jueves, 8 de junio de 2023

La Cruz del Fin del Mundo







Recientemente recibí un mensaje del periodista Álvaro Anula invitándome amablemente a ser entrevistado en el podcast "Enclaves de Leyenda", que comparte con la periodista Ana Colmenarejo. La entrevista trató acerca de La Cruz Cíclica de Hendaya, a la que dediqué un post en este Blog. 
Gracias a estos dos profesionales la entrevista salió muy bien, pero quisiera dedicar este post a completar mis comentarios, que, en ocasiones, debido a la limitación del tiempo, pudieron haber quedado algo confusos. 
Debo decir que esta es mi primera experiencia radiofónica (o tratándose de un podcast, no se si tal vez sería mejor decir "en audio"), y sigo creyendo que se me da mejor escribir que hablar, pero, como dije, gracias a Álvaro y Ana el resultado es excelente.  
En el post tendrán varios enlaces: en primer lugar el del podcast que se encuentra en iVoox, y luego dos más: el de mi post La Cruz Cíclica de Hendaya y el que trata sobre la inversión de los polos magnéticos terrestres. tema en el que insistió mucho Fulcanelli, especialmente en su obra Las Moradas Filosofales (ver los últimos capítulos de esta obra y documental más abajo).
El resto de este post consistirá en breves comentarios sobre lo dicho en el podcast.... vamos allá.

                     




"En efecto, el trastorno es la inversión de la bola, exactamente el cambio de las dos extremidades del eje o la caída de los polos, uno de los cuales toma bruscamente el lugar del otro"

Eugène Canseliet, prefacio a la segunda edición de Las Moradas Filosofales.




Para empezar, pulsando este enlace podrán escuchar el podcast acerca del cual haré algunos comentarios:

Podcast



Este es el enlace del post que me pidieron comentar: 





Y este tercer enlace habla de la inversión de los polos magnéticos terrestres:







La primera consideración que quisiera hacer es que, Fulcanelli no nos da una fecha concreta para el cataclismo que a su juicio pronosticaría el crucero de Hendaya, de hecho, el artesano anónimo que lo labró, según aquel nos estaba diciendo que desde entonces ya nos encontrábamos en la Edad de Hierro, o Kali Yuga. 
Esto se debería a que el Gran Ciclo Solar, o Maha Yuga, dura muchos miles de años. 
Es verdad que el mismo Fulcanelli asevera que este año cíclico duraría 24 siglos ( 2400 años):


 "Finalmente, en el espacio y en el tiempo, la inmensa cruz ideal divide los veinticuatro siglos del año cíclico (kiliasmos) y separa en cuatro grupos de edades a los veinticuatro ancianos del Apocalipsis, doce de los cuales cantan las alabanzas de Dios, mientras que los otros doce gimen sobre la decadencia del hombre." (Las Moradas Filosofales, Louis D'Estissac)
              
En otro lugar comenta: 


"Cada período de mil doscientos años comienza y termina por una catástrofe. La evolución humana se extiende y se desarrolla entre dos flagelos: el agua y el fuego, agentes de todas las mutaciones materiales, operan juntos, durante el mismo tiempo y cada cual en una región terrestre opuesta. Y como la traslación solar -es decir, la ascensión del astro al cenit del polo- resulta ser el gran motor de esta conflagración elemental, sucede que el mismo hemisferio es, alternativamente, sumergido al fin de un ciclo y calcinado al término del ciclo que sigue. Mientras que el Sur está sometido a los ardores conjugados del Sol y del fuego terrestre, el Norte sufre el constante afluir de las aguas meridionales, evaporadas en el seno del gran horno y, luego, condensadas en nubes enormes que sin cesar van empujando. Pues bien, en el ciclo precedente, puesto que las aguas del diluvio anegaron nuestro hemisferio septentrional, debemos pensar que las llamas del Juicio Final lo consumirán en sus días extremos." (Las Moradas Filosofales, El Incendio)

Pero, ¿Cómo puede ser sólo cada 12 siglos? Si fuera así tendríamos pruebas, muchas evidencias del último diluvio...

La respuesta, para mi, se encuentra en este otro comentario del mismo Fulcanelli: 
 

"Conviene saber, en efecto, que Moisés habla de días cíclicos, cuyo valor secreto equivale a los años corrientes." (Moradas, Paradoja del progreso ilimitado de las Ciencias)

Siendo así, la cuenta es sencilla... 



Una última puntualización gira en torno a la estrella Polar (como no podía ser de otra forma), tal y como la vemos representada en uno de los cuadrantes del pedestal del crucero de Hendaya: al igual que la que se ve en el dibujo de arriba, se la suele representar provista de ocho rayos.
Estos señalarían los cuatro puntos cardinales (N, S, E y O), y los intercardinales (NE, NO, SE, y SO). En efecto: la rosa de los vientos es el símbolo de la estrella Polar, también llamada Estrella de Mar, o Estrella Marítima, o simplemente estrella del Norte, por indicarle a los marinos las direcciones del espacio.




Quiero agradecer de nuevo a Álvaro Anula y Ana Colmenarejo por invitarme a su programa, y a mi amigo M.M. por sus indicaciones y consejos.
En relación a esta temática me permito recomendarles mi libro Dos-cuentos-esotericos que se puede encargar en el mismo enlace, también en ebook.
En la misma editorial acabo de publicar mi traducción al castellano de un manuscrito alquimico anónimo mencionado por Fulcanelli: La Llave del Gabinete Hermético.


           Juan Carlos
            

                             
                   










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