jueves, 25 de mayo de 2017

Orquesta Mirasol - Salsa Catalana (1974)




Uno de mis discos favoritos de la onda layetana es este álbum de debut de la Orquesta Mirasol, un verdadero bombazo de creatividad y virtuosismo en plena España Yé-Yé. Junto a Qualsevol nit pot sortí el sol de Jaume Sisa, fue el más popular en su época, dentro del panorama del rock laietá. Puro jazz de espiritu mediterráneo, que se siente presente desde las primeras notas, este disco para mi marca la pauta de lo que será el jazz rock iberico de ahí en adelante. Todo lo que vino después está influenciado por el, en mayor o menor medida. Es un disco que no merece el olvido, así que lo rescato aquí en mi blog, y no pierdo la ocasión para agradecer a estos músicos por tanta belleza.






Artista: Orquesta Mirasol
Álbum: Salsa Catalana
Año: 1974
Género: Jazz rock
Duración: 33:28
Nacionalidad: España


Lista de Temas:
01. To De Re Per A Mandolina I Clarinet
02. Reprise
03. Molt Trist
04. Cançó De No Entendre Res
05. Circ De L'Espai
06. Hancock
07. No Juguis Amb Set Miralls 

Alineación:
Ricard Roda / saxos, flauta, clarinete (sustituido después por Dave Pybus)
Víctor Ammann / piano, teclados
Xavier Batllés / mandolina, bajo eléctrico, compositor

Miquel Lizandra / batería (sustituido después por Gustavo Quinteros)
Pedrito Díaz / percusiones (sustituido más tarde por Santa Salas)











"Al hablar de la cultura en la Transición española, y más concretamente de la música popular urbana, es común encontrar discursos en los que la Movida madrileña se propone como el centro omnipresente. Este movimiento, que empezó a coger fuerza desde 1980, fue fruto de la apuesta de una parte de la crítica periodística a favor de los grupos de estética punk, New Wave y glam que se estaban gestando en Madrid. Su popularidad estuvo ligada al apoyo desde la prensa especializada y a las listas de éxitos (como la de Los 40 Principales), y al tomar la Movida como único referente se tiende a una historia de la música popular urbana construida en base a estos dos pilares mediáticos. Este enfoque deja de lado la importancia que tuvieron movimientos con menos presencia mediática como el rock progresivo, el jazz-rock o el propio jazz como dinamizadores musicales en esta etapa."

Miguel Arribas García







El último párrafo de la cita anterior se está refiriendo a otra clase muy diferente de "Movida": concretamente a la que tuvo lugar en Barcelona, ciudad que a comienzos de los '70 vivió una efervescencia de creatividad musical muy fuera de lo común: la pasión por el rock progresivo y el jazz dio como fruto la formación de multitud de bandas con un gran afán de experimentación;  los intercambios de instrumentistas y las Jam Sessions, eran cosa frecuente en las salas que estaban en auge en aquellos momentos. En ese caldo de cultivo se gestaría La Orquesta Mirasol, como resultado del encuentro entre tres talentosos músicos con muchas horas de vuelo en clubes nocturnos  –el percusionista cubano Pedrito Díaz, el baterista Miquel Lizandra y el saxofonista, clarinetista y flautista Ricard Roda – y dos pioneros de la música progresiva española –el bajista Xavier Batllés y el pianista Víctor Ammán–. 

 El percusionista brasileño César Vieira y el guitarrista Lluís “Luigi” Cabanach, (ex miembro de “Máquina!”, banda pionera del rock progresivo catalán), también intervendrían ocasionalmente.

El nombre de la banda procede de Mira-Sol, el barrio de San Cugat del Vallés, -ciudad cercana a Barcelona-, en la que se encontraba su local de ensayo. El mes de noviembre de 1973 La Orquesta Mirasol hizo su debut en Zeleste, sala en la que actuaba lo más destacado de la movida musical layetana de aquellos años, y once meses después alumbraron su primer álbum, “Salsa Catalana”, distribuido por Edigsa.






