lunes, 22 de mayo de 2017

Lluis Llach - El Meu Amic el Mar (1978)



Son tiempos convulsos para España, que intenta capear con mucha dificultad las consecuencias de una dura crisis económica. Mientras atraviesa un período de gran inestabilidad  política y es saqueada sin el menor escrúpulo por una multitud de sinvergüenzas de guante blanco, también tiene que vérselas con una de las expresiones más anacrónicas y deplor
ables del nacionalismo. Lluis  Llach es actualmente uno de los lideres políticos del independentismo catalán, y esa ha sido su bandera a lo largo de décadas. Pero escuchemosle ahora en su faceta más intima, cuando habla de su amigo, el mar. Con eso es con lo que me quedo.



Artista: Lluis Llach
Álbum: El Meu Amic el Mar
Año: 1978
Género: Canción de autor, folk progresivo
Duración: 31:46
Nacionalidad: española


Lista de Temas:
01. Bressol de tots els blaus
02. Salpar (Instrumental)
03. Camí cap al nou cant
04. Cançó de rem i de vela (N° XII)
05. Venim del nord, venim del sud
06. Quan l'onada em durà a la platja dels morts
07. La poesia dels teus ulls
08. Companys, no és això

Alineación:
Lluis LLach / Voz y composición de todos los temas excepto (4): texto de Josep M. Segarra






 


CUNA DE TODOS LOS AZULES

(BRESSOL DE TOTS ELS BLAUS)


Mi amigo el mar
tiene la calma de un dios adormecido,
cuando mi nave busca cobijo
en la isla de su pecho.

Mi amigo el mar
tiene el coraje de un dios exaltado,
y cuando se llena de aire mi velamen
seguimos un juego incierto.

y, sin embargo, tal vez
la cresta de la ola acabará
con todo mi sueño deseoso
de alcanzar aquel puerto de azares.

mi amigo el mar
es la inmensa cuna de todos los azules,
y en su vaivén de sonido y de color
aprendo cuan poco es lo que tengo.

es por eso que nunca
me podré alejar de su latido,
y fiel viviré en la marina
hasta que se acabe el viento.




Tres años después de su gran éxito 'Viatge a Ítaca', Llach presentó en España y América 'El meu amic el mar' (Mi amigo el mar), en 1978, un disco que profundiza en el "mediterraneismo" ya abordado en su anterior trabajo. En España la presentación tuvo lugar en Madrid, donde volvió después de ocho años de prohibición, y en Barcelona, donde hacía tres años que no actuaba. Era el primer intérprete no operístico que cantaba en el Liceu de Barcelona.





Para quien no conozca a Llach, las prohibiciones y persecuciones que sufrió por parte de la autoridad, durante la dictadura de Franco, fueron debidas al mensaje de su música, que abogaba a favor de la autodeterminación de Cataluña y de la rebelión contra la misma dictadura. Sus canciones estaban cargadas de un discurso político que el régimen identificaba como peligroso. Un claro ejemplo de lo que digo es este tema emblemático, L’estaca, que no solo fue un himno para los catalanes, sino para otros colectivos disidentes (por poner un ejemplo, fue utilizado en la revolución tunecina de 2011; también el partido Podemos, en España, lo suele hacer sonar en sus mítines). 

Esta es su letra:




L’Estaca

Siset: ¿No ves la estaca 
a la que estamos todos atados? 
Si no conseguimos 
liberarnos de ella 
nunca podremos andar.

Si tiramos fuerte, la haremos caer. 
Ya no puede durar mucho tiempo. 
Seguro que cae, cae, cae, 
pues debe estar ya bien podrida. 

Si yo tiro fuerte por aquí, 
y tú tiras fuerte por allí, 
seguro que cae, cae, cae, 
y podremos liberarnos. 

¡ Pero, ha pasado tanto tiempo así ! 
Las manos se me están desollando, 
y en cuanto abandono un instante, 
se hace más gruesa y más grande. 

Ya sé que está podrida, 
pero es que, Siset, pesa tanto, 
que a veces me abandonan 
las fuerzas. 
Repíteme tu canción.

Si tiramos fuerte ... 

