Hoy entraremos a analizar la novela histórica de Christopher Hale, "La Cruzada de Himmler (La verdadera historia de la expedición nazi al Tíbet en 1938)". pienso que es una novela que se ciñe a los hechos y no cae en la tentación de mezclarlos con mitos y leyendas. Ni falta que hace, porque, incluso así, como veremos, el panorama que abre ante nosotros es alucinante... descubriremos las motivaciones ocultas que condujeron a la Alemania nazi a lo más horriblemente inhumano, mientras que, irónicamente, perseguía lo sobrehumano...
En ocasiones da la impresión de que los libros le buscan a uno, y no al revés. De que lo acechan a la espera del momento propicio para "dejarse caer", para hacerse los encontradizos sobre una mesa, un mostrador, un estante... este es el caso del libro que acabo de leer, "La Cruzada de Himmler (la verdadera historia de la expedición Nazi a Tibet en 1938)", de Christopher Hale.
"La Cruzada de Himmler" es una novela histórica, y, por lo que se, lo es en el sentido más estricto; sin embargo viene a confirmar una vez más que, cómo dijo Julio Verne, "La realidad supera la ficción".
En la novela se hace un relato muy detallado de las expediciones científicas al lejano Oriente lideradas por el joven oficial de las SS Ernst Schäfer, y en especial de la tercera y última expedición, que fue promovida y financiada directamente por la Ahnenerbe (Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu), órgano ocultista de las SS , creado por el comandante en jefe de las mismas, Heinrich Himmler.
La Ahnenerbe pretendía "investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica, rescatar y restituir las tradiciones alemanas, y difundir la cultura tradicional alemana entre la población".
Pero sus investigaciones partían de premisas muy poco o nada científicas; de un conjunto de extrañas creencias cuyo denominador común era la grandeza y superioridad del hombre teutón y su predestinación al poder y a la gloria.
Llegados a este punto, uno se pregunta cómo pudo ser posible que en pleno corazón del positivismo europeo, y a comienzos del siglo XX, pudiera darse un fenómeno semejante.
Para que ello tuviera lugar, se conjugaron varios factores: un nacionalismo alemán maltrecho y largamente humillado, las doctrinas ocultistas de la Sociedad Teosófica, que desde finales del siglo XIX habían ganado muchos simpatizantes y adeptos incluso en el seno de la comunidad científica, y hasta la teoría de la evolución de Darwin.
Nietzsche, con su filosofia del superhombre también contribuyó a respaldar tales creencias.
Tras la primera guerra mundial, Alemania se había convertido en un estado arruinado y humillado. Su deuda era tan grande que su economía no tardó en colapsar. Hundidos en un escenario de pobreza y desempleo, muchos alemanes miraban con creciente odio la prosperidad de la comunidad judío-alemana.
Por otra parte, la Sociedad Teosófica, fundada, entre otros, por la escritora ocultista Helena Petrovna Blavatsky, había hecho muy populares en Europa doctrinas esotéricas orientales como la reencarnación, la evolución espiritual, y la supremacía de unas razas, etnias o castas, sobre otras.
Según ciertas enseñanzas orientales, existiría una evolución espiritual que se desarrolla a lo largo de un sin número de reencarnaciones. Así, cada "entidad espiritual" evolucionaría desde el mineral al vegetal, del vegetal a lo animal, y desde lo animal a lo humano.
Esa alma o entidad, al nacer en un ser humano tendría la rara oportunidad de pasar a un nivel espiritual superior, sobrehumano, divino. Es lo que los budistas llamarían Nirvana, Satori, Iluminación.
Los escritos de la Blavatsky - de los cuales Isis sin Velo (1877), y La Doctrina Secreta (1888) son los máximos exponentes - , añaden a eso que las razas anteriores a la aria habrían tenido a su alcance en el pasado el logro de ese estado de conciencia iluminado, pero no supieron o no pudieron aprovechar esa oportunidad: ahora ya esa puerta estaría definitivamente cerrada para ellas.
En la Era actual, la raza aria es la que estaría destinada a dar ese salto evolutivo: la única que se encuentra dotada genéticamente y moralmente para experimentar esa grandiosa mutación. A las otras razas ya sólo les esperaría un destino: la extinción.
Himmler y sus secuaces, aseguraban que el alemán era el grupo étnico que estaba más próximo a la pureza aria. Que el trabajo de las SS consistiría en depurar al máximo la raza, eliminando y evitando toda mezcla con razas inferiores, entre las que se contaba incluso la eslava.
Los judíos, según el nazismo esotérico, serían un caso aparte: una raza muy antigua, que llevaba un enorme número de reencarnaciones "repitiendo curso", sin avanzar espiritualmente.
Es por eso que, después de tanto tiempo, se habrían vuelto muy hábiles y astutos en lo que concierne a todo lo material, pero cada vez más irremediablemente ineptos y dañinos en lo espiritual.
Cabe señalar que un libro que sería extremadamente inspirador para Madame Blavatsky fue el Origen de las Especies, de cuyo autor, Charles Darwin, era una ferviente admiradora.
