Se pretende aquí dar, al menos, una lista mínima
de los textos necesarios para adentrarse y comprender el laberinto de la
literatura alquímica.
Se debe, sin embargo, advertir
que:
1. Prácticamente toda la literatura moderna al respecto es inservible,
ya sean textos escritos por científicos del siglo XX o por “pseudo-adeptos” que han proliferado
desde la segunda mitad de dicho siglo XX y que pretenden revelar al neófito los
misterios de este Arte. Entre estos últimos tenemos a Frater Albertus,
Roger Caro, Simón H. y a muchos otros.
Entre los comentadores científicos,
tenemos entre los más famosos a Jung, quien dió una interpretación “psicológica”
de los textos alquímicos, y más recientemente, a Lawrence Principe quien ha
tratado de interpretar los textos alquímicos, principalmente de Isaac Newton y
de Filaleteo a quien el identifica con George Starkey, de forma literal
considerandolos técnicas químicas normales. Este último ha publicado varios
libros donde da una “interpretación científica” a los textos que
interpreta. A este listado de autores
modernos debemos agregar lamentablemente a todos los historiadores y estudiosos
de Ambix y otras revistas especializadas.
•
Dentro de este grupo, sin
embargo, merece una mención aparte y honorífica Georges Ranque, científico
quien en el ocaso de su vida en el decenio de 1970 escribió una obra sobre
Alquimia La Piedra Filosofal donde
se muestra abierto a la posibilidad de la existencia de la Piedra Filosofal y
aunque sus conclusiones son equivocadas, el texto que escribió es humilde y
sincero y sus ideas son desarrolladas en una forma lógica abriendose a
posiblidades nuevas aunque, al final, sean erróneas. La lectura de su pequeño libro aunque no
aporta nada al desentrañamiento del proceso alquímico es muy agradable e
instructiva e incluye tres textos importantes que no habían sido traducidos en
la década de los setenta.
Entonces, para estudiar Alquimia hay
que comenzar estudiando los textos que han sido consagrados por la tradición
como verídicos a través de los tiempos y hay que intentar comprender no solo la nomenclatura alquímica sino lo que el autor
pretende decir en el texto específico que se este leyendo. Es posible sacar todo el proceso alquímico de
las obras más famosas que fueron impresas en los últimos 500 años. Sin embargo,
para el estudioso ya muy avanzado en el estudio de esta Ciencia y que tenga ya
una noción bastante acertada del desarrollo del proceso Alquímico, le sería muy
provechoso la consulta de algunos manuscritos del siglo XVI al XVIII
diseminados por varias de las bibliotecas europeas y de USA donde se encontrarán
pasajes y descripciones muy reveladoras. Esto es posible actualmente a casi
cualquier persona con acceso al Internet ya que muchos de estos textos están
digitalizados y disponibles en forma gratuita.
Teniendo estas aclaraciones en mente
comencemos el listado con las dos obras Alquímicas más famosas del siglo XX: “El Misterio de las Catedrales” y “Las Moradas Filosofales” de Fulcanelli
aparecidas en 1929 y 1930 respectivamente.
•
Estas dos obras enigmáticas y
absorbentes han atraído a muchas personas hacia el estudio de la Alquimia en el
siglo XX. Indudablemente han sido redactadas por un profundo conocedor de la
Ciencia Hermética. Pero según el humilde parecer del autor de estas líneas
estas magníficas obras son completamente inútiles si se pretende sacar de ellas
un procedimiento de laboratorio. Las operaciones han sido tan fragmentadas y
mezcladas que es imposible poner algún orden en ellas si alguien no tiene ya un
conocimiento profundo del proceso alquímico y del orden de las
operaciones. Esta forma de proceder es
algo que el propio Canseliet reconoce al final del primer prólogo a Las Moradas
Filosofales.
Son, sin embargo, imprescindibles para
verificar términos, encontrar relaciones y obtener información específica de
una operación cuando ya se la conoce. Contienen una cantidad increíble de
información que no se encontrará en ninguna otra parte. Interesantemente debe
señalarse que no dice casi nada sobre la primera parte del Proceso excepto por
dos o tres comentarios aislados.
