Al hablar de la Alquimia, es inevitable insistir en uno de sus temas centrales, como lo es el Fuego. Cualquiera que hojee un libro de Alquimia, encontrará múltiples referencias a distintos tipos de fuego, diferencia que es dada en ocasiones por su temperatura e intensidad, (fuego de cenizas, fuego de arena, Baño María, etc.) y otras por su naturaleza misma: el fuego vulgar, el fuego astral, y Vulcano, el fuego interno, que late en lo más íntimo de la materia. A este último personaje, que la mitología representa como el eterno perdedor, contrahecho y deforme, a quien, sin embargo, recurren a menudo los otros dioses, dedicaré este artículo. Lo dedico también al blog amigo "La huerta de Fulcano", siempre tan lleno de buena música.