Un álbum clave en la discografía de Gary Burton, que, de paso, es un documento de inapreciable valor para conocer los comienzos del guitarrista Pat Metheny.
Un despliegue de creatividad y virtuosismo, en el que la música se
convierte en energía pura.
Después de alcanzar el
reconocimiento internacional como miembro del cuarteto de Gary Burton, Metheny
formará el Pat Metheny Group y llegará a ser considerado como uno de los
guitarristas más brillantes dentro del
panorama del jazz actual.
Para vuestro deleite: Passengers, una de las mayores joyas que han
salido de la casa ECM. Buen viaje!
Artista: Gary Burton Quartet y Eberhard Weber
Álbum: Passengers (ECM 1092)
Año: 1976
Género: jazz fusion
Duración: 40:34
Nacionalidad: EEUU
Lista de Temas:
1. Sea Journey (Chick Corea)
2. Nacada (Pat Metheny)
3. The Whopper (Pat Metheny)
4. B & G (Medio Oeste ideal de las noches) (Pat Metheny)
5. Los campos Amarillo (Eberhard Weber)
6. Claude y Betty (Steve Swallow)
Alineación:
Gary Burton / vibráfono
Pat Metheny / guitarra eléctrica
Steve Swallow / bajo eléctrico
Eberhard Weber / bajo
Dan Gottlieb / batería
Con un Pat Metheny de 22 años, que apenas pocos meses antes había grabado su primer disco en solitario con Jaco Pastorius y Bob Moses (Bright Size Life) bajo contrato de la casa ECM, tenemos ante nosotros, no lo duden, un verdadero diamante musical, cuyo nombre es Passengers. Fue grabado en el Talent Studio de Oslo en noviembre de 1976, para luego ser lanzado al mercado en 1977. Uno de los grandes valores de este disco es el de ser un testimonio sonoro de los inicios de Pat Metheny: su toque moderno y fresco le había dado una nueva dinámica a la banda del vibrafonista Burton, pero además, en este álbum se estrena como compositor para la misma, al haber escrito tres de los seis temas que conforman Passengers.
Como es sabido, Pat Metheny fue un verdadero talento musical desde su infancia; dice su biografía:
"...empezó a estudiar guitarra desde la más tierna edad. En seguida se reveló como un prodigio; a los diecisiete años obtuvo la cátedra de música de la Universidad de Miami y del famoso Berklee School of Music de Boston (considerado una cantera de las nuevas generaciones del jazz-rock). Un día se presentó en el camerino del vibrafonista Gary Burton para revelarle que conocía de memoria su repertorio. Tras un logrado ensayo, entró a formar parte del quinteto de Burton a los diecinueve años. En esta época fue descubierto por Manfred Eicher, factótum de la compañía discográfica alemana ECM"
¡Entrar a formar parte de una banda como la de Gary Burton a los 19 años! Pocos son conscientes de lo que significa eso. Y obtener la cátedra de música a los 17... se me viene a la mente ese chico genial llamado Mozart.
Casi tres años después de que Pat entrara a formar parte del cuarteto, graban Passengers. Nótese en este disco la presencia de dos bajos, el de Swallow y el de Weber, y el hecho de que, a diferencia de sus álbumes anteriores, en los que había colaborado Pat Metheny, este es el primero en el que Metheny es el único guitarrista de la banda, ya que en aquellos compartía ese papel con Mick Goodrick, su mentor en Berklee.
El disco comienza con un arrollador tema de Chick Corea: la amalgama de los cinco instrumentistas está tan bien lograda, que consiguen un sonido compacto y sin fisuras a lo largo de todo este trabajo. Algo parecido a las caligrafías japonesas, que después de ser trazadas se estudian al microscopio, para determinar si el trazo fue ejecutado en un solo movimiento o si el dibujante titubeó en algún instante. Dicen que es una forma de comprobar el estado de conciencia del artista.
Una mente Zen, según esto, haría una caligrafía en un hermoso y único trazo, sin fragmentación alguna. Antes de que siquiera se conciba el pensamiento de hacerla.
Una mente Zen, según esto, haría una caligrafía en un hermoso y único trazo, sin fragmentación alguna. Antes de que siquiera se conciba el pensamiento de hacerla.
En algunas formas de jazz me parece encontrar el mismo espíritu; por ejemplo en esta.
Para un admirador de esta banda, y de Pat Metheny en particular, este es un disco imprescindible. Uno de esos discos que exigen una calidad de escucha que sea tan elevada y creativa como la de la ejecución de los músicos, que es mucha. Es una música generosa, pero al mismo tiempo altamente exigente... la dejo ahí, como un diamante de incalculable valor para que todos la contemplen. Que ustedes disfruten del viaje a través de su destello.
el Canario
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