Escuchando esta canción, una de las que pasaron más inadvertidas de George Harrison (y que sin embargo es de las que más me gustan), voy a hablar hoy sobre la relación entre el intestino y el cerebro, tema sobre el que estuve leyendo un poco últimamente, porque me parece sorprendente. Solemos relacionar tanto al cerebro con cosas sublimes como el alma, el corazón, o el espíritu, que nos cuesta aceptar que esté vinculado estrechamente con los intestinos. Y sin embargo...