conocidos por todos nosotros a medida que iban siendo lanzados, es decir, con el nombre de Walter.

Cuando escuché su primer disco no tenía nada en claro sobre él. Para mi era simplemente un creador que hacía una música prodigiosa, envuelta en un misterio total sobre cómo era ejecutada. Esa música de Johann Sebastian Bach, que habitualmente escuchaba en la radio en versiones barrocas, y a veces en rebuscadas versiones sinfónicas estilo Stokowski, ahora llegaba a mis sentidos con timbres electrónicos, totalmente nuevos para mi (y para el resto del mundo, claro).
El disco es Switched-On Bach, lanzado en 1968, y en países de habla castellana se llamó Bach Electrónico.