sábado, 1 de julio de 2017

Guillaume Connesson - Cosmic Trilogy/The Shining One (2010)




Un joven compositor académico, fascinado por el cosmos.  Una trilogía que pretende expresar en sonidos el drama de la luz que lucha por liberarse de las más espesas tinieblas. Una última pieza, The Shining One, que pone los pelos de punta. Todo esto me lo encontré hace un tiempo por casualidad... ¿Casualidad? En cualquier caso, fue uno de esos felices hallazgos que parecerían providenciales. 
Conesson es un creador capaz de ideas tan modernas y novedosas que podría compararse,  en su manera de componer, a muchos músicos de rock y jazz progresivo actuales.





Artista: Guillaume Connesson
Álbum: Cosmic Trilogy/The Shining One
Año: 2010
Género: clásica, contemporánea
Duración: 52:13
Nacionalidad: francesa


Lista de Temas
1. Cosmic Trilogy: 
- Aleph
- Una luz tenue en la Era de la Oscuridad (partes I, II y III)
- Supernova (partes I y II)
2. The Shining One


Alineación:
Guillaume Connesson / composición
Eric Lesage / piano

Royal Scottish National Orchestra
dirigida por Stèphane Denéve













Guillaume Connesson

Nació el 5 de mayo de 1970 en Boulogne-Billancourt, Francia. Es un músico ampliamente reconocido por sus composiciones, bastante accesibles y eclécticas, inspiradas en una amplia variedad de temas, entre los que se incluyen el cine mudo, el minimalismo americano, el pop, o el cosmos. Su estilo de composición tiene puntos en común con Ravel, Messiaen, y Stravinsky, y sus obras han ganado numerosos premios en Francia (entre ellos el Premio Nadia y Lili Boulanger). 


Impartió clases de orquestación en el Conservatorio Nacional de la Región d'Aubervilliers. Dirigió el Coro de la Universidad de París, y fue compositor residente de la Royal Scottish National Orchestra. Entre sus maestros más importantes se encuentran el compositor Marcel Landowski, Dominique Rouits, y Alain Louvier.








Después de haber atraído la atención internacional por sus composiciones marcadamente personales e imaginativas, Connesson comenzó a recibir encargos de alto nivel desde la edad de veinte años. Su pieza de 1997, Supernova, fue encargada y estrenada por la Orquesta Filarmónica de Montpellier; El año siguiente, Connesson ganó el Premio del Instituto Cardin de Francia. La Royal Scottish National Orchestra le encargó la obra orquestal Una luz tenue en la Era de la Oscuridad (Une Lueur dans l'âge sombre) con motivo de la celebración de su primera temporada bajo la dirección musical de Stéphane Denève, quien dirigió su estreno en 2005. 

Connesson escribió Una luz tenue en la era de la oscuridad como tema introductorio a Supernova, que ya mencionamos anteriormente, después de leer un artículo científico sobre la formación de las galaxias. Junto a Aleph, también encargada por la Royal Scottish National Orchestra y escrita como regalo de bodas para Denève, las obras anteriores forman el tríptico Trilogía Cósmica.










En el disco que les presentamos hoy, además de esta trilogía, tenemos "The Shining One" (2009), un concierto para piano y orquesta que viene a culminarla. A qué se referirá Connesson con El que Brilla ( The Shining One)? No he encontrado en ninguna parte una explicación. Se tratará de una remanida exaltación de la luz que triunfa sobre las tinieblas? O tal vez es una alusión a las estrellas de neutrones? No seria descabellado pensarlo, ya que la trilogía de Connesson va desde el big bang hasta la supernova, y lo que sigue es o bien la estrella de neutrones o el agujero negro. Les dejo abajo un articulo que habla acerca de las primeras.









Las Estrellas de Neutrones


Cualquier estrella con la masa suficiente (y de "secuencia principal"), es capaz de convertirse en una estrella de neutrones. Pero no nos confundamos. Esto no hace al proceso ni un ápice menos extraordinario de lo que es. Porque las estrellas de neutrones son los objetos más densos que conocemos en el universo. Cuando una estrella muy masiva agota su combustible nuclear, de pronto, su núcleo se puede volver inestable. La gravedad de tanta masa atrae con fuerza a todos los átomos, que no son más que una sopa de partículas muy caliente. Como ya no hay combustible que produzca fusión, ninguna fuerza contrarresta la gravedad. Así, el núcleo se vuelve cada vez más y más denso, hasta tal punto que los electrones y los protones se "funden" en neutrones.


