lunes, 5 de junio de 2017

Tales from Topographic Oceans, un enigma


Tales from Topographic Oceans es un disco que siempre me ha fascinado, y siempre me encontrarás entre las filas de los que piensan que es una obra maestra. No voy a hablar de la historia de esta Esfinge musical, ni de multitud de anécdotas relacionadas con ella que podrás encontrar sin dificultad en muchísimos otros sitios en la red.
Voy a  hablar de algunos de los numerosos enigmas que plantea  este disco. De la historia de su creación desde un punto de vista espiritual. De su relación con el sol y las estaciones... y de cómo llegó hasta mi.




Artista: Yes
Álbum: Tales from Topographic Oceans
Año: 1974
Género: rock progresivo, rock sinfónico
Duración: 1:23:14
Nacionalidad: inglesa



Lista de Temas:
The Revealing Science of God - Dance of Dawn (Anderson/Howe/Yes) - 20:23
The Remembering - High the Memory (Anderson/Howe/Yes) - 20:35
The Ancient Giants Under the Sun (Anderson/Howe/Yes) - 18:37
Ritual - Nous Sommes du Soleil (Anderson/Howe/Yes) - 21:33


Alineación:
Rick Wakeman / Teclados
Jon Anderson / Voces
Steve Howe / Guitarras, Voces
Chris Squire / Bajo, Voces
Alan White / Batería








Finales de los '70. Mi buen amigo japonés me grabó Tales from Topographic Oceans en cinta cassette y me rogó que lo escuchara no una, sino mil veces: las que fueran precisas hasta entenderlo. Debo decir que la cosa fue bastante ardua, porque Tales from Topographic Oceans no es un disco que te revela sus tesoros a la primera escucha, y muchas veces, no lo hará nunca. Dada su complejidad, no es recomendable introducirse en la música de Yes empezando por este álbum.







Mi primera impresión fue que era aburrido, plano, plomizo, sin un hilo conductor ni una estructura concreta. Sin embargo, un poco por seguir la recomendación de mi amigo, y un poco porque encontraba un no se qué de mágico y misterioso en ese aparente amasijo inconexo de melodías cantadas y fragmentos instrumentales, seguí escuchándolo. No se si se han visto alguna vez en la difícil tesitura de leer algún tratado de alquimia, tal como el Mutus Liber, el Libro de las Figuras Jeroglíficas de Nicolás Flamel o Las Moradas Filosofales de Fulcanelli, volúmenes llenos de enigmáticas ilustraciones. Cuando uno los hojea, aunque no entienda nada (como yo, por ejemplo) tiene la poderosa sensación de que esas figuras están tratando de comunicarle algo trascendente... esa misma sensación me embargaba al escuchar Tales from Topographic Oceans, primero de manera vaga, difusa, y luego, conforme lo seguí escuchando, de una forma cada vez más intensa y clara. Paulatinamente el disco fue adquiriendo relieve, color y sentido; las partes de cada movimiento fueron mostrando una sutil coherencia entre sí, coherencia que yo antes no había sido capaz ni de intuir. Posteriores escuchas fueron sacando poco a poco el enorme potencial que esta obra esconde, hasta convertirse en mi disco favorito de Yes.









Tales from Topographic Oceans, desde luego, nunca deja a nadie indiferente: despierta grandes pasiones. Son muchos los que lo detestan, y muchos otros que lo elevan a los altares. Veamos algunos ejemplos. Dice Ferrán Lizana en La Caja de Música: "Tales from Topographic Oceans" es un álbum excesivamente pretencioso, que se pierde en su propia ambición y grandilocuencia. Si en vez de alargar el trabajo hasta confeccionar un doble LP, lo hubieran resumido en un único disco, ahora podríamos estar hablando de uno de los grandes trabajos de Yes."


En cambio,TenzaZangetsu en El Portal del Metal, dice:  "Este trabajo es el legado y prueba de que no existe algo como las limitaciones en el mundo del arte. Si crees en ti mismo y en lo que haces, puedes romper cualquier estatuto que la sociedad haya creado para ti. Las ideas más peligrosas, como dijo Oscar Wilde, son las que merecen ser llamadas ideas. Y esto merece ser llamado una obra maestra en talento y peligrosidad. Debajo del velo de la locura, yace el rostro de la brillantez y genialidad."


