Un hombre que ha hecho de la música su forma de rebeldía y de protesta. Una protesta que late y se expresa sin palabras en cada nota de su obra.
Este hombre es Jorge López Ruiz, y en el disco que les presento hoy le vemos en su faceta más progresiva dentro del ámbito jazzístico.
Un concierto que consta de cinco movimientos, que en realidad son los del corazón humano, un corazón que en este caso palpita en Buenos Aires.
En este disco intervienen algunos de los mejores músicos argentinos de todos los tiempos.
Dedico estas notas a mis amigos de Buenos Aires.
Artista: Jorge López Ruiz
Álbum: Un Hombre De Buenos Aires
Año: 1978
Género: jazz fusión, jazz progresivo
Duración: 30:07
Nacionalidad: argentina
Año: 1978
Género: jazz fusión, jazz progresivo
Duración: 30:07
Nacionalidad: argentina
Lista de Temas:
01. El Grito Del Hombre
02. La Nostalgia Del Hombre
03. La Alegria Del Hombre
04. El Ruego Del Hombre
05. El Adios Del Hombre
Alineación:
Bandoneón / Dino Saluzzi
Double Bass / Hector Console
Drums / Pocho Lapouble
Guitar / Oscar López Ruiz
Percussion / Domingo Cura, José María Loriente
Piano / Gustavo Moretto, Manolo Juárez, Pablo Ziegler
Saxophone / Andres Boiarsky
Trumpet / Victor Ducatenzeiler
Violín / Antonio Agri
Vocals / Buenos Aires 8, Donna Caroll
Bass / Jorge López Ruiz
"Soy un músico frustrado", confesaba Julio Cortázar en 1983 en una entrevista que le hicieron en Madrid.
Tocar la trompeta no era su fuerte, y él lo sabía. Aún así, se empeñó en sacarle algunos sonidos, impulsado por su amor al jazz.
Fue entonces cuando conoció a Jorge López Ruiz, quien a sus 16 años compartía local de ensayo con el escritor, en el barrio porteño de Caballito.
"Nos conocimos tocando la trompeta. Él tocaba horrible", comenta entre risas.
"Después nos íbamos todos a un café donde charlabamos por horas. No teníamos ni idea que estábamos con una persona tan importante como Cortázar. Éramos chiquilines y él todavía no era quien después fue".
Jorge López Ruiz es uno de los talentos musicales más creativos y versátiles que han salido de Argentina. Es un bajista, trompetista, compositor y arreglista familiarizado con muchos géneros musicales. Ha hecho jazz, pop, y ha escrito bandas sonoras de películas.
Como muchos otros artistas de finales de los '60 y '70, López Ruiz deploraba el cariz que estaba tomando la politica en Argentina y gran parte de los países de Latinoamérica. La lucha política en todo el continente se hizo cada vez más violenta a medida que los militares y la extrema derecha iban tomando el control. En Argentina, dos presidentes elegidos democraticamente, Frondizi (1962) y Illia (1966), fueron derrocados por golpes militares.
En 1966 se impuso una dictadura militar bajo el mando del general Onganía, que generó una fuerte reacción de descontento y rebeldía en la población; las manifestaciones se hicieron cada vez más violentas y peligrosas tanto para los manifestantes como para la policía.
Por otra parte, los militares respondían de forma cada vez más brutal a ese rechazo popular, con el secuestro, la tortura y las ejecuciones sumarias. Este era el clima en el que Ruiz, y otros artistas, tuvieron que desenvolverse.
Pese a todo, fueron capaces de producir una obra tremendamente creativa y revolucionaria, tanto musicalmente como en el sentido político y social.
En 1966 se impuso una dictadura militar bajo el mando del general Onganía, que generó una fuerte reacción de descontento y rebeldía en la población; las manifestaciones se hicieron cada vez más violentas y peligrosas tanto para los manifestantes como para la policía.
Por otra parte, los militares respondían de forma cada vez más brutal a ese rechazo popular, con el secuestro, la tortura y las ejecuciones sumarias. Este era el clima en el que Ruiz, y otros artistas, tuvieron que desenvolverse.
Pese a todo, fueron capaces de producir una obra tremendamente creativa y revolucionaria, tanto musicalmente como en el sentido político y social.
BA Jazz, el disco con el que debutó Jorge López Ruiz, fue lanzado en 1961. Era una mezcla de versiones y de material original del artista. En este álbum intervino un joven músico llamado Leandro Barbieri en el saxofón tenor. Más adelante, Leandro se convertiría en Gato Barbieri, uno de los músicos argentinos con mayor proyección internacional.
