lunes, 1 de abril de 2019

Frutería Toñi - Mellotron en Almíbar (2014)




Un gran trabajo que dedicamos a nuestro amigo Canario. Rock progresivo clásico con influencias variadas, muchas partes de violín, saxo y teclado. Amantes de Zappa, Soft Machine, King Crimson, etc... este grupo ha sabido darle a su música un toque típico de Málaga (España) gracias a sus influencias clarísimas de Tabletom, entre otras cosas. Una especie de jazz rock ecléctico con mucho sinfonismo... o un rock sinfónico con mucho de jazz rock y elementos propios de su cultura. Bah, como quieran, lo que importa es que el disco es super recomendable.



Artista: Frutería Toñi
Álbum: Mellotron en Almibar
Año: 2014
Género: Jazz rock ecléctico
Duración: 45:33
Nacionalidad: España
Lista de Temas:
1. Milwokee
2. No sin Mijas-costa (El timo)
3. Zuprimo zurmano zucompare zucolega
4. Somno e dare
5. Toñi: éxtasis frutal
6. Fray Di’oxido
7. El Espeto
Alineación:
- Salva Marina / voice, guitar
- Curro Garcia / bass, electric guitar
- Javier de Prado / drums
- Jesus Sanchez / tenor sax and clarinet
- Carlos Fernandez / voice, violin, bass
- Juanma Amador / percussion
- Miguel Olmedo / slide guitar








Presentamos al grupo Frutería Toñi, una banda ecléctica donde las haya que logra hilvanar de una sola puntada lo sinfónico con la frescura, una especie de jazz rock ecléctico con bastante sinfonismo; rock progresivo bien sorpresivo, música seria implementada con mucha diversión, y todo a su vez rociado con un aroma inconfundiblemente mediterráneo.





Música Libre, experimental y anarcoestilística, un rock progresivo de distintos sabores y con un resultado muy ecléctico. Tras una campaña de crowdfunding (donde los seguidores de la banda financian la grabación del dissco), Frutería Toñi lanzó su segundo álbum, "Tengo mis días buenos".





El disco es un viaje por los sonidos experimentales, interpretado por una banda que está muy aceitada. Gran parte de las improvisaciones nos llevará a encontrar un disco de jazz, pero... confíen en mí, es más que eso, sus diversas influencias que crean un álbum divertido y lleno de ideas.
Asegúrense de tener en su colección de buena música.



La aparición (un tanto clandestina y facturada desde la más absoluta artesanía) en 2013 de Mellotron en Almíbar, el primer disco de Frutería Toñi, venía a confirmar lo que algunos ya sospechaban: en el magma musical malagueño, el rock progresivo no es, ni mucho menos, una cuestión ajena, por más que aquí el guiso se cocine con suficientes particularidades para ser otra cosa. La semilla de Tabletom estaba ya presente, pero también la de otras muchas madres, en un abanico que abarcaba desde el rigor de King Crimson hasta la libertad sentimental del soul pasando por la espontaneidad primaria de los verdiales (no en vano, algunos de los miembros de la banda militan en pandas de la provincia). Ahora, después de una intensa campaña de crowdfunding que ha permitido al grupo autoproducirse a gusto, acaba de llegar el segundo envite de Frutería Toñi, Tengo mis días buenos, una soberbia colección de canciones grabadas en los estudios Puerto Records de Manolo Toro y engalanadas bajo una impactante cubierta de Isabel Farfán. Salva Marina (teclados, guitarra y voz), Curro García (bajo, guitarra y coros), Jeimi Montes (batería), Jesús Sánchez (saxo y clarinete) y Víctor Rodríguez (violín) componen la formación implicada en Tengo mis días buenos (Rodríguez, violinista procedente del mundo de la música clásica, sustituye a Carlos Fernández, que dejó el grupo en 2013), donde también han participado los guitarristas Miguel Olmedo y Ramón Aranda, Carlos Moratalla y Eva Montiel a los coros, Nick Harcour-Smith al oboe y los poetas Jacinto Pariente y Juan Miguel González en la escritura de algunas letras. Tengo mis días buenos supone un paso de gigante en la trayectoria de Frutería Toñi, con composiciones del calibre de Hablar con las estatuas, La órbita de Venus o la descomunal FTV-1 elevado a Ñ, con sus 16 minutos de duración, por las que Robert Fripp y Greg Lake habrían entregado la cuchara. Ya hay además fecha y lugar de presentación: será el próximo día 29, sábado, en la sala Eventual Music (C/ Cuernavaca).
Apunta Salva Marina, a la sazón cantante de Tabletom, que Tengo mis días buenos tiene su distribución en doce plataformas digitales, mientras que para la correspondiente al álbum físico "contamos con la complicidad de Fran Macías, de Pat Discos que trabaja especialmente con bandas de rock progresivo y que ya llevó Mellotron en Almíbar a países como Japón y Brasil; y también con tiendas como Candilejas". En cuanto a los conciertos, una vez realizada la presentación "el objetivo principal será salir de Málaga todo lo que podamos. Para ello esperamos llegar a acuerdos con otros grupos de rock progresivo en España, con el fin de que podamos tocar nosotros fuera y ellos vengan aquí compartiendo esfuerzos, casas y materiales". Todo desde la más absoluta indepedencia, matiz al que Salva Marina busca las cosquillas: "Tanto como pusimos a parir a las compañías discográficas y ahora las echamos de menos. Los músicos tenemos que hacerlo absolutamente todo, y no siempre es fácil".
La independencia sale más cara, claro, si de un género tan poco popular como el rock progresivo se trata, pero Marina advierte una tendencia a su favor: "Sin meternos en el mainstream ni nada parecido, creo que hay más gente interesada en el estilo de música que hacemos. Digamos que la pandillita de fervientes ha ido creciendo, en parte porque muchos se han cansado del criterio comercial y de que no haya grupos como tales, sino productos de managers. Y el rock progresivo les puede servir de refugio". Eso sí, Salva Marina deja claro que Frutería Toñi "no encaja realmente en el perfil del rock progresivo. Hacemos lo que nos da la gana, lo mismo funk, que reggae que algo a lo King Crimson. Desde luego, no tenemos nada que ver con esos grupos de rock progresivo de los 90 como Porcupine Tree y Dream Theater, tan serios y aburridos, en los que cantar es un crimen. A nosotros nos inspiran más gente como Gong o Frank Zappa, que cantaban, hacían una música increíble y además se lo pasaban de puta madre". Si añaden a todo esto la inspiración rural de los Montes, de aquí sólo puede salir algo grande. Muy grande.
Pablo Bujalance







