Nora Sarmoria es mi musa de hoy. En ella el arte no está separado de la educación. Ni el cuerpo, del espíritu. La clave es el ritmo: es la puerta que al abrirse, nos permite conectar con nuestro cuerpo, y con nuestra naturaleza primordial. Es cosa nuestra cruzar esa puerta o no. El ritmo, (en este caso los innumerables ritmos de Latinoamérica) es el latido de la misma tierra. Ese latido que Nora nos invita a escuchar para conectarnos con la vida.
Quiero dedicar esta reseña con mucho cariño a su protagonista, Nora Sarmoria, y a todos mis amigos argentinos.