Comienzo con esta nota una serie dedicada a la criptografía de la antigüedad. Abordaré el simbolismo y la iconología de diferentes culturas, y también los símbolos de la alquimia. Todo ello acompañado por una música sublime que nos ayudará a entrar de lleno en el tema.
En la ilustración: un heraldo de la edad media.
En estos tiempos convulsos, en los que la tecnología avanza a tal velocidad que haría palidecer hasta la fantasía más desbordante, dedicarse a estudiar la ciencia heráldica podría parecer una ocupación aburrida y estéril.
Heráldica, genealogía, ciencia del blasón, nobleza hereditaria... son todas nociones que para la mayoría de los seres humanos del mundo actual carecen de sentido y no tienen cabida en su estilo de vida moderno.
Reliquias que nos retrotraen a tiempos más injustos y brutales, en los que la desigualdad era una verdadera institución, sagrada e incuestionable.
En la actualidad la heráldica y el blasón despiertan el interés de un número cada vez más reducido de estudiosos, como sucede con el latín, el griego o el arameo, por ejemplo.
heraldo
Reliquias que nos retrotraen a tiempos más injustos y brutales, en los que la desigualdad era una verdadera institución, sagrada e incuestionable.
En la actualidad la heráldica y el blasón despiertan el interés de un número cada vez más reducido de estudiosos, como sucede con el latín, el griego o el arameo, por ejemplo.
heraldo
Y ya que acabo de mencionar esas venerables lenguas muertas... ¿Qué pensarían ustedes si alguien les dijera que el blasón, es decir, la ciencia que se ocupa de la descripción y la lectura de los escudos de armas es, en realidad, lo más parecido a una lengua, con su propia gramática y sintaxis (eso si, una lengua muerta, ya que hace mucho tiempo que cayó en desuso), y que esa lengua es mucho más antigua que los caballeros, las cruzadas y las justas medievales a los que se la suele asociar? ¿Que conociendo las reglas de esa lengua perdida tendríamos acceso a una comprensión profunda de prácticamente todo el acervo simbólico de la antigüedad?
Esa es, precisamente, la tesis de Grasset D' Orcet en el artículo Le Noble Savoir, publicado en la Révue Britannique, en el año 1878.
Hablaremos de ese artículo un poco más adelante, pero ahora me interesa más expresar de forma clara y sencilla el significado de la palabra blasón. Empezaré por transcribir una excelente definición que encontré en la wikipedia:
"En heráldica el blasón, en su sentido más común, es la acción de describir, leer, o descifrar los escudos de armas. Es un lenguaje técnico que sirve para describir en primer lugar el diseño preciso de un escudo de armas, y en segundo lugar los adornos que tiene añadidos.
Esta descripción se ejecuta utilizando un vocabulario específico y una sintaxis de acuerdo con un estricto orden de lectura de los elementos que componen el escudo de armas."
Con su propio vocabulario y su propia sintaxis rigurosa y precisa, el blasón es, pues, un lenguaje en si mismo, que nos permite describir de forma rápida y a menudo sin ambigüedad los escudos de armas más complejos.
El ensayo que da título a esta reseña, Le Noble Savoir (en español El Noble Saber) fue escrito por Francis Roubillac Conder, un erudito británico de talante profundamente conservador, que diserta de manera bastante tediosa sobre cuestiones como la supremacía racial y la necesidad de la aristocracia para el buen funcionamiento de la sociedad. Dedica los últimos capítulos del artículo a explicar los rudimentos del lenguaje heráldico (el blasón).
En fin... un texto prescindible y digno de ir a parar directamente a la papelera, si no fuera por una cosa: los comentarios a pie de página del arqueólogo francés Claude Sosthène Grasset D'Orcet.
Tales notas convierten el escrito en un documento de gran interés (no entro en valoraciones de si está en lo correcto o no), que eleva el blasón a la condición de clave maestra capaz de abrir de par en par el macizo portal de los misterios de la antigüedad.