Otro libro que resultó ser determinante en su sistema de creencias fue "The Coming Race" (La Raza Venidera) de Sir Edward Bulwer Litton, publicado en 1871. En él, el narrador es conducido por un ingeniero de minas a un mundo subterráneo poblado por una raza extraña. Ese pueblo posee un poder misterioso que le ha permitido vivir sin maquinas y sin todos los adelantos de la civilización moderna. Ese poder es el llamado Vril.
Les ofrezco aquí algunos extractos de esta extraña obra:
“Según las antiguas tradiciones, los progenitores más remotos de la raza habitaron en la superficie de la tierra."
"…la porción de la superficie habitada por los antepasados de esta raza sufrió inundaciones, no repentinas, sino graduales e incontrolables, en las que fueron sumergidos y perecieron todos, salvo un pequeño numero."
"Un grupo de la desdichada raza, invadida por las aguas del Diluvio, huyendo de ellas se refugió en cavernas entre las más altas rocas y vagando por hondonadas cada vez más profundas perdieron de vista para siempre el mundo de la superficie."
"...mi convicción es que aquel pueblo, aunque originalmente de nuestra raza – y creo sinceramente, a juzgar por las raíces de su lenguaje, descendientes de los mismos antepasados de la gran familia aria de la cual, en corrientes diversificadas se ha desarrollado la civilización dominante en el mundo-..."
¿Cómo no iba a tener éxito un discurso semejante, en un amplio sector de un pueblo tan orgulloso como el alemán, que se había visto repetidamente pisoteado y avergonzado política y militarmente?
Pero, retomando nuestro tema, ¿Qué buscaban realmente los nazis en el Tibet?
Esta conexión Nazi-tibetana resultó tan fascinante que dio pie a un sin número de fabulaciones.
veamos por ejemplo lo que Trevor Ravenscroft agregó a esta colección de mitos en su obra ampliamente leída, y traducida a varios idiomas, The Spear of Destiny :
"Fue en gran parte a través de la iniciativa del profesor Karl Haushofer y otros miembros de la Sociedad Vril en Berlín y Múnich que se enviaron equipos exploratorios al Tíbet. La sucesión de expediciones alemanas al Tíbet, que tuvieron lugar anualmente desde 1926 hasta 1942, buscó establecer contacto con las comunidades de las cavernas y persuadirlas de obtener la ayuda de los poderes luciféricos y ahrimánicos para promover la causa nazi y la mutación proyectada hacia la nueva raza de superhombres.
Tres años después de que se hiciera el primer contacto con los Adeptos de Agartha y Shamballah, se estableció una comunidad tibetana en Alemania con sucursales en Berlín, Munich y Nuremberg. Pero solo los adeptos de Agartha, los sirvientes de Lucifer, estaban dispuestos a apoyar la causa nazi. Los Iniciados de Shamballah, que estaban preocupados por el advenimiento del materialismo y el avance de la era de las máquinas, se negaron rotundamente a cooperar. Sirviendo a Ahriman, ya se habían puesto en contacto con Occidente y estaban trabajando en afiliación con ciertas logias en Inglaterra y América. Los adeptos de Agartha eran conocidos en Alemania como "La Sociedad de Hombres Verdes" y se tomaron fuertes medidas para guardar silencio sobre su significado real. A ellos se unieron siete miembros de la "Sociedad del Dragón Verde" de Japón, con quien habían estado en comunicación astral durante cientos de años. […]
Durante los últimos meses de la guerra, los lamas del Tíbet fueron completamente desatendidos por los nazis. Habían fracasado en su misión de aprovechar los poderes de Lucifer para la causa nazi. Para mostrar su desagrado personal, Hitler ordenó que vivieran con las mismas raciones reducidas que los presos de los campos de concentración. Cuando los rusos llegaron a sus aposentos en los suburbios de Berlín, descubrieron sus cuerpos desnudos tendidos en filas ordenadas, cada uno con un cuchillo ceremonial perforando el abdomen."
Sin embargo, y pese al gran derroche de fantasía que se ha prodigado sobre el asunto, según el autor del libro que les estoy comentando, Christopher Hale, las expediciones en cuestión respondían a unos objetivos muy concretos: un equipo científico alemán se encargaría de encontrar el origen de la raza aria. Como en la cúpula de la Ahnenerbe se creía firmemente en el origen tibetano de esta raza, fueron a buscarlo allá.
Naturalmente, nada de esto se pudo demostrar, pese al enorme número de muestras obtenidas y de mediciones antropológicas realizadas sobre el terreno: todo era un sueño absurdo fruto de mentes alucinadas.
Geheimnis Tibet, la película que se encuentra al inicio de este artículo, fue rodada por el equipo del cual Schäfer estaba al mando, y atestigua esa intensa actividad científica de los alemanes (si quieren verla entren en la versión web del blog: no se muy bien por qué, pero en la versión móvil no se están viendo los videos, ultimamente).
Pero este no es el único relato de una expedición nazi que se desplaza al Tibet: se ha hablado de otras expediciones, aunque no tan científicas ni documentadas como esta.
En un relato del que les hablaré próximamente, otro equipo de oficiales nazis buscó más allá del Tibet el reino de Agartha, donde se cree que viven los Maestros Superiores de la Humanidad, para obtener de ellos el poder del Vril, la energía que propiciaría la mutación de la raza aria a un nivel superior...
Juan Carlos
Muy buen artículo.
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