En “Salsa Catalana” el sonido mediterráneo combinado con la salsa latina, y reminiscencias de Herbie Hancock, Chic Corea y Weather Report, dan lugar a una cálida y deliciosa fusión. A este álbum le siguió el doble “D'oca a oca i tira que et toca”, en 1975 . Su siguiente trabajo, que data de 1977 fue “La Boquería” (titulo que hace alusión a un antiguo y pintoresco mercado que se encuentra junto a las Ramblas de Barcelona) en el que la banda sufrió un gran cambio de alineación, llamándose a partir de entonces Mirasol-Colores e inclinándose cada vez más hacia los ritmos y sonidos caribeños. Que esta nueva formación tiene muy poco que ver con la original lo podemos comprobar comparando el video de cabecera, que corresponde a la Orquesta Mirasol, y al que les pongo a continuación, que es de Mirasol-Colores.





En este devenir hacia la salsa y el sonido bailable, alejandose cada vez más del jazz-fusion de sus origenes, acaban convirtiendose en la Orquesta Platería, que llegó a ser un referente de la salsa y la música de baile en toda España.





En 1979 Mirasol-Colores vuelve a levantar cabeza con “Linea 5”, trabajo en el que parecen querer regresar a sus orígenes, a los tiempos de la Orquesta Mirasol. Pero como dato curioso, ninguno de los miembros de la Mirasol-Colores que hicieron este último álbum  participó en “Salsa Catalana” y  “D'oca a oca i tira que et toca”, los dos únicos discos de la Orquesta Mirasol. Quizás por eso, “Linea 5” es frecuentemente excluído de las discografías del grupo, y sin embargo está lleno de intervenciones estelares, como la de Carles Benavent de Música Urbana, y la de Jep Nuix de Gòtic. También está Dave Pybus, saxofonista de la Mirasol original que solo aparece como artista invitado.


Y hasta aquí llego yo, les dejo con la música y con una interesante reseña sobre este disco, a cargo de Javier Aguirre:









-"En julio de 2004 se cumplió el trigésimo aniversario de la grabación de Salsa Catalana, primer disco de la Orquestra Mirasol y primera grabación de Zeleste, legendario sello asociado a Edigsa al que debemos la mejor colección de discos de lo que en su dia se llamó rock layetano. Los que por aquel entonces apenas eramos unos adolescentes quinceañeros, acostumbrados a sugerentes nombres ingleses asociados a musicas y, sobre todo, formas de vida que contrastaban con la mediocridad de un pais sujeto al régimen criminal de Franco, el nombre de Orquestra Mirasol nos llenaba de recelo, un recelo originado, sin duda, por prejuicios muy arraigados en nuestro pais en aquella epoca ¿Orquestra Mirasol?, ¡Vete a saber que es eso! Nuestro escepticismo aumentó cuando tuvimos la oportunidad, allá por el verano del '74 y poco antes de la publicación del disco, de ver a la banda en directo ¡Tio, pero si son unos abuelos!, pensamos. Pues bien, esos abuelos que respondían al verbenero nombre de Orquesta Mirasol solo necesitaron interpretar unos compases para hacernos ver que la cosa iba en serio, que eran músicos de verdad, y que aquello iba a ser, sin duda, el principio de una gran amistad.

Salsa Catalana fue grabado y mezclado los dias 20 y 21 de Junio y 11 y 12 de Julio en los estudios EMI-Odeon de Barcelona, gracias al empeño de Victor Jou dueño de la mitica sala Zeleste de Barcelona y en una festiva presencia de musicos de la talla de Gato Perez, Josep Ma Paris, Tete Matutano y Jordi Sabatés. Por su parte, la banda que firmó el trabajo estaba formada por cinco músicos profesionales con muchas horas de vuelo: Ricard Roda, en los saxos y flautas, ya cuarentón, era un gran músico de reconocimiento internacional que habia participado en las sesiones del viejo Janboree allá por finales de los '60 el disco Nits de Jazz at Janboree data de 1968; para entonces ya habia trabajado con figuras de la talla de Gerry Mulligan, Dizzie Gillespie, Bill Coleman, Art Farmer, Tete Montoliu, amén de otros artistas catalanes como Xabier Cugat, Serrat o La Trinca. Su profundos conocimientos de la historia del jazz pueden comprobarse en el blindfold test con el que colaboró en el primer numero de la revista Quartica Jazz (abril 1981). Pedrito Díaz, percusionista del grupo, era un sexagenario músico cubano con una extensísima carrera que había compaginado con la enseñanza; a el le debemos uno de los primeros métodos de percusión publicados en nuestro país. Posteriormente participaría en algunas grabaciones de Zeleste, como la del grupo Barcelona Traction. Miquel Lizandra, bateria de la Mirasol, era otro gran músico que había coincidido con Pedrito Diaz en el disco de Tete Montoliu Temas Brasileños (1974). Pedrito Diaz y Miquel Lizandra, ayudados por Cesar Vieira en los instrumentos pequeños de percusión, formarían la sección rítmica del disco. Tras dejar la Mirasol, Miquel Lizandra no volvió a participar en ninguna grabación de Zeleste. En los pianos y teclados se encontraba Victor Ammann, co-lider y compositor de la banda, excelente músico que posteriormente formó parte de una de los grandes bandas de Zeleste: Blai Tritono. Y finalmente, al bajo y la mandolina, el otro co-lider y compositor de la banda, Xabier Batlles, quien posteriormente participo en dos grupos de Zeleste: Mirasol Colores y La Rondalla de la Costa. Ambos músicos provenían de la banda que acompañaba por entonces al bueno de Ovidi Montllor. Para la grabación de Salsa Catalana el grupo contó con la colaboración de algunos otros músicos catalanes.