Por otro lado, hacen mención de la mayoría
de textos clásicos de la alquimia por lo que el lector solo tendrá que ir
viendo las referencias y buscando la edición moderna de esos textos: Artefio,
Pontano, Flamel, Basilio Valentin, Jacques Le Tesson, Bastdorff, Jean D’Espagnet,
Raymundo Lulio, Arnaldo de Vilanova, Michael Maier, Cyliani, Huginus à Barmâ,
George Aurach y muchos más aparecen en sus páginas y todos son dignos de una
atenta lectura. Así mismo hace mención de muchas otras obras famosas cuyo autor
permanece anónimo como La Turba de los Filósofos, el Mutus Liber, el Acuario de
los Sabios, etc.
Ampliando lo que se dijo sobre los
manuscritos que se pueden obtener digitalmente, con referencia a Fulcanelli, se
debe hacer notar que actualmente es posible
conseguir a través del Internet casi todos de los manuscritos y textos impresos
del siglo XIV al siglo XIX mencionados en los libros de Fulcanelli y que
pueden, entonces, ser leídos por el lector interesado.
En fin, sobre los textos alquímicos que
deberían estudiarse y tratar de entender se sugieren los siguientes que pueden
conseguirse fácilmente ya sea en internet o en forma impresa:
1.
La Entrada Abierta al Palacio
Cerrado del Rey,
Ireneo Filaleteo
2.
El
conjunto de obras que conforman el Ripley Reviv’d de Ireneo Filaleteo
3.
Three Tracts on Medicine de Ireneo
Filaleteo
4.
La Nueva Luz Quimica y el
Tratado de la Sal del Cosmopolita
5.
El Rosario de los Filósofos de
Arnaldo de Vilanova y
6.
El Rosario de los Filósofos de
autor anónimo impresa en 1550.
7.
El Acuario de los Sabios, Anónimo.
8.
La Cadena Dorada de Homero o la Naturaleza desvelada (2 Tomos) de Anton Kirchweger.
En
todos estos textos puede observarse, para el que sepa como leerlos, la unidad
de la práctica alquímica. Y si alguien
sugiere, como puede observarse en muchos comentarios modernos, que cada autor
tenía un procedimiento particular, esa afirmación solo demuestra que no los ha
comprendido adecuadamente.
Hay que mencionar que muchos autores
de los siglos XIV al XVII mencionan que obtuvieron su conocimiento de Raymundo
Lull a quien clasifican como uno de los más grandes alquimistas. No se le mencionó en esta lista por la dificultad de conseguir su Testamento
que es su obra más importante y
completa. Sin embargo. Pueden
conseguirse actualmente una versión en español de la Editorial Índigo y una
versión francesa de Beya Editions. Si
alguien tiene la oportunidad de conseguir cualquiera de ambas ediciones, este
texto es altamente recomendado aunque su lectura y comprensión es muy difícil. Se recomienda como una lectura avanzada
cuando ya se tenga un mejor conocimiento de la secuencia de las operaciones
alquímicas.
Esta
lista, sin embargo, debe de ser complementada por las lecturas que más atraigan
al estudioso y que mejor comprenda. Cada
quien debe ir decidiendo al respecto.
Para poner un ejemplo sacado de los propios autores, Filaleteo afirma en
uno de sus tratados que no aprendió absolutamente nada de Raymundo Lull y alaba
como casi imprescindibles a George Ripley y a Bernardo el Trevisano.
Para
finalizar con este listado, existe un autor casi desconocido de la primera
mitad del siglo XX llamado Archibald Crocken quién escribió Alchemy
Rediscovered and Restored publicado en 1940. Este autor ha sido injustamente olvidado y su
obra, muy sencilla en comparación a la de Fulcanelli, es sin embargo, muy
completa y esclarecedora. Y sus
comentarios sobre varios autores alquímicos dispersos a lo largo de su obra
pueden no solo complementar sino ampliar la lista aquí dada.
