Esa hermosa flor que tanto admiramos, la orquídea, como cualquier otra flor, no ha evolucionado simplemente para complacer al hombre o para embellecer sus jardines. Es uno de los mecanismos más finos y sofisticados que la naturaleza ha desarrollado en un organismo vivo para asegurar la supervivencia de la especie. ¿Cómo ha llegado a desarrollar esta compleja tecnología de la seducción? ¿Hay una inteligencia detrás de ello, o sólo una cadena de afortunadas casualidades? En la foto de arriba, distintas variedades de "orquídea abeja".