miércoles, 5 de junio de 2019

Hara. Nuestro centro de gravedad





Después de hablar del Ombligo del Mundo, y profundizando en el tema, me he puesto a estudiar un punto anatómico que es crucial en la cultura china y japonesa: el Hara o Dan Tien. en Japón, por ejemplo, toda disciplina tradicional, desde las artes marciales hasta la ceremonia del té, tienen su raíz en el Hara: en la manera de preparar un arreglo floral Ikebana, de empuñar una espada, o de trazar una caligrafía con el pincel, se ve si la persona está asentada en su centro y tiene "los pies en tierra", o si se "va por las ramas", o "está en las nubes".
como fondo musical les propongo un tema de Franco Battiato dedicado a la búsqueda del propio centro, de un Centro de Gravedad Permanente.






Algunas veces la música popular aborda cuestiones muy serias, mucho más serias de lo que pueda parecer a primera vista.

Es el caso de "L'Ombelico del Mondo", de Jovanotti, el rapero italiano, canción que coloqué en la cabecera de mi post anterior (El Ombligo del Mundo), y también de este "Centro de gravedad permanente", del siciliano  Franco Battiato, que, aunque no sea precisamente mi ídolo como cantante (ni mucho menos como bailarín), debo decir que como compositor para mi gusto ha tenido algunos aciertos. Aquí les ofrezco cuatro versiones de uno de mis temas favoritos de Battiato: "Centro di gravitá permanente".

Pero este post no trata de Battiato ni de su canción: vamos a hablar de ese centro que todos buscan dentro de si mismos, y que con frecuencia nunca se llega a encontrar.

Se suele decir de una persona que es "centrada" cuando tiene su mente clara, libre de distracciones, atenta, y goza de un sólido equilibrio emocional. Según la sabiduría taoísta esa atención, esa claridad mental, y ese equilibrio son signos de estar afianzados sobre esa "tierra firme" llamada Hara. Pero  ¿Qué es el Hara?  





Hara  (en japonés, literalmente, "vientre"), es un centro vital que se encontraría en las proximidades del ombligo. Su nombre chino es Tan Tien, o Dan Tian inferior. En el mapa energético taoísta del ser humano es de una importancia capital. Es el punto de partida de todos los  procesos transformadores de la alquimia china. Equivale, para muchos,  al crisol o atanor de la alquimia occidental, espacio en el que tiene lugar el drama de la transmutación.



 Dan Tian se traduce al castellano cómo Campo (tian) de Cinabrio (dan). Tian es el campo, el terreno fértil que debe ser trabajado por el alquimista. Dan designa al cinabrio o sulfito natural de mercurio. Es un mineral rojo, que se encuentra en abundancia en el sur del Celeste Imperio, y que para los alquimistas chinos es el jeroglífico de la "materia prima".





Según la alquimia taoísta, el Dan Tian es como una batería en la que traemos almacenada toda la energía que nos legaron nuestros padres y antepasados. Al nacer, llegamos al mundo con este depósito de energía vital totalmente lleno.

Esta especie de despensa natural se hallaría tres dedos por debajo del ombligo y en el centro del estomago, aunque su ubicación varía ligeramente en cada persona.

Con el desgaste que inevitablemente nos acarrean los años, esta batería se va descargando, e incluso, en muchos casos, se llega a bloquear como consecuencia de ciertos estados emocionales y hábitos dañinos.
La alquimia taoísta enseña técnicas muy sencillas para recargar este acumulador de energía y desbloquearlo.





En esta antigua disciplina, al igual que en el yoga hindú, se establece que existe un sistema de centros energéticos que el yoga denomina chakras. Los centros principales de este sistema se distribuyen a lo largo de los dos canales energéticos más importantes del cuerpo humano. El Canal Gobernador se despliega desde el perineo hasta el paladar pasando por toda la columna vertebral y la coronilla, y el Canal Funcional sube desde el perineo por la parte delantera del cuerpo hasta llegar a la lengua. Uniendo la lengua al paladar,  permitimos que los dos canales  formen un circuito cerrado de energía, llamado Órbita Microcósmica.

Hay, además, toda una red de canales y chakras secundarios, cada uno de los cuales cumple unas funciones especificas.

Siempre según la alquimia taoista, existe un sistema de depósitos de almacenamiento energético; son tres, y se distribuyen en el eje central del cuerpo humano ( imaginemos un eje virtual que atraviesa al individuo entrando por la coronilla y saliendo por el perineo). Empezando desde abajo, el primer centro de almacenamiento es el que aquí nos ocupa: el Hara o Dan Tian inferior, también llamado "caldero" u "horno"; es, como hemos dicho, el depósito de la energía vital heredada, pero además también de aquella que tomamos del alimento, del aire, etc. Es la energía vital en su aspecto más burdo y grosero.

