viernes, 10 de marzo de 2017

Ry Cooder / Vishwa Mohan Bhatt - A Meeting by the River (1993)


Siguiendo la trayectoria iniciada cuando hablé de Stefan Grossman, ese gigante del fingerstyle y el country blues,  hoy voy a presentarles un disco muy especial, producto de una fusión que en un primer momento resulta inverosímil: la del country blues con los ragas indios.
Me resulta gracioso imaginar  a Ry Cooder como un cowboy que descubre la India y se enamora de ella. Y en realidad, es un poco así. Más abajo les cuento la historia completa, pero antes quiero agradecer a mi amigo Carlos Castelar por haberme revelado este disco que no deja de maravillarme y que cada día me gusta más.





Artista: Ry Cooder / Vishwa Mohan Bhatt
Álbum: A Meeting by the River
Año: 1992
Género: folk, country, música oriental
Duración: 39:35
Nacionalidad: EEUU/India



Lista de Temas:
01. A Meeting by the River
02. Longing
03. Ganges Delta Blues
04. Isa Lei (Caten)



Alineación:
Ry Cooder / bottleneck guitar, guitarra
Vishwa Mohan Bhatt / Mohan veena, slide guitar
Joachim Cooder / dumbek
Sukhvinder Singh Namdhari / tabla
Kavichandran Alexander / ingeniero, productor








El mundo de la fusión a menudo nos depara sorpresas muy interesantes. Recuerdo esa canción de Sabina, Así estoy yo sin ti, en la que en un momento dado sale la frase: "más triste que un torero detrás del telón de acero". Hoy tenemos aquí no a un torero, sino a un vaquero, que, a diferencia de Sabina, se fue mucho más allá del telón de acero (musicalmente, claro), y encima se lo pasó en grande. 


Me refiero a Ry Cooder, multi instrumentista, muy buen guitarrista, productor, etc. que se ha desempeñado muy bien en muchos estilos, pero que llegó a la fama gracias a su fantástico dominio de la guitarra con slide, que maneja especialmente en la música de su país: country, bluegrass, blues, gospel, R&B, Tex Mex, etc. se dice que fue él quien enseñó a Keith Richards, de los Rolling Stones, a tocar en la afinación abierta de sol, que luego este utilizó en muchos de sus temas.






La historia de este álbum empezó cuando Cooder escuchó un disco de música clásica indostaní, interpretado por Vishwa Mohan Bhatt, un eminente músico de aquellos lares, que toca un instrumento de su invención, el Mohan Veena (al parecer un híbrido de guitarra y otro instrumento indio tradicional). El vaquero quedó fascinado por aquel disco y se empeñó en conocer a Bhatt, y en grabar algo juntos.

Cooder y Bhatt se reunieron por primera vez menos de una hora antes de que comenzara la grabación; improvisaron gran parte del material del álbum. Por eso, en la carpeta hay escrito: "este disco no fue planeado ni ensayado". El álbum fue producido por Kavichandran Alexander, fundador del sello discográfico Water Lily Acoustics, especializado en World Music y con sede en California.


Ry Cooder con su guitarra, y Vishwa Mohan Bhatt con su Mohan Veena, eligieron como tema central algo que tenían muy en común, el río, que, llámese Mississippi o Gánges, es siempre la misma metáfora del paso inexorable del tiempo, del fluir incesante y del cambio perpetuo. Buda fue barquero durante un tiempo, y llevaba a la gente de una orilla a otra del río. Otra metáfora que ilustra el paso de la mente del estado dormido al estado despierto. 


En lugar de cantarle al delta del Mississippi, como es usual en los bluesmen sureños, esta vez Ry Cooder se inspiró en el delta del Ganges, con su guitarra de cuerdas metálicas articulando inflexiones que tomó prestadas del sitar. A veces parece que solloza, otras que suspira aliviada. Estos efectos se logran con el slide (un pequeño tubo metálico que se hace deslizar sobre las cuerdas para que produzca un sonido alargado, ascendente o descendente según el sentido en el que se mueva el tubo), que es muy usado en la música hawaiana y la country. Antiguamente, para lograr ese efecto, se utilizaban anillos, navajas, e incluso cuellos de botellas (de ahí que a esta forma de tocar se la llame también bottleneck).


Este tipo de fusión, que a muchos les resulta forzada y estéril, un engendro híbrido sin posibilidad alguna de supervivencia, para mi en cambio, es una expesión hermosísima del encuentro entre culturas que se está dando en nuestros días. Estilos de vida tan distintos como el norteamericano y el indio, por ejemplo, se toman de la mano, y tratan de encontrar la manera de sintonizar entre si. 


Traeré a este blog otros ejemplos de fusión que, como este, en una primera escucha suelen resultar chocantes.






El álbum contiene cuatro temas, tres de los cuales se acreditan a Cooder y Bhatt; el cuarto, Isa Lei , es una canción de despedida de las islas Fiji cuyo autor es A. W. Caten. La duración de las pistas oscila aproximadamente de siete minutos y medio a doce minutos. A Cooder y Bhatt les acompañan Joachim Cooder, hijo del primero, de apenas catorce años de edad, tocando el Dumbek, un tipo de tambor originario de Oriente Medio, y Sukhvinder Singh Namdhari, a las tablas. 


Publicado en 1993 por el sello Water Lily Acoustic Records, el álbum fue grabado en septiembre de 1992 en la capilla de Cristo Rey del seminario de S. Antonio en Santa Barbara, California.

Bhatt, que fue el primer discípulo de Ravi Shankar, y que ha colaborado con músicos de la talla de Bela Fleck, declaró acerca de este disco: "La música no tiene ninguna religión y ninguna barrera geográfica o lingüística: habla un lenguaje universal". Y en otra ocasión asegura que este trabajo con Ry Cooder es lo más especial que ha hecho nunca.

De lo que afirma Bhatt habría que deducir que para él las religiones son, junto a las barreras lingüísticas y geográficas, un obstáculo mas que viene a separar a los seres humanos? Yo creo que si.




Cooder y Bhatt ganaron el premio al mejor álbum de músicas del mundo en los Grammy del año 1994. El álbum está incluido en el libro de Tom Moon, 1001 Albums You Must Hear Before You Die .






                 el Canario











1 comentario:

  1. Juan Carlos me acabo de suscribir a tu blog, tienes cosas muy bonitas, y tus comentarios son inspirados, enseñas e invitas a la reflexión.
    Bello disco el de Cooder y Bhatt, un clásico. Seguiré husmeando.

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