Si yo tiro fuerte por aquí ... 
El viejo Siset ya no dice nada; 
se lo llevó un mal viento. 
- él sabe hacia donde -, 
mientras yo continúo 
bajo el portal.

Y cuando pasan 
los nuevos muchachos, 
alzo la voz para cantar 
el último canto 
que él me enseñó. 

Si tiramos fuerte ... 

Si yo tiro fuerte por aquí,
y tú tiras fuerte por allí, 
seguro que cae, cae, cae, 
y podremos liberarnos.



Tras la transición política en España después de la muerte de Franco, Llach se encuentra ante un público cada vez menos politizado, y, de hecho, la misma Nova Cançó entraba en crisis debido a que hasta el momento sus letras eran esencialmente de carácter social y político. El nuevo público no podía comprender la intensidad combativa y contestataria del período que acababa de cerrarse. Ante semejante tesitura Llach se plantea incluso retirarse, si bien finalmente no lo hace. Más bien parece buscar nuevas temáticas. De hecho, en El meu Amic el Mar, por ejemplo, apenas hay una sola canción con claros tintes políticos: Companys, no és això.








Les transcribo un fragmento de un comentario tomado de la página web del artista, acerca de este álbum, que, a mi modo de ver, expresa con mucho acierto su carácter, su proceso de creación y su belleza :


"El estudio de grabación de Albert Moraleda fue escenario de más de dos meses de trabajos constantes de Lluís Llach y sus compañeros. Con el apoyo instrumental de cuatro músicos amigos y de él mismo, el cantautor ampurdanés ha grabado un disco realmente espléndido, realizado con exigencia y rigor, y la característica fundamental del cual es la búsqueda incesante de formas expresivas nuevas, al amparo de la musicalidad específicamente mediterránea. El resultado es interesantísimo, hasta el punto que "El meu amic el mar" no es únicamente la obra magna de Lluís Llach, sino que ocupa un lugar destacadísimo dentro del panorama general de la canción y de la música popular contemporáneas, incluso a nivel internacional.






Lluís Llach ha dedicado este disco a su amigo, el mar. Porque, para un buen ampurdanés como él, el mar es siempre el amigo y el mar es siempre el Mediterráneo. Es lógico, pues, que todo el álbum discográfico de Lluís Llach emane una sensibilidad eminentemente mediterránea, la misma que ya era presente en algunas de sus mejores composiciones anteriores, como "Vaixell de Grècia" y más especialmente "Viatge a Ítaca", pero que con esta obra más reciente consigue una expresividad mucho más cuidada y coherente.





Esta sensibilidad mediterránea es el denominador común de todo el álbum, tanto en una cara como en la otra. La sugerencia de todo un mundo, propio y singular, es el rasgo definitorio de esta obra del popular cantautor: un mundo real y tangible, pero también irreal y misterioso, incluso ambiguo. Como el Mediterráneo. Como la Mediterránea.





En el Palace de París, en el Palau Municipal dels Esports de Barcelona o en el Pabellón de Deportes del Real Madrid, mientras escuchaba a Lluís Llach, me he sentido sorprendentemente transportado a las costas y playas ampurdanesas. Una musicalidad plenamente arraigada a la tradición cultural del país, y a  la vez radicalmente abierta a todas las formulaciones sonoras nuevas, se convertía en nueva afirmación de la personalidad individual y colectiva, una manera más de recuperar una parte importante de la memoria que nos identifica y caracteriza. Y era precisamente la mezcla inteligente de un lenguaje tradicional y de unos sonidos nuevos, la combinación armónica del clasicismo y del vanguardismo aquello que daba autentica universalidad a la obra.





Partiendo de textos propios, exceptuando una canción basada en un poema de Josep M. de Sagarra, Lluís Llach ha creado un conjunto de composiciones de una belleza melódica incuestionable. Cuatro canciones confirman de sobras su categoría excepcional de melodista dentro de la mejor tradición de este género tan difícil que es la canción popular. Todas se agrupan en una composición espléndida, a la manera de poema sinfónico. El conjunto supera incluso, con diferencia, "Viatge a Ítaca" y "Campanades a morts".

Jordi García- Soler (abril 1978)






                                  el Canario




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