Confieso que a menudo utilizo este blog simplemente para ordenar mis ideas escribiendo. En el intento, tal vez vano, de que poniendole palabras a mis intuiciones puedan definirse y hacerse más nítidas... no se. Y si además pudieran serle útiles a alguien, mejor.
A veces nos preguntamos por cosas muy lejanas, y no nos damos cuenta de lo que tenemos justo delante. Por eso, yo empezaré por mi falta de atención.
Todos los textos escritos en cursiva son de Krishnamurti, y la música de John Mc Laughlin, Don Cherry y Oregon.
"Siempre estamos mirando o sintiendo con una parte de los sentidos. Uno escucha alguna música, pero jamás la escucha realmente. Jamás estamos atentos a nada con la totalidad de nuestros sentidos. Cuando uno mira una montaña, debido a su majestuosidad los sentidos de uno operan totalmente y, por ello, uno se olvida de sí mismo. Cuando uno mira el movimiento del mar, o el cielo con la luna naciente, cuando uno está íntegramente atento con la totalidad de sus sentidos, ésa es la atención completa en que no hay un centro. Lo cual implica que la atención es el silencio total del cerebro, en el que ya no hay parloteo sino una completa quietud ‑un silencio absoluto de la mente y el cerebro."
J. Krishnamurti, "La Madeja del Pensamiento"
Quisiera saber qué significa realmente estar atento... me refiero a encontrarse día tras día en un estado de profunda vigilancia: pocas veces, en mi vida, me he sentido de ese modo, plenamente despierto, con los cinco sentidos alerta, con todo mi ser. La mayor parte del tiempo solo estoy parcialmente presente, porque una fracción de mi anda perdida, bajo el embrujo de espejismos y cantos de sirena.
Quisiera saber qué significa realmente estar atento... me refiero a encontrarse día tras día en un estado de profunda vigilancia: pocas veces, en mi vida, me he sentido de ese modo, plenamente despierto, con los cinco sentidos alerta, con todo mi ser. La mayor parte del tiempo solo estoy parcialmente presente, porque una fracción de mi anda perdida, bajo el embrujo de espejismos y cantos de sirena.
Quizás lo que realmente se busca en los deportes de riesgo sea lograr ese estado de conciencia: ponerse en una situación en la que se enciendan todas las alarmas, forzando así ese estado de atención plena, en el que uno está totalmente presente, aquí y ahora; en el que no hay fragmentación de la conciencia, sino que uno se vuelca sin reservas, integramente, sin dejar una parte fuera, un espectador que observe, juzgue, especule, compare, etc.
Recuerdo que en cierta ocasión a un escalador le preguntaron que era lo que le impulsaba a practicar el montañismo, y respondió que, al subir por una pared rocosa, estando a varios metros del suelo, era cuando realmente se sentía vivo. Cuando no escalaba, su vida le resultaba mecánica y tediosa, y sólo aguardaba el momento de regresar a la montaña.
Pude escuchar respuestas similares viniendo de personas que practican otras disciplinas deportivas que suponen cierto grado de riesgo, como el automovilismo, por ejemplo.
Me pregunto, entonces, si uno puede vivir el día a día en ese estado de profunda atención, sin necesidad de inducirlo exponiéndose a situaciones extremas, o de buscarlo en nuevos y cada vez más sofisticados "juguetes":
"Cuando damos un juguete a un niño que ha estado parloteando, haciendo travesuras, gritando, desobedeciendo, cuando le damos un juguete complicado a ese niño, queda totalmente absorto en el juguete, permanece quieto disfrutando de su mecanismo. El niño se concentra por completo, queda totalmente cautivado por ese juguete, el cual absorbe todas las travesuras. Y nosotros tenemos juguetes que nos absorben: los juguetes de los ideales, los juguetes de la creencia. Si ustedes adoran una imagen ‑de todas las imágenes de la tierra ninguna es sagrada, todas están hechas por la mente del hombre, por su pensamiento‑ entonces quedan absortos en la imagen, tal como el niño queda absorto en un juguete, y se vuelven extraordinariamente tranquilos y apacibles. Cuando vemos una montaña maravillosa cubierta de nieve contra el cielo azul, y los valles profundamente sombreados, esa inmensa grandeza y majestad nos absorben completamente; por un momento nos quedamos absolutamente silenciosos, porque la majestad de lo que vemos se apodera de nosotros, nos olvidamos de nosotros mismos. La belleza está donde ‘uno’ no está."
Jiddu Krishnamurti, "La Llama de la Atención"
Pero 'uno', por lo general, sigue estando ahí, con su mente desatenta, sobrecargada de palabras, de imágenes, y presa de ese "horror al vacío" que la apremia a estar siempre ocupada, entretenida, ajetreada.
Creo que una mente que se encuentra siempre ocupada no dispone de la energía necesaria para prestar una atención plena. Imaginemos que vamos al cine a ver una película ( en este caso, la de nuestra propia vida). Está claro que si tenemos la mente muy ocupada en resolver tal o cual problema, no vamos a prestar demasiada atención a la película, se nos escaparán detalles, y tal vez no lleguemos a captar lo más esencial, quedándonos con retazos, fragmentos, con una idea superficial de su contenido, a lo sumo.