Mucho más crudo que el primero se muestra Carrascus, en La Ridiculez de lo Sublime:"El disco más pesado del grupo más pesado de todos los británicos con pretensiones artísticas, Yes (Zzzzzzzzzzzz). “Tales from topographic oceans” es la destilación de séptima mano del pensamiento del mundo, de acuerdo a cinco de las personalidades más difusas que jamás hayan intentado coexistir en un grupo de rock. El teclista, Rick Wakeman, y el batería, Alan White, eran los únicos rockers genuinos del grupo, aunque la idea que Wakeman tenía de la inventiva muchas veces era sacar con paciencia sonidos de pedos de su órgano Hammond B-3, y Alan White muchas veces parecía tan desconcertado por los no-arreglos tan elaborados que pasaba de seguir el ritmo. El bajista, Chris Squire, era un guitarrista frustrado, que rellenaba cada espacio abierto que encontraba en una canción con demasiadas notas, y el sub-clásico guitarrista Steve Howe buscaba distanciarse todo lo posible de su base de guitarrista de blues-rock. La guinda del pastel la ponían con la displicente voz de registro muy alto de Jon Anderson, que fingía ser inocente e ingenua, pero que de hecho era insolente e infantil… …en otras palabras, el desastre era inevitable.

“Tales from topographic oceans” es una larga, larga, larga canción de 81 minutos dividida en cuatro secciones (una por cada cara de un disco doble). Las letras son psicofarfulleos de mística oriental, lastradas fuertemente por tempos arrastrados. Tan pronto como una canción adquiere una rapidez suficiente como para despertar el interés, la batería inmediatamente se escabulle y nos volvemos a dar de narices con Jon Anderson gorjeando etéreamente sobre montañas o pájaros. Los pájaros vuelan y pueden huir, desgraciadamente las montañas no tienen esa suerte."


Fernando G. Toledo, que escribe en Oído Fino es del bando de los entusiastas:

"...Así, en 1973 (hace 37 años), Yes daba a luz un disco maravilloso: Tales from Topographic Oceans. No era usual, y no lo ha sido nunca, que una banda de rock, por más «progresiva» que fuese, se animase a publicar una placa doble, compuesta tan sólo por ¡4 temas! Anderson & Cía. consideraron que su gente estaba preparada para recibirlo y aprovechó esa libertad para entregarle esta original obra maestra."

Y finalmente, la joya de la corona, un anónimo, en la página drmusicstudio dice así: "...amplias partes del disco se convierten en monstruosas nebulosas sonoras casi imposibles de seguir que, en vez de excitar nuestra imaginación, la terminan dopando y adormeciendo. Considerando además que en general estos motivos se suceden uno tras otro de forma impredecible, desarticulada, con costuras a la vista, lo que nos queda es poco más que un absurdo caos ininteligible, capaz de despertar en cualquier mortal los más viscerales impulsos de tomar ambos CD's y destruirlos a martillazos."

(Si esas partes de Tales From Topographic Oceans le parecen un absurdo caos inintelegible, me pregunto que dirá este señor de Bitches Brew, obra maestra de Miles Davis, por ejemplo.)








Creo que he logrado dejar bien claro lo controvertido que fue este álbum en su momento. Me reafirmo en lo que dije al principio: un disco así, en una primera escucha resulta pesado e incoherente, pero no es el único caso, allí está  el ilustre ejemplo del mencionado Bitches Brew, o de muchos otros trabajos de Miles Davis. No toda la música es easy listening, ni todo es Queen o Status Quo: hay cosas que exigen cierto empeño y dedicación para poder desentrañar su esencia. Yes había logrado crear un lenguaje propio, que en Tales From Topographic Oceans llegaría a su expresión más conceptual.  Hay que familiarizarse primero con su lenguaje si se quiere percibir la belleza de sus creaciones.
Desde luego, no nos lo ponen nada fácil: pero la recompensa es grande si uno escucha estando abierto a lo desconocido. 