En cuanto al contenido del disco, podemos afirmar que en Salsa Catalana ya afloran todas las caracteristicas que definieron al movimiento progresivo catalán de la segunda mitad de los '70: una música de calidad ejecutada por músicos profesionales residentes en Barcelona; una notable influencia de los grandes músicos de jazz-rock americanos de la época Hancock, Corea y Davis y del Canterbury Sound inglés, fundamentalmente Soft Machine. Finalmente, una feliz integración de las raíces populares catalana, española y latina que aportarán un sonido original, e inconfundible. El rock layetano producirá algunos de los mejores trabajos de la historia del rock hecho en España, y creara un sonido recurrente que todavía se reconoce hoy en día en bandas como PL2 y Planeta Imaginari. Toda la esencia de lo que estamos comentando esta recogido en las dos partes de To de Re per a Mandolina i Clarinet (3:26+2:48), bellisíma composición de Batlles / Roda con que se abre el disco, y donde destaca la presencia de la mandolina, nostálgica y contenida, en la primera parte, y la alegría del saxo barítono y de las percusiones en la segunda parte. El disco continua con Molt Trist (7:07), una gran composicion de Victor Ammann con un titulo muy apropiado.

Se trata de un tema muy influido por el sonido Corea, con un tempo lento protagonizado por el trabajo de Roda y Ammann. Canço de no Entendre Res, tema que cierra la cara A del disco, es una composicion de Batlles; el grupo se reforzó para la ocasión con la introducción de oboe y fagot. El titulo del tema hace referencia a los complejos y cambiantes compases que estructuran el tema. La cara B se abre con una breve versión de Circ de L'espai (1:40), de Chic Corea. Para la ocasión el grupo se reforzó con una amplia sección de cuerda. Le sigue Hancock (6:44), composición de Ammann dedicada al gran jazzman. El tema es casi una relectura del tema de Hancock Hornets, contenido en el album Sextant (1973). El disco finaliza con No juguis amb Set Miralls (6:55), una composición de Batlles donde destacan los solos finales de saxo soprano, el piano fender, congas y bateria, en un perfecto final para un gran trabajo.

Salsa Catalana tuvo una buena acogida entre los aficionados, que vieron en él la posible recuperación de un ambiente musical que llevaba varios años parado. Salsa Catalana creó un sonido que tendría su continuación en un segundo disco del grupo, D' oca a Oca... (1975) y en los trabajos de bandas como la Companyia Elèctrica Dharma, Blai Tritono, Musica Urbana, Secta Sonica, Jordi Sabates o Barcelona Traction. Todos (o casi todos) ellos fueron posteriormente editados en formato compacto a muy buen precio; pero ahora que la fiebre de las reediciones inunda el mercado con tanta mediocridad, no vendría mal que se volvieran a reeditar, tal como se ha hecho con los viejos discos de Gong, porque ya no son fáciles de ver. Y porque representan una etapa gloriosa de la historia del rock en nuestro país." -

Javier Aguirre ("La caja de música")






en este vídeo hay una interesante colección de fotos rarísimas de la Orquesta Mirasol en sus comienzos:





                                      el Canario



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