En
la época actual a través del Internet es posible consultar y leer textos
antiguos que antes estaban restringidos a Bibliotecas Europeas o
Estadounidenses. Se pueden encontrar los archivos electrónicos de una gran
cantidad de textos tanto impresos como manuscritos en inglés, francés, alemán,
italiano, español y latín que darán al lector curioso una amplia oportunidad de
convertirse en un experto en este arte.
Algunos
de los sitios más recomendables y completos son:
a.
Gallica
(Biblioteca Nacional Francesa). Aparte
de otros textos interesantes contiene muchos de los tratados y manuscritos
mencionados por Fulcanelli (en francés).
b.
Bibliotheque
numerique alchemique: http://www.bnam.fr/.
Contiene la versión electrónica del texto original o la transcripción de
muchos de los tratados alquímicos clásicos (en francés)
c.
Internet
Archive: https://archive.org/.
Contiene el texto electrónico de textos impresos y manuscritos en en
francés, inglés, español, latin y alemán.
Para alguien que quiera comenzar a introducirse en la lectura de textos
alquímicos se recomienda el conjunto de obras re-editadas por Arthur Waite a
finales del siglo XIX y que se pueden encontrar en este sitio. Entre las obras que él reeditó en inglés se
encuentran: Writings of Paracelsus, Collectenea chimica, Hermetic Museum
Restored and Enlarged, The New Pearl of Great Price of Bonus Ferrara , The
Triumphal Chariot of Antimony of Basile Valentin, The Turba Philosopharum y the
Works of Thomas Vaughan Eugenius Philalethes.
d.
Le
Miroir Alchemique: https://le-miroir-alchimique.blogspot.be/p/tous-les-textes.html. Contiene gran cantidad
de textos en francés en formato html y algunas obras en inglés principalmente
del Theatrum Chemicum Britannicum.
e.
Arbor d’Or Editions. https://www.arbredor.com. Una excelente colección
de textos en francés con una cuidadosa transcripción al lenguaje moderno.
Para
ayudar al lector interesado debe señalarse, aunque parezca obvio, que existen
muchos términos propiamente alquímicos cuyo significado debe de ser sacado de
los propios textos.
Estos son normalmente bastante prolijos
al mencionarlos. Entre estos tenemos términos como: acero, águila, alkaest,
alma, araña, Huevo, imán, Mercurio Rojo, Mercurio Blanco, Plata Viva, Virgen,
etc.
Por
último hay también términos propiamente químicos que sin embargo tienen un
significado muy particular en esta Ciencia. Entre estos tenemos: destilación,
putrefacción, sublimación, calcinación, etc. Un motivo muy grande de confusión
es que muchas veces estos términos tienen significados diferentes dependiendo
de a que parte del proceso se estén refiriendo los autores.
Permítasenos
para concluir este breve listado de textos alquímicos, citar a Godfrey Higgins
(1772-1833), magistrado y mitografo, autor del “Anacalypsis; An Attempt to Draw Aside the Veil of the Saitic Isis; or
an Inquiry into the Origin of languages, Nations and Religions”. Aunque él no fue un alquimista lo que escribió
refiriendose a su muy particular campo de estudio puede aplicarse con toda
propiedad al estudio hermético (se ha señalado con negrita lo que se quiere
resaltar de esta cita):
I came to a resolution to devote six hours a day to
this pursuit for ten years. Instead of six hours daily for ten years, I believe
I have, upon the average, applied myself to it for nearly ten hours daily for
almost twenty years. In the first ten years of my search I may fairly
say, I found nothing which I sought for; in the
latter part of the twenty, the
quantity of matter has so crowded in upon me, that I scarcely know how to dispose of it.
Lo
que recuerda el famoso adagio alquímico de la decimocuarta plancha del Mutus
Liber: Ora, lege, lege, lege, relege,
labora et invenies ('Ora, lee, lee,
lee, relee, trabaja y encontrarás').
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