sábado, 30 de junio de 2018

Trobar Clus









En plena edad media, unos hombres de vastos conocimientos y con una profunda visión espiritual, recorrían Europa cantando sus enigmáticas canciones cargadas de doble sentido. Muchos de ellos procedían de Occitania, una región del sur de Francia donde florecían la poesía y el espíritu: ellos eran los más aclamados en todas las cortes de Europa: eran los trovadores del Languedoc.






"Por sabio tengo, sin lugar a dudas,
A aquel que de mi canto adivina
Lo que cada palabra significa"

Rimbaud D'Orange (trovador)



Occitania, también llamada País de Oc, o  Languedoc, es una región del sur de Francia que en el pasado fue origen de una auténtica revolución espiritual y musical.

En la baja edad media, período histórico que abarca desde el siglo XI hasta el XIV, el territorio de Occitania correspondía en su mayor parte al actual Mediodía francés, comprendiendo además  el Valle de Arán y algunos valles alpinos llamados Valles Occitanos, pertenecientes a la región italiana del Piamonte, así como el principado de Mónaco. 
La región se hallaba entonces dividida en distintos señoríos a menudo enfrentados entre si, cuya principal seña de identidad común era el idioma occitano, o langue d'Oc, lengua romance muy afín al provenzal y al catalán.








En aquella pequeña comarca transpirenaica tuvo lugar un peculiar brote de creatividad artistica que terminaría repercutiendo en casi todo el resto de Europa. Este fenómeno fue producto de la confluencia de varios factores culturales: el Amor Cortés (un modo de concebir el amor en el que primaba una desmesurada idealización de la mujer amada), los valores de la Caballería y, de un modo especial, la gran propagación que tuvo en el país de Oc la herejía cátara, en contra de la cual la Iglesia Católica opuso una violenta cruzada, en la que pereció un ingente número de "Fieles de Amor" ( así se llamaban a sí mismos los cátaros).
El catarismo es un tema demasiado amplio para ser abordado en esta breve nota. Me limitaré a decir que esta herejía gnóstica fue la principal forma de religión en Occitania y Languedoc durante cerca de tres siglos, hasta ser erradicada definitivamente por las cruzadas. 
Durante su vigencia, Occitania se convirtió en el epicentro de un pujante movimiento musical y literario, semejante a lo  que actualmente es Gran Bretaña para el pop y el rock: el de los trovadores.



         




¿Qué es la Trova? 


Gay Saber o Gaya Ciencia (no tiene nada que ver con el  actual movimiento gay), significa
textualmente "alegre saber" o "alegre ciencia"y era el nombre que se le daba a la Trova occitana y provenzal.

"Trobar" ( del latín tropare), en langue d'oc, significa inventar, descubrir, expresarse a través de tropos, es decir, dando a las palabras un sentido diferente al habitual. 

Los textos de las canciones de los trovadores  eran susceptibles, pues, de una doble lectura: por una parte tenían un argumento accesible al entendimiento del profano ( argumento que solía tratar del amor no correspondido), y por otra, un significado oculto.

Existían, básicamente, dos tipos de Trova: el trobar leu o plan, cuyo contenido es relativamente fácil de descifrar, y el trobar ric, que es de un carácter más simbólico y hermético. Este último también era conocido como Trobar Clus (cerrado), Trobar cober (encubierto) o Trobar escur (oscuro).







Grasset d'Orcet sostiene que los textos de las canciones de los trovadores fueron redactados según las reglas del blasón: el mismo código criptográfico que se utilizó en las pirámides y las catedrales, y en la elaboración de una infinidad de obras de arte, y que acabó siendo el secreto mejor guardado de los heraldos medievales, y finalmente de la canción blasonada de los trovadores. Un dato interesante es que el metro utilizado en los textos de estas canciones solía ser el octosílabo con rima asonante, el mismo que se empleaba, según Grasset d'Orcet, en la literatura y arte herméticos. 

Según el diccionario, la rima es asonante cuando la identidad fonética se da sólo en las vocales, a partir de la última vocal tónica


Dice Gérard de Sède en su libro "El tesoro Cátaro"

"...el juego de palabras es muchas veces el lazo de unión entre los elementos dispersos de un conjunto de apariencia absurda, cuyo oculto sentido revela. En ambos casos, dobles sentidos, cotejo de imágenes y representaciones de ideas por objetos o personajes obedecen a una única lógica: la del retruécano y del jeroglífico. Al igual que en la heráldica, el arte de los trovadores está basado en el empleo generoso de las claves fonéticas que la lengua de Oc favorece más que otra cualquiera.

Y parece, en efecto, que es así: la lengua de Oc tiende a endulzar, a hacer más suave el lenguaje hablado, y a recalcar sus sonoridades. Alarga a menudo las vocales convirtiéndolas en diptongos. Parece seguir la ley del mínimo esfuerzo, para pronunciar cada palabra con la menor dificultad posible. Todo ello vuelve más inestable al lenguaje exponiendolo a múltiples mutaciones.
El resultado: una lengua que se presta como ninguna otra al doble sentido y al juego de palabras. 





Dice en otra parte  Gérard de Sède:



"El arte de los trovadores, al que ellos mismos daban el nombre de Gaya Ciencia (Gay Saber), nace en el siglo XI de la pluma de Guillermo IX de Poitiers, duque de Aquitania, florece en los siglos XII y XIII en el conjunto de las tierras de Oc y, desde éstas,  extiende
su influencia en los países de lengua de Oil, en España y Portugal, en Italia y Alemania, y hasta en Hungría. Con Ausias March, el último trovador conocido, muerto en Cataluña en el siglo xv, se extingue, por  lo
menos en su forma escrita, este arte que ya desde
hacía cien años vacilaba."






Finalmente, ¿de qué hablaban las canciones de los trovadores del Languedoc?  Su temática, en la mayoría de los casos, era el amor imposible hacia una dama lejana y casi inaccesible, que imponía arduas pruebas de amor al pobre trovador, quien nunca parecía ser digno de llegar a la unión con su amada.

Gérard de Sède junto a otros estudiosos, asegura que la figura de la amada es sólo una imagen alegórica de la Divinidad, y que detrás de aquellas letras  que repetían hasta la saciedad el tema del amor no correspondido, había toda una descripción de un proceso iniciático. Al fin y al cabo, tenemos muchos ejemplos, en la poesía universal, de esta clase de alegorías. Baste recordar el Cantar de los Cantares de Salomón, o el Cántico Espiritual, de San Juan de la Cruz.

También abundaban las letras de talante anticlerical, sobre todo en las canciones de los trovadores cátaros ( no está probado que todos lo fueran).


Termino aquí esta nota, que toca el tema del Trobar Clus sin profundizar mucho en él ( quizás lo haga en otra ocasión). Sobre todo me interesaba señalar la relación que existe, según Grasset d'Orcet, Fulcanelli y otros estudiosos, entre constructores de catedrales, alquimistas, trovadores y literatos como Rabelais, Shakespeare, Dante o Cervantes... todos tendrían un punto en común: cierto modo de escribir con doble sentido, conforme a unas reglas de versificacion muy precisas.  


                           Juan Carlos




















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