Junto a su impresionante carrera como músico, López Ruiz fue director de A & R de la Trova Records, un sello argentino líder que realizó grabaciones de artistas icónicos como Astor Piazzola.
No voy a hablar de la actividad docente de López Ruiz, que también es muy fecunda, porque me llevaría mucho tiempo y quizás aquí estaría fuera de lugar.
No voy a hablar de la actividad docente de López Ruiz, que también es muy fecunda, porque me llevaría mucho tiempo y quizás aquí estaría fuera de lugar.
Como contrabajista y compositor, López Ruiz escribió música para más de sesenta películas y unas cuarenta obras de teatro. Su lista de colaboraciones musicales es impresionante; entre otros, colaboró con Tony Bennett, Nat King Cole, Ella Fitzgerald y João Gilberto, así como con figuras del jazz argentino como el batería Pichy Mazzei a principios de 1960 y el saxofonista Chivo Borrao en el álbum En Vivo (1973).
Desde finales de los años '60 a los años '70, el éxito de López Ruiz fue en ascenso: lanzó magníficos trabajos como El Grito (1967), Bronca en Buenos Aires (1971) - ambos prohibidos por la dictadura militar -, De Prepo (1972), Viejas Raíces (1975) Viejas Raíces II (1976) y Un hombre de Buenos Aires (1978), obra de la que nos ocupamos hoy.
Músicos cómo José Afonso, o cómo Jorge López Ruiz, nos demuestran que la música puede ser algo más que un bonito adorno, o un fugaz entretenimiento; que podría ser incluso el epicentro de una revolución: si no fuera así, los regímenes totalitarios no necesitarían censurar y prohibir tantas obras que los cuestionan y los dejan en evidencia, no sólo con la palabra, sino con el sentimiento de libertad que transmiten más allá de lo verbal. Representan una amenaza para ellos, porque avivan el recuerdo de aquello que nos están arrebatando y que es inherente a nuestra misma naturaleza. La libertad.
Jorge López Ruiz es un gran artista injustamente desconocido en Europa, y si este post pudiera contribuir a que se le conozca un poco más, más allá de su Argentina natal, me sentiría muy satisfecho.
Para terminar, Un hombre de Buenos Aires es un concierto en cinco movimientos, que quiere reflejar los afanes del ser humano a lo largo de su vida, partiendo de las vivencias de un hombre de Buenos Aires.
Cómo podrán ver, interviene en el disco la crema de la escena folk y jazz argentina de la época: desde el bandoneonista Dino Saluzzi al genial Domingo Cura, considerado el percusionista más destacado de la música folk argentina de todos los tiempos.
El grupo vocal Buenos Aires 8 con Donna Carroll, aunque en algunos momentos me suena algo anticuado, en general hace un excelente trabajo. Es significativo el protagonismo de la voz femenina en un disco que quiere trasmitir las vivencias de un hombre.
Un Hombre de Buenos Aires es una obra de vanguardia todavía actual y vigente, que para mi es muy importante rescatar del olvido. El espiritu progresivo y libre que emana de sus notas, sin la mediación la palabra, puede ser un gran antídoto contra la cerrazón mental. Tienen el disco completo en el video de youtube de arriba.
De cómo salvé mi vida al descubrir la música
"Descubrí la música gracias a una película que en Argentina se llamó “Luz y Sombras”. Era un melodrama barato, pero la música me fascinó. La tocaba un genio de la trompeta como fué Harry James. Este episodio cambió mi vida porque mi carrera de abogado terminó allí, a los seis meses de haber comenzado la Universidad y cuando yo todavía no había cumplido 16 años. A los pocos meses ya me convertía en profesional. Completé el bachillerato en el Colegio Nacional de La Plata en solo tres años; cursaba el 1º, daba libre el 2º y así sucesivamente, de manera que a los 15 ingresé en la Universidad de La Plata. Duré poquito.
Yo salvé mi vida, que ha sido un verdadero privilegio y los abogados se salvaron de mi porque no sentía ninguna pasión por la carrera.
Se suele decir, medio en broma medio en serio, que si un músico mayor de 45 años no ha tocado conmigo no existe, en Argentina y en el resto de Occidente.
La otra broma, más o menos habitual, es que se dice que yo comencé mi carrera de orquestador ayudando a Blas Parera en sus arreglos del Himno Nacional."
Jorge López Ruiz
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