Según Grasset D'Orcet, para entender el mensaje velado de una figura heráldica tendremos que hacer dos lecturas: una primera lectura en la que blasonamos la figura, el emblema o el escudo de armas (es decir, la leemos siguiendo las reglas y el vocabulario del blasón), y una segunda lectura, que consiste en realizar una serie de modificaciones fonéticas sobre el texto resultante.
Tal y como nos explica D'Orcet en una de sus notas a pie de página:
"...las reglas de esta lectura han seguido siendo el secreto de los heraldos de las armas, que nunca las revelaron; pero puesto que son, después de todo, bastante fáciles de adivinar, especialmente cuando (el texto) se relaciona con algún hecho histórico bien conocido, se puede establecer que consisten en versos de unas seis u ocho sílabas, que terminan en una sílaba en la que entre la letra L."
Pienso seguir investigando este tema, así que en próximas entregas, que irán saliendo a medida que vaya descubriendo cosas nuevas, iré poniendo ejemplos de lo que acabo de transcribir, pero para empezar, aquí tienen uno bastante sencillo: se trata de un escudo que tiene un fondo azul sembrado de flores de lis de oro. La lectura blasonada (primera lectura) de este escudo sería: Bleu semé molt lys or. La segunda lectura sería la siguiente: Balie ce m'est moult lieurre. Lo que significa en francés antiguo: "La autoridad ha sido para mi una gran desilusión".
El contenido de la frase es sorprendentemente ácrata y de hecho, según Grasset D'Orcet, los mensajes ocultos en los escudos de armas solían ser irreverentes y críticos hacia toda forma de autoridad.
Como se observará se ha conservado el sonido de las consonantes y no se respetan para nada las vocales. la segunda frase tiene seis sílabas, la última de las cuales lleva incluída una L.
El contenido de la frase es sorprendentemente ácrata y de hecho, según Grasset D'Orcet, los mensajes ocultos en los escudos de armas solían ser irreverentes y críticos hacia toda forma de autoridad.
Como se observará se ha conservado el sonido de las consonantes y no se respetan para nada las vocales. la segunda frase tiene seis sílabas, la última de las cuales lleva incluída una L.
Aquí entran en juego la versificación, una serie de cambios fonéticos derivados de la misma, un vocabulario específico del blasón y tal vez otros factores que desconozco. Por favor, si alguien tiene alguna idea, algún dato que aportar acerca de este tema le estaría muy agradecido que lo hiciera. me gustaría llegar hasta el fondo del asunto.
Orígenes del Blasón
Sus orígenes se pierden en la noche de los tiempos.
Mucho antes que los heraldos de las cortes medievales, los gremios artesanales de la antigüedad ya conocían este lenguaje, y antes que ellos, los iniciados griegos y egipcios, según asegura Grasset D'Orcet. Veamos qué nos dice el mismo acerca de los orígenes del blasón:
"Una ciencia que parecía haberse formado en el siglo XI, tuvo necesariamente su cuna en el arte egipcio, griego y galo. Los innumerables cartuchos de los reyes egipcios son verdaderos escudos de armas; lo mismo sucede con los escudos de los héroes y heroínas de Grecia, que nos han sido transmitidos en gran cantidad a través de las cerámicas. Cartuchos egipcios y escudos griegos también contienen divisas relacionadas con el personaje que los porta. No hay diferencia entre estos escudos de armas y los de la Edad Media excepto en que son personales y no hereditarios. "Herencia" es el carácter distintivo del escudo de armas moderno. En cuanto al lenguaje figurativo utilizado por los heraldos de armas, no era de ninguna manera su propiedad exclusiva. Los papas, resistiendo la presión de los emperadores iconoclastas de Bizancio, lo habían mantenido en las iglesias para la instrucción religiosa de los analfabetos. Los artistas y maestros imagineros que compusieron las divisas de caballería eran los mismos que llenaron nuestros edificios religiosos de capiteles historiados, y de un examen de estos textos representados por escrito nos resultará que la heráldica formaba parte necesariamente de sus secretos profesionales. Pero no era lícito divulgar las reglas, ni un heraldo de armas ni un maestro imaginero escribieron nada sobre este tema, de modo que el secreto se perdió en un momento muy cercano a nosotros, sin que sea posible decir por qué ni cómo."
continuará...
el Canario
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