Como malagueño que soy, me alegro mucho de poder comentar algo de una de las sorpresas mejor recibidas del panorama progresivo nacional del último año. Me refiero a Mellotrón en almíbar, de Frutería Toñi. Este disco es una obra de rock progresivo al estilo clásico pero con personalidad propia y muy malagueña. Soft Machine, Jethro Tull, Camel, King Crimson o Frank Zappa son algunas de sus confesadas y escuchables influencias, pero es imposible que a uno no se le vengan a la cabeza los Tabletom de Mezclalina, aunque nadie debería esperar algo parecido a la inimitable voz de Rockberto.
Si hay que destacar algún elemento que haga de este disco algo especial y diferente destacaría por una parte el colorido de su instrumentación: principalmente por los vientos y más concretamente el sonido elástico y con tanta capacidad de matices del clarinete (que le da una sonoridad muy propia al grupo, como el trombón a Zappa); y sobre todo por el maravilloso violín, que le da un toque folk que en este contexto melódico me trae a la mente a clásicos del progresivo italiano como los Stormy Six de Un Biglietto del Tram o Arti e Mestieri. Y por otra parte no me puedo olvidar del enorme ingenio de sus letras: unas veces por su semántica, y otras por su capacidad evocadora, por fonética y por léxico, como es el caso de la fantástica “Fray Dióxido”. Otro detalle muy bueno son las bonitas voces de Salva Marina y Carlos Fernández… ¡y los coros!, que no destacan por hacer alardes de ningún tipo pero son muy agradables de escuchar y originales, especialmente en este contexto.
Entre los temas podemos encontrar tres más cortos, sencillos y directos; como “Somno se dare”, con letra del poeta malagueño Juan Miguel González (Tabletom) con influencias que van de la música latina (no, no me refiero a Deus Ex Machina) al reagge; “Milwokee”, una canción muy conseguida de corte folk rock americano; y “El espeto”, quintaesencia de lo malagueño también con aires latinos.
Y luego tenemos cuatro piezas más largas y más característicamente progresivas: la apertura con “Toñi: Éxtasis Frutal” y su inspirada melodía y voces; El Timo (No sin Mijas Costa), el tema más complejo y más largo, del que destaco el bonito inicio impresionista del piano y la fantástica línea de bajo en el tema con más enjundia rítmica. Son muy reseñables las secciones de corte Crimsoniano. Fray Dióxido es otro de esos temas, con otra fantástica colaboración de J. M. González, y detalles instrumentales muy trabajados, con elementos barrocos, contrapuntos, y unos arreglos con muy buen gusto. Este tema me recuerda en su parte instrumental a Jethro Tull con detalles melódicos vocales muy a la italiana (¿La Maschera di Cera? Puede ser, pero hace demasiados años que no los escucho). Y por último la fantástica “Zuprimo Zurmano Zucompare Zucolega”, un tema lleno de fuerza con un riff muy potente que va creciendo acompañado por colchones de órgano al comienzo y mellotron después para cerrarse como una especie de “Fracture” frutal (¿Frutacture?). Una pena que no se puedan escuchar lo teclados con la claridad que merece la pieza.
En definitiva, un disco debut refrescante, divertido y con muy buen gusto… Espero que no se demore demasiado la publicación del segundo, porque lo estamos deseando más de uno. Una vez más, Francisco Macías está detrás de la producción ejecutiva del disco, y ya sabéis que si os queréis hacer con él no tenéis más que hacer click aquí.
José A. Funes





The debut album from this Spanish band.
The album has been released as a name-your-price Bandcamp album and you can check it out from here.
The artwork is very fruity and so is the band name. Unfortunate, I don't know who is involved in this band/project. Nevertheless, the lineup is mostly acoustic instruments and the label chamber rock/RIO is fitting for this project.
When I use the term "RIO", let me also qualify this with mentioning that the music is not as dark as Univers Zero or that like. The music is also more wild and happy than the likes of Aranis. I would say this forty-five minutes album is like Area meets Aranis. This also taking into account that the band also has some mad Spanish vocals throughout.
These forty-five minutes long album also got some good references to Spanish folk music too. It is a very fruity album indeed.
The quality of the music is generally good. I quite like this album although my preferred type of RIO is a lot darker than what this band/project comes up with. I would still recommend this album and it is most certainly worthy a download and a donation to the band.
3/5 points



Pueden escuchar el disco completo (y comprarlo) desde su espacio de Bandcamp. Repito, un trabajo muy recomendado.










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