Desde el grandioso solo de guitarra de Howe que entra aproximadamente en el minuto 2 de "La Ciencia Reveladora de Dios", y que parece querer evocar el orden cósmico y la armonía de las esferas celestes en toda su magnificencia, hasta el arpegio que empieza en el minuto 0.48 de "Ritual" que parafrasea en tonos menores el antiguo "Frère Jacques, Frère Jacques, Dormez Vous? Dormez Vous?"  anunciando así la llegada de la divinidad Solar que viene a disipar las pesadas sombras de la noche, todo el disco está plagado de alusiones, guiños, señales. Nada es dejado al azar en esta obra inmensa.







En una conversación que mantuve hace años con varios contertulios, uno de ellos, que parecía muy entendido en materia, aseguró que Tales se rige por la Regla Aurea, tanto en su música como en el diseño de portada, y que, de algún modo, el solo de guitarra que antes mencioné es la encarnación misma de esa regla dorada. No tuve la oportunidad de comprobar hasta que punto lo que dijo ese interlocutor fuera cierto, pero me resulta muy sugerente, y me fascina la idea de indagar acerca de ello en un futuro. 






El sol, imagen de la divinidad en todas las culturas del planeta, es también aquí el tema central. El último movimiento de la obra, Ritual, una composición de Chris Squire, es un himno consagrado al sol, y en The Ancient, Jon Anderson saluda al astro rey llamándolo por algunos de sus variopintos nombres, tomados de diferentes lenguas, algunas arcaicas, como el griego, el azteca o el telugu: Sol, Dhoop, Sun, Ilios, Naytheet, Ah Kin, Saule, Tonatiuh, Qurax, Gunes, Grian, Surie, Ir, Samse...
Por último, los cuatro movimientos de la obra están relacionados con las cuatro fases del ciclo solar: las estaciones, y con las cuatro edades del mundo, tal cómo enseñan los Vedas,libros sagrados hindúes. 








La historia de este álbum empieza en algun momento durante la gira de Close to the Edge a su paso por Japón. Antes de un concierto, estando aún en el hotel, Anderson hojeaba La Autobiografía de un Yogui, de Paramhansa Yogananda, y al leer una nota al pie de la página 83 del texto, encontró allí una fuente de inspiración inmensa para el que sería el nuevo hito del grupo. La nota decía exactamente:


-".....los Shastras , literalmente, "libros sagrados", ... comprenden cuatro clases de escritura: Shruti , Smriti, Purana, y Tantra . Estos tratados cubren todos los aspectos de la vida religiosa y social, así como las áreas del derecho, la medicina, la arquitectura, el arte, etc. Los Shrutis son las escrituras "reveladas" o las procedentes de la tradición oral: los Vedas. Los Smritis o "recuerdo" son el saber que fue escrito en un pasado remoto en forma de largos poemas épicos: el Mahabharata y el Ramayana. Los Puranas son, literalmente, "antiguas" alegorías; Tantras se traduce cómo "ritos" o "rituales"; estos tratados transmiten verdades profundas bajo el velo de un minucioso simbolismo." -

Aquí tenemos la nota a pie de página que desencadenó la vorágine de creatividad y misticismo que se materializó en Tales From Topographic Oceans.

Parece poco probable que Anderson se enfrascara en un estudio profundo de los Shastras debido a la falta de tiempo y a la extenuante actividad de la gira. En cualquier caso, su pensamiento, muy afín a la filosofía Vedanta, unido a su genio creativo, concibió una gran obra en cuatro movimientos que pretende ser un compendio del conocimiento más sublime de la humanidad: algo así como la pirámide de Kukulcán, que, no por casualidad, está justo en el centro de la hermosa portada  del álbum.

Eso concuerda con la declaración que hizo Anderson al respecto:  "Quizás, en algún lado, estaba escrito que nosotros teníamos que escribir la versión musical de la Biblia. Lo que yo quise fue demostrarle, a quien había escrito eso, que sí lo haríamos, y creo que con este disco estuvimos cerca de lograrlo..." Delirios de grandeza? Megalomanía? Es posible.