"¿Han mirado a alguien libremente, abiertamente, sin ninguna palabra, sin ninguna imagen? ¿Han mirado así la belleza de un árbol, el aleteo de sus hojas? ¿Podemos, entonces, aprender juntos cómo observar? Uno no puede observar visualmente, ópticamente, si su mente se encuentra ocupada ‑tal como la mayoría de nuestras mentes lo está‑ con el articulo que uno ha de escribir al día siguiente, o con lo que ha de cocinar, o con el empleo, o con el sexo; o si está ocupada con el modo de meditar, o con lo que otras personas podrían decir. ¿Cómo puede una mente semejante, estando ocupada de la mañana a la noche, observar cosa alguna? Si estoy ocupado en llegar a ser un maestro carpintero, entonces tengo que conocer la naturaleza de diversas maderas, tengo que conocer las herramientas y el modo de usarlas, debo estudiar la manera de hacer empalmes sin el empleo de clavos, y así sucesivamente. Por lo tanto, mi mente se encuentra ocupada. O, si soy una persona neurótica, mi mente está ocupada con el sexo, o con el llegar a obtener éxito en la política, o con alguna otra actividad. ¿Cómo puedo, entonces, observar estando ocupado? ¿Es posible no tener una mente tan ocupada todo el tiempo? Estoy ocupado cuando tengo que hablar, cuando tengo que escribir una cosa u otra, pero durante el resto del tiempo, ¿por qué mi mente tiene que hallarse ocupada?"
Jiddu Krishnamurti, "La Llama de la Atención"
Siguiendo con el símil de la película, si voy a verla después, digamos, de una cena abundante, seguramente me sobrevendrá la somnolencia y me costará seguir su desarrollo. Si además he bebido, lo más probable es que acabe durmiéndome. No digamos ya si no he descansado lo suficiente...
Digo esto porque me parece que, para que pueda darse ese estado de vigilancia, de atención, el cuerpo y la mente deben estar lo suficientemente sobrios, descansados y sin la sobrecarga de comidas copiosas y de pensamientos recurrentes. No puede haber mucha atención y sensibilidad en una mente en estado de embotamiento.
"La mayoría somos físicamente insensibles porque comemos demasiado, fumamos, nos abandonamos a diferentes formas de placeres sensuales, no digo que no deberíamos hacerlo. Pero de esa manera la mente se embota, y si la mente se embota el cuerpo se vuelve más torpe. Ese es el patrón de nuestra vida. Observen lo difícil que les resulta cambiar de dieta: están acostumbrados a una dieta particular, a su sabor, y deben seguir con ella todo el tiempo; si no pueden, sienten que enfermarán, se inquietan. Los hábitos físicos producen insensibilidad. Como es evidente, cualquier hábito como las drogas, el alcohol o el tabaco insensibilizan el cuerpo y eso afecta la mente; esa mente que es la totalidad de la percepción, la mente que debe ver con mucha claridad, sin confusión, y en la cual no debe haber conflicto de ninguna clase. El conflicto no sólo es una pérdida de energía, sino que también entorpece la mente, la hace pesada, densa, estúpida. La mente atrapada en el hábito es insensible; y de esa insensibilidad, de ese embotamiento no podrá aceptar nada nuevo porque tiene miedo."
Jiddu Krishnamurti "La Naturaleza de una Nueva Mente"
Krishnamurti, por lo que he podido entender, decía que la mente que se halla en ese estado de vigilancia, es una mente religiosa (y no la que pretende serlo simplemente por creer en algo o en alguien); que esta atención plena y gratuita tiene otro nombre: amor. Son ideas que encuentro increíblemente hermosas. Que la atención, por ejemplo, a diferencia de la concentración, no es un acto voluntario, sino un estado de conciencia que procede del misterio, de lo desconocido. Nos cuesta mucho, sobre todo a nosotros, los que hemos nacido en esta época en la que proliferan técnicas para conseguirlo todo, aceptar esto último: nos parece que debe haber forzosamente algún sistema, algún método para estar atentos. Tal vez sea porque olvidamos demasiado a menudo que incluso nuestro cuerpo y nuestro cerebro, funcionan en gran medida, independientemente de lo que nosotros decidamos o hagamos. Por eso, una y otra vez, a Krishnamurti se le pregunta: ¿Cómo estar atento?¿Qué hacer?¿Por donde empezar?
Las veces que he estado atento se han caracterizado por el hecho de sentirme, además, vital y pletórico: cuando estoy desatento, en cambio, predomina el sentimiento de carencia, y tengo la sensación de ir a la deriva arrastrado por oscuras corrientes. Otra característica de esos momentos de atención es el silencio: el parloteo mental se calla de forma espontanea, o por lo menos, se transforma en un leve murmullo, casi imperceptible. Y finalmente, siento que estoy totalmente presente, en el lugar y en el momento precisos.
Si suelo estar desatento ¿Cual es entonces el punto de partida, la chispa inicial que traiga la atención a mi vida? Tal vez la respuesta se encuentre en esta frase de Krishnamurti:
"La vida demanda esa atención cada minuto; pero nosotros estamos tan entrenados en la inatención, que siempre estamos tratando de escapar de la una a la otra. Decimos: “¿Cómo voy a tener atención? Soy perezoso.” Sean perezosos, pero estén totalmente atentos a la pereza. Estén totalmente atentos a la inatención. Sepan que no tienen atención en absoluto. Entonces, cuando ustedes saben que están totalmente atentos a la inatención, ya están atentos."
Jiddu Krishnamurti, "El Despertar de la Sensibilidad"
Juan Carlos
Oye gracias de verdad por el blog.... Desde ke lo descubrí no he parado de disfrutarlo con la música y leyendo los artículos uno por uno.... Muy grande! Se ha convertido en mi Kybalion! Jaja
ResponderEliminar