martes, 25 de junio de 2019

La Proporción Aurea en la arquitectura moderna






¿Es la proporción áurea cosa del pasado? ¿Es cierto que hoy por hoy ningún arquitecto la emplearía en sus proyectos? 
No pretendo convencer a nadie de que esta proporción sea la mejor, ni la única posible: eso que lo decida cada cual según sus criterios.
En este post sólo deseo demostrar que la ración áurea ha sido usada profusamente en la arquitectura del siglo XX.







He seguido indagando acerca de la proporción áurea, esta vez con relación a sus aplicaciones en la arquitectura moderna. 

Que el Partenón, las pirámides de Egipto, y muchas otras importantes edificaciones de la antigüedad, fueran diseñadas de acuerdo a la llamada Divina Proporción, no es ningún secreto. Pero, ¿Qué pasa con la arquitectura actual? ¿Se ha desechado la sección áurea por completo por considerarla obsoleta?¿Ha acabado siendo una mera reliquia, venerada sólo por mentes retrógradas, o por lo contrario se la sigue valorando, y lo que es más importante, aplicando en la arquitectura de vanguardia?




No es mi intención adentrarme en los pormenores técnicos y matemáticos de la ración aurea aplicada a la construcción:  solo quiero señalar el hecho de que algunos de los arquitectos más brillantes y creativos de nuestro tiempo no sólo la utilizaron eventualmente, sino que hicieron de ella  su patrón estético, su canon de belleza. Hablo de Mies Van der Rohe, hablo de Le Corbusier, de Gaudí, y de Frank LLoyd Wright, por mencionar sólo unos pocos.

Fue Le Corbusier quien concibió, por ejemplo, el edificio de la ONU de Nueva York, basándose en un rectángulo áureo. 




La Torre CN en Toronto, Canadá (que tiene la peculiaridad de ser la estructura independiente más alta del mundo), es otro ejemplo. Diseñada por el arquitecto británico John Andrews, alcanza una altura de 553,33 metros, mientras que la plataforma de observación, con su restaurante giratorio, se encuentra a 342 metros de altura, con una proporción de 1,617. La proporción áurea.






Antoni Gaudí, quien en su día dijo: "Nada es arte si no procede de la naturaleza"  creó la basílica de La Sagrada Familia de Barcelona, -uno de los edificios más representativos de la arquitectura moderna europea,- partiendo de la sección áurea.  



En cuanto a Frank LLoyd Wright, arquitecto estadounidense de origen británico, hizo un uso generoso de la proporción áurea en su obra. Una de sus frases más celebres era: "Yo sigo en la construcción los principios que la naturaleza ha utilizado en su dominio." 
Un ejemplo notable es el museo Guggenheim de Nueva York: 



Terminaré citando al alemán Mies Van der Rohe, uno de los  arquitectos más eminentes del siglo XX, que dijo: "Es imposible ir hacia adelante y mirar hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar."  Sin embargo, hizo un gran uso de la ración áurea en sus trabajos... Tal vez porque no pensaba que ésta fuera cosa del pasado. ¿Un ejemplo? Vean, aquí abajo, el Pabellón Barcelona.



Como estamos viendo, no nos encontramos ante unas obras que son el fruto de una concepción dogmática y conservadora de la arquitectura, o al menos a mi no me lo parece; cambian los estilos, evoluciona la noción de la belleza, la imaginación humana formúla propuestas cada vez más audaces, y sin embargo, al menos en los casos que hemos contemplado, lo esencial no cambia. 




Y es que el mismo Mies Van der Rohe es quien dice: "Debíamos distinguir el núcleo de la verdad. Solo las preguntas que se refieren a la esencia de las cosas tienen sentido." 

Aquí abajo les dejo algunos enlaces relacionados:


                       el Canario









2 comentarios:

  1. No deseo empañar un muy buen post, quizás no esté de acuerdo que la tesis, pero tiene el texto una gran calidad, las referencias reflejan un trabajo importante y tiene todo una limpieza que no quiero ensuciar. Me permito responderle, pese a ello, solamente en la esperanza de estimular una discusión que nos enriquezca. Por favor, borre este comentario si lo considere conveniente.
    Estaba viendo las obras de arquitectura que mostraba, y me decía que la proporción áurea puede ser inscripta, si permitimos cierta holgura en la correspondencia, en casi cualquier cosa.
    Tomemos el caso de la torre de Toronto: es, a mis ojos, demasiado alta para ser proporcionada como los querían los antiguos. Pero si buscamos que la altura de la plataforma está a una cierta altura del total, quizás encontremos que está cerca de la proporción. De paso: la altura total visual es bastante inferior que la total, porque la punta es muy finita, y la plataforma tiene como 12 m de altura, volviendo impreciso determinar su posición visual. En este contexto, hacer la cuenta con tres decimales es una audacia.
    Pero convengamos que no hace daño, se non è vero, è ben trovato.
    Hasta que voy al link donde aparece el reportaje a Ángel Martínez…¡Qué errado ese muchacho! Describir las casas de ahora como desvíos de la juventud que de a poco se enmendarán, que volveremos a tallar en piedra, y que apagaremos todos los emisores de radiación electromagnética es dañino y desmesurado.
    El problema que tiene esa clase de “esencialismos” es que nos alejan de aumentar el bienestar de la gente con nuestras obras. Nos vamos al cuerno queriendo usar materiales malos, caros y contaminantes, usando procedimientos constructivos costosos, inseguros y lentos.
    Vivimos en casas que fueron hechas o modificadas hace poco porque son amplias, tienen sanitarios, calefacción y aire acondicionado, no tienen humedad ni goteras, son aislantes del ruido y la temperatura, están bien ventiladas e iluminadas. Y que su distribución espacial es acorde a la vida que hacemos adentro: poca gente en cada dormitorio, estar integrado a la cocina, sin habitaciones de servicio, sin áreas de recepción, circulación limpia y sanitarios en cantidad suficiente. Cuál sería el problema, ¿Que el Durlok no es kosher?,¿Que hacer una construcción en menos tiempo que unas décadas no es halal?¿Que no tener un salón de recepciones de menos de 400 m2 es innoble?.
    Habrá notado que las construcciones tienen un triple aspecto: funcional, simbólico y comercial, aunque este último aspecto era casi inexistente en la antigüedad. Una parte importante de las construcciones que salen en las revistas de arquitectura fallan en lo funcional y comercial, pero cuando se presenta un proyecto se mira fundamentalmente lo simbólico. Si fuera arquitecto no me privaría de mencionar la proporción áurea, para que el cliente no tenga argumentos valederos al pedirlo un poquito más alto.
    Acuerdo que es posible evaluar y calificar las construcciones, pero sospecho muchísimo de reglas sencillas y de aplicación general. Los problemas complejos tienen soluciones sencillas verosímiles y erradas, como decía Mencken ( “Explanations exist; they have existed for all time; there is always a well-known solution to every human problem neat, plausible and wrong.”).
    Vamos a la música, donde Ud. se mueve con soltura y conocimiento, veía el otro día Four minutes (Vier Minuten original alemán) donde una profesora de piano amonestaba a su alumna por tocar “música de negros” en lugar de Mozart. Y se me hizo notable como en toda la música europea hasta el siglo 19 el ritmo era bastante elemental. Podría un esencialista, como la dichosa profesora, recomendar que se compongan y toquen solamente sonatas y concerti grossi.
    Volviendo, quizás vamos a nuestra destrucción, que no lo creo, y quizás podamos vivir mejor imitando en algo a los antiguos, habrá que ver en qué cosas, pero seguramente esto no será por seguir reglas viejas inaplicables.

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  2. Considero amistosa toda critica emitida desde el respto y con delicadeza. Y sus criticas son asi. No veo entonces que "ensucien" mis post, muy al contrario, me honra que usted le dedique tiempo a leer y anslizar mis escritos.
    Con respecto a la proporción aurea en mi primer post solo pretendía explcarla de una manera sencilla y accesible a todos. En este segundo post quise poner de relieve que hasta la actualidad ha habido arquitectos, muchos de los cuales fueron geniales, que hicieron de la razón aurea su modelo. Y precisamente sentí la inquietud de averiguarlo tras leer su comentario anterior en el que afirmaba que, hoy por hoy, ningún arquitecto se plantearía trabajar con la razón aurea. En esa afirmación, con todo el respeto, estaba usted equivocado.
    Habrá usted notado que en los dos post me he esforzado mucho en no pontificar ni adoctrinar. Si en algun momento he dicho algo que suene a eso, le ruego que me lo indique y lo quito, porque, como ya dije, solo quise informar sobre el tema, no sentar catedra.
    Yo también desconfío del afan simplista de reducirlo todo a una formulita... Aunque le confieso que me seduce la idea de que exista un canon natural de belleza... Pero me cuido mucho de caer en la tentación de darlo por sentado solo.porque me gustaría que fuera asi. Vuelvo a decirle que agradezco mucho sus comentarios, y me honra que se tome la molestia de redactarlos. Un saludo

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