Le sucede el Dan Tian medio, situado a la altura del esternón, y finalmente el Dan Tian superior, a la altura del entrecejo.





Como los tres centros están conectados entre si, cuando el Dan Tian inferior se colma de energía, esta automáticamente empieza a trasvasarse al Dan Tian medio, y cuando este ya entra en reboso, vierte todo el excedente de fluido vital en el Dan Tian superior. 

Los Dan Tian, son, aparte de centros de almacenamiento, dispositivos transformadores de la energía vital. El chi primario y basto que reside en el Hara, allí es depurado y asciende al Dan Tian medio convertido en una forma de energía más noble.  Finalmente pasará al Dan Tian superior refinándose aún más, y activando, a su paso, nuevos procesos vitales y de la conciencia.  Tales son los fundamentos de la alquimia taoista.

El Hara tiene un papel muy importante en culturas como la china y la japonesa; la meditación budista y la de otras religiones se inicia desde ese centro. Tanto en la meditación cómo en las artes marciales  se aprende a vivir afianzandose en el Hara. ¿Qué significa eso de afianzarse en el Hara?

Nuestra energía vital, cuyo centro natural es el Hara, a menudo "se va por las ramas", subiéndose hacia la cabeza o el corazón. En esa situación el Hara se debilita, y eso conllevaría todo un conjunto de males, entre los cuales están incluídos la falta de confianza en uno mismo, la perdida de vitalidad, etc. 

Afianzarse en el Hara es hacer que esa energía se repliegue y se asiente en el vientre. Los que viven esa experiencia aseguran que uno siente que está pisando tierra firme, y no las rocas quebradizas del pensamiento o las arenas movedizas de los sentimientos.

En distintas culturas encontraremos formas de curanderismo que consisten en recolocar la energía en el centro del cuerpo, o Hara.



Aquí en Canarias, por ejemplo (y con toda seguridad en otras regiones de España), los viejos sanadores y curanderos hablaban de "arreglar la Madre" ( si era a una mujer) y "arreglar el Pomo" (tratándose de un hombre) a alguien cuando perdía el apetito, se ponía triste, insomne, ansioso, etc. Lo hacían realizándole un masaje, que estaba destinado a reconducir la energía vital a dichos centros. De ahí viene el dicho de que alguien está "desmadrado", o que determinada situación es un "desmadre", refiriéndose a algo o a alguien que ha perdido el control, que se conduce sin respeto y sin guardar las formas, o que se encuentra en un estado de enajenación ("salido de madre"). 





En Japón existe una técnica análoga, llamada Ampuku (cuya traducción sería "calmar el Hara"), que también considera al Dan Tian la parte más importante del cuerpo. El Ampuku  es un masaje abdominal que, al igual que la sanación de la Madre practicada desde la antigüedad en Canarias, serviría para calmar dolores de cabeza, estreñimiento, ansiedad, depresión, y muchas cosas más. 






Un asunto que me llama mucho la atención es que, en toda la literatura que ha caído en mis manos acerca del kundalini yoga, he encontrado mucha información acerca de los chakras, los nadis, etc. pero ninguna acerca de los tres Dan Tian. Y eso me ha hecho preguntarme por qué razón, dos culturas tan cercanas como la china y la india, que tienen enseñanzas tan asombrosamente parecidas acerca de los centros vitales llamados chakras, respecto a un tema tan fundamental como son los Dan Tian, no parezcan coincidir: 
¿Cómo puede ser que el centro del ombligo juegue un papel tan fundamental  en el yoga chino y en el japonés, y ni siquiera se mencione en los tratados de yoga indio? Yo, al menos, no lo encuentro.

Muchos identifican los tres Dan Tian con tres de los siete chakras principales, y si bien tiene que haber cierta conexión entre ellos, decir, por ejemplo, que el Dan Tian inferior es lo mismo que el chakra Swadisthana, me parece que es forzar las cosas para que encajen en los propios esquemas, un tanto simplistas. La ubicación de los Dan Tian es claramente diferente a la de los chakras mayores, y sus funciones son otras.

Una posible explicación a la duda que acabo de plantear es que el yoga  hindú ( y el modo de ser del hombre indio  en general) es mucho más esotérico que el sistema taoista (y que el carácter chino, que es eminentemente práctico y poco propenso al secretismo). Podría ser, por lo tanto, que mientras que el yoga hindú reservaba a unos pocos iniciados, y bajo juramento de estricto secreto, el conocimiento de los Tres Tesoros   (otro nombre que se les da a los tres Dan Tian), el yoga chino, o Chi Kung lo enseñara más abiertamente.

Es algo parecido a lo que ocurre con la alquimia occidental, que sólo se hace accesible a un reducido número de elegidos. Su intrincada simbología y sus textos abstrusos fungen más de gárgolas puestas allí con el propósito de espantar al profano,  que como vehículos  de conocimiento. 





                                el Canario























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