La gravedad podría seguir actuando hasta el infinito. Sin embargo la presión de degeneración, que es una presión que se debe a la naturaleza cuántica de las partículas, permite que se forme la densísima estrella de neutrones sin que termine de colapsar sobre si misma. En vez de eso se forma una estrella muy, muy pequeña. Para que los protones y electrones se unan, las estrellas de neutrones han de volverse muy calientes. Sus núcleos a más de diez elevado a nueve grados Kelvin producen la fotodesintegración de los materiales que los componen. La "orgía" nuclear que ocurre en la formación de las estrellas de neutrones es compleja y violenta, con mucha energía que ocurre cíclicamente hasta alcanzar una densidad máxima.


Cuando se alcanza, la presión degenerada detiene la contracción y la estrella pierde sus capas superiores en una violenta supernova. El proceso, lejos de acabar, continúa entonces. Pero la estrella, debido a la fotodesintegración, se va enfriando lentamente. Para las fases finales, casi toda la materia que existía en la estrella se ha convertido en neutrones. Si el núcleo tuviera una masa demasiado grande, se cree, podría colapsar y formar un agujero negro. Pero en el caso de las estrellas, este proceso se detiene antes, y la presión degenerada mantiene las partículas muy, muy juntas, pero sin llegar a perder su naturaleza. Así, las estrellas de neutrones se quedan en el límite de la materia más densa que existe en el universo.


Pero lejos de ser "oscuras", las estrellas de neutrones son unos elementos intensamente brillantes. O, al menos, con un brillo especial. Como el de los púlsares. Cuando una estrella de neutrones gira a una alta velocidad, a veces, emite rayos de alta energía. Estos rayos, como si de un faro se tratase, nos llegan de manera intermitente. De hecho, parecen señales pulsantes, periódicas. Son los púlsares. Las estrellas de neutrones pueden girar varios cientos de veces por segundo. Tan rápido que su ecuador se deforma y se estira. Si no fuera por la enorme gravedad que las sustenta, las estrellas de neutrones se despedazarían debido a la fuerza centrífuga. No todas las estrellas de neutrones forman púlsares y, no todos los púlsares son estrellas de neutrones aunque sí la gran mayoría de los que conocemos.


https://hipertextual.com









El compositor hizo el siguiente comentario sobre la partitura:


"Por 400.000 años después del Big Bang, el universo fue tan opaco, tan denso y tan caliente que la luz no podía pasar. Hubo un largo período de oscuridad. Dentro de esta niebla cósmica, las primeras estrellas nacieron y el universo se iluminó con un millar de incendios galácticos. Mi imaginación musical durante mucho tiempo ha sido estimulada por la idea de ese espacio inconmensurable: Una luz tenue en la Era de la Oscuridad (2005) es el prólogo de otra de mis piezas orquestales, Supernova (1997), que ilustra la explosión y la muerte de una estrella. Una luz tenue en la Era de la Oscuridad da un paso atrás en el tiempo y representa el nacimiento de la luz y los primeros rayos que desgarran la oscuridad."

















Para terminar, les dejo una breve reseña de Allmusic:


Guillaume Connesson belongs to a generation of European composers that emerged late in the twentieth century whose work can be genuinely called cosmopolitan; it is practically unimaginable that, purely on the basis of the music on this album, a listener would be able identify its composer as French. Whether or not that is necessarily a good thing is a matter of debate; historically, it has generally been possible to situate composers to some extent on the basis of their style and idiosyncracies, but given the easy availability of virtually every type of music ever recorded, it's perhaps inevitable that the cross-pollination of influences would eventually produce amalgams with so many diverse influences and characteristics that they are impossible to pin down. It would be possible to dismiss Connesson's music as derivative and eclectic if they were not composed with such skill and if it were not so attractive. The composer cites as his influences Couperin, Wagner, Richard Strauss, Debussy, Ravel, Messiaen, Dutilleux, and film composers like Bernard Herrmann and John Williams. It's the last whose work springs most immediately to mind when listening to Connesson; the bulk of the CD is devoted to his Cosmic Trilogy, and it's hard to ignore the influences of Williams' space soundtracks, even though this music is developed with considerably more sophistication and creativity. Connesson's work may ultimately sound like film music, but very, very fine film music. He is an exceptionally gifted orchestrator, and his music is wonderfully colorful and dramatically varied. The Royal Scottish National Orchestra, with whom the composer has had a long relationship, plays with polish and sparkle under Stéphane Denève, and Eric le Sage brings finesse to the piano part in The Shining One. The sound of Chandos' SACD is clean and brilliant.

AllMusic Review by Stephen Eddins





                   el Canario








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