Actuó como solista y con diversos conjuntos vocales, como Micrologus, Cantar Lontano de Marco Mencoboni, Calixtinus, Accademia Petrarca y Lirum li Tronc.
Solo quiero añadir, para terminar, que estudió musicología en el Conservatorio Rossini de Pesaro, y que su actividad como compositor está orientada principalmente hacia la canción, con más de sesenta piezas, muchas de las cuales grabó en CD con distintos grupos. Sus temas se inspiran principalmente en la música antigua europea, y, más concretamente, en la música tradicional de su región, Las Marcas y Montefeltro.
Tras esta breve semblanza, cedo la palabra a Simone, en esta primera charla sobre Dante y los Fieles de Amor. Aunque el video está en italiano, abajo encontrarán su traducción al castellano, realizada por mi.
Desde siempre ha habido dos interpretaciones posibles de la poesía de Dante.
La primera es la oficial, marcadamente positivista y católica. La segunda, en cambio, es la esotérica, vinculada a un tipo de investigación muy diferente, que veremos.
Millones de libros han sido escritos tanto por una como por otra escuela de pensamiento, y aunque la oficial cuenta ciertamente con un mayor número de estudiosos, la otra tiene entre sus testigos históricos nombres tan importantes como los de Ugo Foscolo, René Guenon, Giovanni Pascoli, Gabriele Rossetti.
Estas escuelas de interpretación se desarrollaron prácticamente juntas, con el objetivo común de responder a una necesidad, a saber, la de contextualizar los escritos de Dante, que de hecho siguen siendo en gran medida misteriosos y de difícil lectura, y hacerlos accesibles a los lectores de distintas épocas.
Sin embargo, aunque muchos de estos estudios han alcanzado niveles histórico-literarios muy elevados, el gran defecto, en nuestra opinión, es el de haber omitido con demasiada frecuencia un factor muy importante para la comprensión de la obra de Dante, a saber, el de su pertenencia a un grupo estructurado y bien definido: el de los Fieles de Amor.
Y este hecho, si se examina con detenimiento, nos llevará sin duda a inclinarnos por el segundo tipo de interpretación, a saber, la esotérica.
La música, también en este caso, desempeña un rol importante.
De hecho, es cierto que en la época de Dante también se organizaban lecturas musicalizadas y escenificadas de la Divina Comedia, en las que él mismo podía haber sido el narrador.
En efecto, como sabemos, sus cantos privilegiaban el vehículo de la música para ser transportados de un lugar a otro; tal era, de hecho, el principal medio de transmisión de la poesía desde la remota antigüedad clásica.
De ahí que muchos de los poemas que encontraremos, estén musicados según la práctica de la época, o más bien vestidos de música, como el propio Dante deseaba que hicieran con sus obras sus amigos músicos.
La crítica oficial, tal como la hemos definido, tiende a presentar la Divina Comedia como una segunda Biblia, o más bien, una síntesis de la misma, y el personaje Dante en ella actúa como un nuevo Adán.
En su viaje se reconocerían, por tanto, las etapas de la propia humanidad, que, sin embargo, avanza en dirección opuesta, es decir, desde las profundidades del infierno y, por tanto, del mundo del pecado, hacia la redención.
La crítica oficial tiende también a la identificación histórica de los personajes, de aquellos que no han sido ya encuadrados históricamente por el propio Dante, intentando gradualmente dar un aspecto hagiográfico a todo el panteón dantesco.
De este tipo de lectura debemos esperar, por tanto, que Beatriz sea una mujer que vivió realmente en Florencia y fue amada por Dante, quien, incapaz por alguna razón de tenerla como esposa, la elevó al paradigma mismo del amor.
La lectura alternativa, que hemos llamado esotérica, en cambio, está toda ella orientada a descifrar el universo simbólico oculto en el mundo y las criaturas de Dante, las alegorías mezcladas que de hecho, según esta interpretación, subyacen no sólo al significado abiertamente velado de muchos pasajes rimados, sino también a la estructura misma de las grandes obras como La Vita Nuova o la Divina Comedia.
La lectura esotérica no niega el carácter teológico y devocional de las obras de Dante, pero a menudo subraya su halo misterioso, críptico, habría que decir, y sobre todo no pretende ignorar la feroz crítica a la corrupción de la Iglesia medieval encabezada por Bonifacio VIII, uno de los enemigos ideológicos de Dante, a quien dirigió feroces invectivas, no siempre veladas.
Como hemos dicho, los exponentes de esta crítica a Dante son nombres destacados, pero entre los ya citados, debemos recordar también y sobre todo a Luigi Valli, prolífico dantista romano natural de Narni, que en este camino junto con Gabriele Rossetti será como nuestro Virgilio.
Hasta ahora hemos hablado de los comentaristas modernos de Dante, de hecho el primero de los que hemos mencionado escribió en la segunda mitad del siglo XIX, pero, ¿qué podemos decir en cambio de los comentaristas antiguos. en qué posiciones conceptuales se situaron los contemporáneos del gran bardo? ¿O aquellos que escribieron inmediatamente después de su muerte y que lo habían conocido bien, como sus hijos Jacopo y Pietro, o Boccaccio, a quien debemos un extenso comentario sobre la Comedia?
Simone Sorini
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