La Biblia, las pirámides, los secretos de los alquimistas y de los templarios, los misterios paganos de Eleusis... todas estas cosas me suelen traer a la mente la musica de este maravilloso disco, que posiblemente nos tenga reservadas muchas otras sorpresas, al igual que la Gran Pirámide de Keops, por ejemplo. Recientemente leí que un estudio con escáner indicó que muy probablemente abrigue en su interior dos nuevas cámaras que están aún por explorar.







En mis pesquisas he encontrado muchas páginas dedicadas a la interpretación de los textos de Tales, pero no se si realmente hay algo que interpretar, algún lenguaje críptico que descifrar, como en el caso del Trobar Clus de los trovadores cátaros del Languedoc, en los textos de cuyas canciones abundaban los mensajes ocultos (véase: Lengua de los Pájaros)... podría ser. Hay otros que afirman que las letras en sí no tienen mucho significado, que no hay que buscarles un sentido: según ellos estarían redactadas de acuerdo a las reglas del mantra yoga, la vertiente de la ciencia yóguica que estudia el poder del sonido y de la palabra. Esta rama del yoga enseña a utilizar el sonido para producir unos campos vibratorios favorables para ciertos procesos de despertar de la conciencia.

 Se cuenta que al final de la grabación del disco, Anderson y Howe (que compusieron juntos los tres primeros movimientos del álbum casi en su totalidad), experimentaron un tremendo éxtasis iluminatorio que les duró varios días.
Esta faceta espiritual del disco ha sido enfatizada por un teólogo protestante llamado Ahyh, que considera la música de Yes en general, y la de Tales en particular, como algo capaz de dilucidar los interrogantes fundamentales relacionados con la divinidad. Por otra parte, la estudiosa de religiones comparadas Jennifer Rycenga, ha realizado un interesantísimo estudio sobre este álbum en el libro Progressive Rock Reconsidered, del que pude leer apenas unas páginas. Si consigo leerlo entero lo comentaré aquí en el blog.






Todo esto muestra hasta que punto fue ambicioso, audaz y visionario este proyecto, que  otros tildarían de "pretencioso" y "grandilocuente". Las cuatro estaciones, los cuatro puntos cardinales, la cuatro edades del mundo según la tradición hinduista, las cuatro fases de la luna... Anderson sintió el impulso de construir una Gran Pirámide sonora (por cierto, la Pirámide tiene cuatro caras), un disco inmortal, que pese a la incomprensión que sufrió en su tiempo, sigue despertando interés hasta la actualidad. Efectivamente, en 2016 se publica una remezcla de este imponente álbum realizada por  Steven Wilson. Eso, para mi,  se debe a  que es una obra que resiste el paso del tiempo (a diferencia de muchas otras que fueron muy alabadas por los críticos en su momento, y que ahora ya están caducas), y que es un referente fundamental en el ámbito del rock progresivo. 
Lo dejo aquí por ahora, pero seguramente habrá una segunda parte de este post, porque se trata de un disco que me apasiona. Quiero seguir profundizando en él,  pues creo que hasta ahora tan sólo he estado rascando la superficie...


                 el Canario


3 comentarios:

  1. Cana querido!!

    Nuevamente la sacaste del estadio con ese estudio comparado, solo apto para "yesmaníacos" que me encantó! jeje

    Yo por mi parte tuve la suerte de oir ordenadamente Fragile, Close y Tales, casi al tiempo que fueron saliendo, así que mis orejitas de vinilo estaban capacitadas plenamente para esa orgía melódica, si bien es cierto que muchos de los significados esotéricos por entonces ni me pasaban de cerca, pero ahora con tus apuntes, me volcaré a repasar esta obra maestra. Tengo anécdotas de este disco pero son demasiado locas de mi adolescencia.

    Ohm sensei...
    Dark-ius

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  2. Inagotable doble. 500 pesetas de la época y en el 2020 aún dura. Hay que escucharlo cada vez que uno se acuerda de que hay que zarpar en pos de Odiseo y no volver nunca jamás. Luego, las cuatro caras se acaban, uno ha vuelto... pero no se olvida de por donde habrá que irse al final del último viaje. Yes, yes, Yes.

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  3. el album de mi vida. Y mira que escucho musica... pero a este regreso siempre. Es la banda sonora de la Gran Travesía. Un abrazo!

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